Pepe: sinónimo de juego sucio
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Pocas veces un jugador logra despertar en mí esa sensación de repudio absoluto. Se necesita demostrar valores muy bajos y desleales en el campo para que eso suceda, y desde hace ya tiempo traigo atravesado al defensa del Real Madrid, Pepe. Un jugador que, teniendo como base características destacables como futbolista, opaca por completo el brillo que pudiera reflejar con su constante juego sucio e intención de lastimar al rival en la mínima oportunidad.
Me apena ver que sus cochinadas están cobijadas por el ojo de su entrenador José Mourihno, quien lejos de reprenderlo por tales acciones, parece incitar al portugués a que continúe realizándolas.
Me imagino lo complicado que será para jugadores como Xavi Alonso, quien me parece todo un caballero de la cancha; Kaká, que es un hombre de valores; Higuaín, que siempre lucha limpiamente; Iker, que siendo un hombre de carácter siempre guarda la calma y muestra respeto a cualquier rival, entre muchos más, el que tengan que sobrellevar actitudes como las de su compañero, y dejarlas pasar sin reproche.
Evidencia de lo que digo se refleja en su historial de amonestaciones y expulsiones desde su llegada en el 2007 al equipo Merengue.
Su primera expulsión con el Real Madrid fue en un duelo ante el Sevilla de la Supercopa de España.
El mayor castigo que ha recibido se remonta al 2009, en un partido Real Madrid vs. Getafe, en el que no sólo provocó un penalti, sino que además agredió a Javier Casquero cuando éste se encontraba sobre el césped. Posteriormente agredió al uruguayo Juan Angel Albín, por lo que la Real Federación Española de Futbol lo suspendió con 10 partidos. Días después ofreció disculpas públicamente.
Aunado a su violencia física se suma un vocabulario sin censura. En varias ocasiones, y luego de recibir tarjetas preventivas y de expulsión, se ha dejado llevar por el coraje, llegando a insultar a los árbitros con palabras altisonantes e incluso algunos miembros de la prensa también han sido objetos de los berrinches del central.
Una de las acciones negativas más recordadas fue en enero de este año, cuando pisó en la mano al argentino Lionel Messi en el juego de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, acción que a pesar de haber quedado sin castigo será recordada como una de las más polémicas y evidentes de su mal proceder.
Después del partido del domingo en donde el Real Madrid empató en casa contra el Valencia, el central vuelve a estar en boca de todos luego de que confundiendo a su propio compañero Alvaro Arbeloa con Piatti -del equipo rival- y sin estar el balón en juego, sacó su lado hostil y le dio una patada cuando este se acercó a levantarlo; de haber sido Piatti el agredido le hubiera costado no sólo la roja en el juego, sino un castigo prolongado y tal vez una sanción económica que de verdad le pese.
No cabe la menor duda de que Pepe es uno de los mejores defensas centrales del Viejo Continente; sin embargo, su actitud anti fair play deja mucho que desear y mancha la imagen de lo que debe reflejar un futbolista.