Carta póstuma a Gloria Tobón la guerrillera del agua
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Gloria, querida esposa mía. Hace un mes que te fuiste a cubrir otros espacios de lucha por el agua. En la misa de tu despedida, la iglesia estuvo abarrotada de amigos y familiares, incluso hubo quienes vinieron desde la Cd. De México y de diferentes partes del estado, para estar ahí, en tu despedida. Recibimos mensajes de condolencias por tu partida, de organizaciones en defensa del agua de lugares como Brasil, Colombia, Francia, la Comisión de Derechos Humanos de la Cd. De México y de diferentes organizaciones del país. Esa solidaridad te la ganaste por tu entrega defendiendo el derecho humano al agua, porque esto es defender a las generaciones que vienen y honrar a las presentes. Después de tu partida, fui testigo de sendos reconocimientos que te hicieron organizaciones de la sociedad civil, de quien los recibí en tu nombre.
Cómo luchamos por esclarecer la actuación de Aguas de Saltillo, denunciándolos durante 23 años por violar la Constitución Federal y la Estatal, el Contrato de Asociación y el de Asistencia Técnica, por la violación al Derecho Humano al Agua al realizar más de 100 mil cortes del servicio por año y por extraer más agua de la que reportan. Entre otras cosas.
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Las autoridades en turno, no reconocieron tampoco las resoluciones del Tribunal Permanente de los Pueblos, en donde los denunciamos por tres ocasiones. En Barcelona, Viena y Perú y las tres resoluciones fueron a nuestro favor, en contra de Aguas de Barcelona. Lamentablemente, estas no son vinculatorias sino de ética y moral, lo que ha estado ausente en quienes han detentando el poder municipal los últimos 20 años sin entender que las cosas no son como se las pintan.
Fuiste reconocida en otras latitudes por tu capacidad e inteligencia por tu trabajo en el norte de México, como consultora en manejo y tratamiento del agua, aplicando el expertis que obtuviste en tu doctorado en Israel, en manejo y tratamiento del agua.
Como consultora de la GM, en 1991 recibiste un reconocimiento por haber sido la líder del equipo en el proyecto Descarga Cero de agua, lo que le permitió a la empresa recibir el reconocimiento mundial en Estocolmo, por ser la primera empresa a nivel mundial en aprovechar el agua al 100%.
En 1996, fuiste reconocida por la revista Desalination and Water Reuse, del Reino Unido, —en la que perteneciste al Consejo Editorial— como una de las especialistas más importantes del mundo sobre el tema del agua, en compañía de expertos de China, Japón, Arabia Saudita, India, Alemania, Reino Unido y los Estados Unidos.
Que gratos e inolvidables momentos pasamos en los 53 años que estuvimos casados. ¿Recuerdas cuando nos conocimos en la Universidad de Cornell, en 1969, donde estudiábamos nuestras maestrías? Fue en una fiesta aquella tarde de verano, Recuerdo que al llegar, vi una delgada silueta con cabello al hombro y profundos ojos negros, en los que se marcaban unas ligeras ojeras que le daban más realce a tu figura. Aquella ocasión, platicamos hasta bien entrada la noche. Te acompañé a tu dormitorio, no sin antes quedar comprometidos de volvernos a ver lo más pronto posible.
Aquel día, había iniciado el viaje más fantástico de mi vida, que nunca me hubiera imaginado, el cual duró más de 53 años y fueron muchas las experiencias que vivimos juntos. Estoy convencido de que tuvimos una vida plena, llena de experiencias, buscando siempre la comunicación de nuestras existencias, porque siempre tratamos de ser auténticos.
En la Universidad de Cornell, empezamos por sumarnos a la lucha por defender los derechos civiles de la población estudiantil afroamericana. Un año después nos casamos y nuestra boda fue maravillosa, acompañados por nuestros amigos de más de 18 países.
En 1970 nos venimos a México, para incorporarnos al Colegio de Posgraduados de Chapingo, como maestros investigadores. Tú tenías 23 y yo 24 y ya éramos profesores investigadores de postgrado.
En 1973, nos fuimos a Israel, con nuestro primer hijo —Rodolfo, de meses—, para cursar nuestro doctorado, tú en Fisicoquímica, con especialidad en manejo y tratamiento del agua y yo, en Fisiología Vegetal. Y antes de un año, nació nuestro segundo hijo, Daniel.
Los cuatro años que pasamos en Israel, tuvimos oportunidad de convivir con israelitas y palestinos, con quienes desarrollamos estrechos lazos de amistad. La guerra de Yom Kippur de 1973, nos permito ver y entender muchas cosas de la ambición humana, así como valorar la solidaridad entre seres humanos, ajenos al egoísmo y envidias de autoridades y fanáticos en ambos campos de batalla.
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Recuerdo cuando tuvimos que dirigirnos en varias ocasiones a los refugios antiaéreos con nuestros hijos en brazos, por el peligro de ataques con bombas. Después de Israel llegamos a Saltillo, donde has dejado huella por tu incansable lucha por el agua. Por eso te nombraron la Guerrillera del agua dejando un valioso legado.
A 53 años de nuestro viaje juntos, fue como un cuento y se fue como el viento, pero queda el testimonio de nuestra vida con una hermosa familia, con dos hijos y sus esposas maravillosas y cinco nietos fantásticos, que se encaminan ya en abrirse paso en la vida.
Hasta pronto, nunca te olvidaré. Rodolfo.