Caos, orden, urgencias, pendientes y todo lo que siento sobre las situaciones que se presentan en la vida. ¡Caray! Mi tele ya no soporta Netflix

Opinión
/ 10 octubre 2024

Ayer me hicieron la observación de que ha habido una buena dosis de caos en mi vida en la última semana y media, más o menos. Me quedé pensando en la manera en que tiendo a reaccionar cuando muchas cosas suceden alrededor mía. Cuestiones de salud de mi papá, mi hermano, el papá de mis hijos, la desaparición de Katniss, el desmadre económico usual, mi tele ya no es compatible con Netflix, comienzo (muy lentamente) a redecorar mi casa, mis consultantes cambian mi agenda constantemente, aún están fundidos los focos de las escaleras (aunque el baño del consultorio ya está arreglado). Les comentaré que, cara a tanto movimiento y caos, por dentro toco un espacio de mucha calma. Tal vez es inapropiada tanta calma, no sé. Pero así alguna vez me dijo un maestro, que las personas tan controladoras como yo tendemos a que a mayor orden afuera, mayor caos adentro, y vice versa. Confesaré que prefiero el caos afuera. Ayer en la tarde pasé dos horas instalando Netflix en mi computadora para ver series (o poder poner mis series de ruido de fondo mientras hago otras cosas) y no me desesperé. ¿Qué tal? Me felicité por mi tranquilidad y seguí la vida como si no estuviera pasando nada, consciente del desmadre que es la vida e igualmente consciente de que hay poco que puedo hacer en este momento. Solo puedo dar un pasito a la vez. “¿Pusiste avisos en la colonia de Katniss? ¿Investigaste sobre ayuda para tu hermano y tu papá? ¿Qué vas a hacer con todas las cosas que están en la mesa de la cocina? ¿Vas a comprar una tele nueva?” No. No. Quemar la mayor parte. Pedí un Roku. “¿Cuándo vas a hacer fogata?” Aún no sé. “¿Señora, ya podemos ir a arreglarle el jardín?” No, yo les avi$o.

Ustedes también tienen cosas que resolver y presiones desde afuera y desde adentro. Les pido un favor. Tengámonos un tanto de compasión. No podemos con todo. A veces nos ponemos a atender situaciones para no sentir, y a veces dejamos los pendientes un poco de lado para atendernos a nosotros mismos y a nuestro sentir. Sí, lo importante se vuelve urgente. De eso no nos vamos a morir.

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