Biblia y política; las herencias dinásticas en el poder político o religioso

Opinión
/ 27 abril 2023
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Estudié entre cinco y seis años teología en el Instituto Seglar de Estudios Religiosos “Fray Juan de Larios” bajo el palio del sabio gruñón con voz de trueno, don Antonio Usabiaga. Poco o mucho de mi formación teológica –ojo, académica, no de fe–, filosófica e incluso literaria se debe a este lustro de estudios. Buenos años aquellos, pues. Bajo la égida de don Antonio se movía en la Academia una batería de maestros, los cuales formaron (formaban) un dream team. A saber, la batería de sabios: el mismo don Antonio, Rodolfo Flores, el historiador Carlos Manuel Valdés, Gildardo Contreras, Juan Manuel Ledesma y un maestro, el cual hoy por méritos propios está en el huracán de la tilde mediática, el sabio Felipe de Jesús Balderas, articulista de esta casa editora. Le digo a usted, puros ases.

Tirada de naipes: leo y escudriño la Biblia, las Sagradas Escrituras con mi razón, inteligencia y sesera. Pocas veces o nunca, con mi corazón. Menos con mis torpes y atribulados sentimientos. Sentimientos que para nada sirven. ¿Fe? Pues tengo fe y creo. Pero fe rota y rebelde al fin. Avanzo entonces: dentro del corpus de la Biblia –libro hecho de libros– hay un libro en apariencia árido y aburrido en el Antiguo Testamento. Es 1 de Crónicas.

Digamos que “Crónicas” es uno de los libros menos leídos de la Biblia. Y dentro de “Crónicas” incluso hay una “sección” menos leída. Todo mundo la saltamos. Al menos yo. La he leído por disciplina. Pero es árida y hosca. Le voy a resumir “Crónicas” en un sólo tiro. A reserva de equivocarme y de que mis sabios maestros me enmienden la plana. Aquí voy: al menos los primeros 9 o 10 capítulos de 1 Crónicas son el árbol genealógico de las tribus hebreas. Empieza con Adán, claro –no con Eva. Un apéndice, una costilla, Eva era la varona del varón Adán–, continúa por miles de años y llega al regreso de Israel luego de la cautividad y esclavitud.

Los nombres, el árbol genealógico –difícil nombrarlos, casi imposible escribirlos– es una extensa lista de más de 500 nombres. Vamos a tomar al azar dos o tres listas de 1 Crónicas: “Adán, Set, Enós, / Cainán, Mahalaeel, Jared, / Enoc, Matusalén, Lamec, / Noé, Sem, Cam y Jafet. / Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. / Los hijos de Cam: Cus, Mizraaim, Fut y Canaán. / Los hijos de Cus: Seba, Havila, Sebta, Raama y Sebteca. / Y los hijos de Raama: Seba y Dedán”.

Va otra lista al azar: “Maaca concubina de Caleb dio luz a Seber y a Tirhana. / También dio a luz a Saaf padre de Madmana, y a Sava padre de Macbena y padre de Gibea. Y Acsa fue hija de Caleb. Estos fueron los hijos de Caleb. Los hijos de Hur primogénito de Efrata: Sobal padre de Quiriat-jearim. / Salma padre de Belén, y Haref padre de Bet-gader./ Y los hijos de Sobal padre de Quiriat-jearim fueron Haroe, la mitad de los menahetitas...”. ¡Puf, estimado lector! Y así podríamos seguir por páginas enteras. Como lo es propiamente el libro de 1 Crónicas en la Biblia.

¿Lo notó? Son hijos de, es decir, Adán conoció a Eva y engendraron a Caín y Abel. Invertida la ecuación es lo siguiente: Caín y Abel fueron hijos de Adán y Eva. Los hijos de Abraham: Isaac e Ismael. Los hijos de Medián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda; todos estos fueron hijos de Cetura. Los hijos de Caleb hermano de Jerameel fueron: Mesa, su primogénito, que fue el padre de Zif; y los hijos de Maresa padre de Hebrón...

ESQUINA-BAJAN

Con sorna e ironía en sus homilías incendiarias dominicales y sobre todo en su cátedra en el colegio, don Antonio Usabiaga decía: estas castas, dinastías bíblicas y/o monarquías y/o plutocracias, son herencias dinásticas en el poder político o religioso. O en ambos. Lázaro Cárdenas Batel, exgobernador de Michoacán, es hijo de Cuauhtémoc Cárdenas, exgobernador de Michoacán, quien es hijo de Lázaro Cárdenas, expresidente de México. Es decir, son hijos de... y jode, y jode, y jode.

¡Caramba! Una verdadera delicia las clases de don Antonio. Usted dirá: qué tenemos que ver con este pinche Cedillo y su remembranza de sus cátedras de teología y filosofía en el ISER. Pues todo, mi lector. Según el sabio de la antigüedad, el gran Herodoto, todo es cíclico y tropezamos con la misma piedra. A vuela pluma y conforme llegan a mi mente, va un torpe y arbitrario árbol genealógico de estas elecciones en puerta. Lea usted...

Carlos Robles Loustaunau es suplente de Lauro Villarreal en la fórmula del PRI como diputados plurinominales, los cuales entraron como representantes o integrantes de “grupos vulnerables” (¿qué tienen de vulnerables el par de millonarios?). Rocío Ramos (funcionaria del DIF estatal) es suplente en la fórmula de la diputación que busca Luz Elena Morales (Distrito 13). Rocío Ramos es prima de Azucena Ramos, secretaria de Turismo. Rocío es esposa del director de Jurisprudencia Alfonso Yáñez Arreola. Luz Elena es hija del eterno líder sindical Mario Enrique Morales... Marimar Treviño (encimada en turismo municipal) es hija del funcionario Sergio Treviño (Tribunal de Justicia Administrativa), va como suplente en la fórmula con María Bárbara Cepeda, hija del priista Abraham Cepeda... y jode y jode. Mucho en el tintero. Ya me acabé el espacio. Viene un tríptico más.

LETRAS MINÚSCULAS

El próximo gobernador, Manolo Jiménez, no dudo, va a solucionar el anterior galimatías: no más los mismos. No más herencia dinástica en el poder.

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