98 de promedio... ¿Será?

Opinión
/ 5 septiembre 2021

No sé si los criterios para evaluar a estudiantes cambiaron desde entonces, pero, si mal no recuerdo de mis épocas en la escuela, un 98 de calificación (de 100 posible) era casi garantía de diploma, banda o medalla. Alguien con 98 por ciento de cumplimiento, de casi cualquier cosa, debe estar muy cerca del máximo entre sus pares y ser motivo de orgullo para quienes lo rodean y conocen. Tener como estudiante o contratar a alguien que, en un examen o en un proyecto, te cumplirá o contestará bien 98 de 100 puntos o preguntas es tener a lo mejor de lo mejor como empleado o como alumno. Claro, hay que ver el detalle de esos 100 puntos o preguntas y si esos puntos pueden realmente ser evaluados objetivamente, sin “asegunes”. ¿Quién definió la lista? ¿Es esa lista la correcta para lograr resultados al final? ¿Hay más de una respuesta correcta para los puntos? ¿Quién decide cuando uno de los puntos o preguntas ha sido cerrado satisfactoriamente?

Estas preguntas me vinieron a la mente el pasado 1 de septiembre en que el presidente López Obrador presentó su tercer informe como encargado del Poder Ejecutivo. El Presidente, leyendo un discurso a buen ritmo (a diferencia de las eternas mañaneras), envalentonado y en tono inexplicablemente festivo por lo que él considera resultados históricos de su gobierno (nada o poco sobre la economía atorada y los cientos de miles de mexicanos víctimas de una pandemia), nos dijo que de los 100 compromisos que hizo el día de su toma de posesión ha cumplido 98 y que sólo le queda “descentralizar el gobierno” (#54) y “esclarecer el caso Ayotzinapa” (#89). Es aquí donde puede convenir ir un poco más al detalle de lo que esa lista –creada por él mismo– contiene y si esos objetivos que él se puso a sí mismo son los adecuados para que en México mejore el bienestar de la población y si la forma de “cumplirlos” y considerarlos cerrados es razonable. Cabe señalar que en el primer informe dijo que había cumplido 81 y llegó a 95 hace un año.

Por ejemplo, el Presidente considera que ya cumplió con: “Se hará realidad el derecho a la salud. El propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos” (#13). El derecho a la salud no se cumple por decreto y es sabido que hay escasez de medicamentos de todo tipo. También presume haber cumplido el #55, donde buscaba “tener un auténtico estado de derecho. A nadie le estará permitido violar la Constitución y las leyes, y no habrá impunidad, fueros ni privilegios”. También ya cumplió con el #57, en el cual “queda prohibida la corrupción, robo de combustible, portación ilegal de armas, falsificación de facturas, fraude electoral y la compra de votos”; ¿acaso antes no estaba prohibida la corrupción y se permitía violar leyes? ¿No será un tema de cumplir y hacer cumplir, más que un decreto de buenas intenciones? ¿A cuántos peces gordos se ha capturado y procesado en tres años? ¿Qué pensará Ovidio & Co.? El #63 que hablaba de “poner en venta el avión presidencial...” y que sabemos tiene casi 3 años en venta, pero no se ha vendido. Ya entendí, el compromiso era ponerlo en venta, no venderlo. El punto #68, el #71 y el #78 se consideran ya cumplidos, pero quedan dudas: “Se construirá el Tren Maya”; “se rehabilitarán seis refinerías y se iniciará la construcción de una nueva para lograr que en tres años se produzca en México toda la gasolina que consumimos”; “en tres años se solucionará la saturación del aeropuerto de la Ciudad de México con vialidades, dos pistas y terminal de pasajeros en Santa Lucía, ahorrando 100 mil millones de pesos”. ¿El Presidente considera los tres puntos cumplidos aunque no se ha acabado la construcción del tren, ni de la refinería, ni del aeropuerto y aunque sigamos importando gasolinas, no hayamos ahorrado los 100 mil millones, ni resuelto el tráfico aéreo en la Ciudad de México? O el #73 donde se comprometió a “impulsar el desarrollo de fuentes de energía renovables, como la eólica, la solar, la geotérmica y la mareomotriz”. No sé porqué tengo muchas dudas de este último, como que huele un poco a combustóleo

Claro, hay que reconocer los puntos positivos, como sus compromisos #32 y #33: “no aumentar ni crear impuestos” y “seremos respetuosos de la autonomía de Banxico”, hasta ahora se han cumplido; así como el #80: “el salario mínimo crecerá por encima de la inflación”, sin embargo, es difícil tomar en serio los logros cuando parece que nos quieren ver la cara con verdades a medias y mentiras completas en una lista truqueada con autocalificación muy benévola. Si los compromisos fueran trascendentales y 98 de 100 realmente cumplidos, el País debería parecerse un poco más a Suiza. Menos violencia, más crecimiento, más inversión, menos pobreza, menos narco, más imperio de la ley, menos impunidad, más empleos, menos muertos, más medicinas, menos rollo.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com

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