Castigo social en la era de AMLO
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Tuve en la universidad un compañero que se burlaba de mí por estudiar Ciencias de la Comunicación y decía que mi carrera era tan fácil, que en vez de pagar inscripción, pagaba cover. Yo no me podía quedar callado y menos sabiendo que él estudiaba Economía. Entre otras burlas le decía que los economistas son las únicas personas que tienen que estudiar cinco años para hacer predicciones que nunca habrán de cumplirse. Quizás este comentario demuestra mi ignorancia respecto a la economía como ciencia, sin embargo, no necesito saber mucho para darme cuenta que una reducción del presupuesto gubernamental tiene consecuencias negativas para el desarrollo como país.
Hace meses, en una de sus ocurrencias, el presidente López Orador anunció que más que austeridad republicana, en su gobierno se aplicaría la pobreza franciscana. Dicha pobreza, es pertinente aclararlo, no se aplicó a los proyectos insignia de la presente administración. El costo de la refinería de Dos Bocas se ha triplicado (ojalá que sólo hubiera tenido una boca), y ni una gota de gasolina puede refinarse ahí todavía, pese a que ya la inauguraron. Otro barril sin fondo es el tristemente célebre Tren Maya, cuyo presupuesto destinado se ha tenido que multiplicar por cinco para tener poco menos del 70 por ciento de la obra total. La falta de planeación, de estudios de viabilidad y de impacto ambiental, han traído un costo mucho mayor al planeado, y eso que AMLO prometió no tirar ni un solo árbol. La cancelación del aeropuerto de Texcoco, ya en tiempos de austeridad republicana, además de la pérdida de la confianza de inversionistas extranjeros, costó al país 331 mil millones de pesos, 232 por ciento más de lo que esperaban gastar para la construcción de dicho aeropuerto. Aunque si sumamos los 74 mil 305 millones que se destinaron para la construcción del AIFA, del cual nadie quiere volar, nos daremos cuenta que en la 4T sólo importan los negocios propios y cumplir los caprichos del sumo mandatario, sin importar que para ello se tiren a la basura cantidades multimillonarias de nuestro dinero.
Habrá quien refute lo que afirmo, argumentando que nunca el país había tenido tantas reservas, pero eso no es gracias al presidente, sino al Banco de México y a administraciones pasadas que fueron más responsables con el gasto público, pues López entregará su administración a Claudia con un déficit presupuestal, lo que la obligará a incrementar la carga fiscal a los mexicanos, a reducir la base de apoyos con las becas del bienestar y a reducir sus proyectos de infraestructura. Muchos mexicanos están contentos con los mil 925 pesos que reciben del gobierno cada mes, pero la verdad es que les alcanza para cada vez menos. Antes, con el Seguro Popular, podían hacerse análisis, operarse o recibir medicamentos de forma prácticamente gratuita. Ahora con la inflación desmedida, y con el desabasto de medicinas a nivel nacional, muy poco pueden comprar con esas dádivas populistas. Por otro lado, las madres solteras tienen que trabajar más para poder pagar la guardería que el gobierno federal les quitó.
Resulta criminal que todos estos derroches que responden a los caprichos del presidente, se compensen con recortes criminales a sectores como Salud, Educación, Agricultura, Energías limpias, así como a estados de la República cuyos gobernantes no son de Morena, como es el caso de Coahuila.
Algunos dirán que se deben hacer algunos reajustes al presupuesto, pues creen en esa mentira de que López Obrador no ha pedido préstamos para sus proyectos, sin embargo, los datos nos dicen todo lo contrario, al grado que él mismo reconoció haber incrementado cuantiosamente la deuda en su último año de gobierno. Y por si fuera poco, AMLO contrajo una deuda tan grande en los primeros años de su administración, al grado que todavía no llegaba a la mitad de su sexenio cuando ya había superado en un 65 por ciento a la deuda contratada por Peña en toda su administración.
Y hablando de tantos millones, viene a cuento la pregunta del millón: ¿Este endeudamiento masivo ha generado mayor beneficio social y desarrollo para México? Todos sabemos la respuesta. Antes, según AMLO, teníamos a un gobierno rico con un pueblo pobre. Ahora tenemos a un presidente multimillonario en recursos y poder, y a un pueblo decepcionado por el proceder del que significó para muchos un rayo de esperanza, y que ahora no es otra cosa más que la viva encarnación de la mafia en el poder.
aquientrenosvanguardia@gmail.com