Apple, Steve Jobs y cómo no necesitamos sus productos, pero tampoco podemos vivir sin ellos

Opinión
/ 24 febrero 2024

“Esto es para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que no encajan en ningún sitio. Los que ven las cosas de otra manera. No siguen las reglas. Y no tienen ningún respeto por lo establecido. Puedes alabarlos, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes citarlos, puedes no creer en ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos”. Así iniciaba un comercial televisivo de la compañía Apple del año 1997, en donde aparecían imágenes de Einstein, Martin Luther King, Gandhi, Lennon, Picasso y otros genios. La campaña instaba a todos a “pensar diferente” y causó revuelo, pues acusaban a Steve Jobs de intentar ponerse él mismo a la par de estos gigantes. Pero resultó que tenía razón. Él era un inadaptado que abandonó la universidad para forjar su propio camino. Él era un problemático que escogió batallas con poderosos rivales como IBM. Él tenía el ADN de un artista cuya estética, volvió aparatos comunes en objetos de belleza.

Steve Jobs, nacido un día como hoy, pero del año 1995, y que inició la compañía Apple junto a su amigo Steve Wozniak en la cochera de casa de sus padres y 10 años después, fue despedido de la compañía que él fundó. Regresó en 1997 con Apple en la insolvencia económica y a punto de la quiebra. Pero hoy mismo, Apple es la primera empresa en que su valor superó los tres billones de dólares, esto significa que la empresa de Cupertino es la más valiosa del mundo y si fuera una economía, superaría el Producto Interno Bruto (PIB) de países enteros, como México que tiene un PIB de mil 273 billones de dólares.

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Y aunque es verdad que Jobs no inventó el teléfono celular, las computadoras, las tabletas, ni los reproductores de música digital, a él se le reconoce como el hombre que sacudió el curso de la historia de la tecnología y dio el “gran salto hacia delante”. Tuvo razón cuando en 1977 creó la Apple II y después la Macintosh, pues ambas cambiaron la forma en que millones de personas interactuamos con las computadoras. Volvió a tener razón cuando creyó en la magia de Pixar; y de nuevo tuvo razón cuando abrió la primera tienda Apple en el año 2001.

La industria de la música lo tildó de loco cuando dijo que el futuro estaba en la música digital. Jobs, jamás tuvo tanta razón cuando inició una revolución al lanzar el iPhone, el producto más exitoso jamás creado por Apple que rivalizó con teléfonos de BlackBerry y Nokia, hoy desaparecidos.

Pero para Steve Jobs todo cambió en 2003 al ser diagnosticado de cáncer pancreático y en una de las pocas veces que habló públicamente de ello, fue en la ceremonia de graduación en la Universidad de Stanford en 2005 donde dio un discurso memorable del que recojo en algunas de sus partes: “Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía: ‘Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón’. Recordar que voy a morir pronto, es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué quieres convertirte realmente. Todo lo demás es secundario’”.

Jobs decía que “las personas lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son las que lo cambian”. En lo personal, creo que en realidad se trataba de una biografía adelantada de la vida del genio innovador, y es que Jobs pensó que podía cambiar el mundo, y lo hizo. Me doy cuenta de ello cuando escribo este artículo en mi computadora personal, una MacBook y que a mi lado están mi iPhone y mi iPad, que aunque en realidad no los necesito, tampoco puedo vivir sin ellos.

@marcosduranfl

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