Claro que puedo con todo, pero primero voy a llorar. Historias de mujeres fuertes

Opinión
/ 30 agosto 2024

Mi amiga Mari es una mujer fuerte. Es ingeniera. Tiene una carrera exitosa. Tiene una cantidad considerable de perros rescatados, y últimamente ha agregado gatos. Tiene casa propia con un terreno grande, justo como quería. Sabe de plomería y electricidad, de soldadura y carpintería. Está dispuesta, casi siempre, a ayudar a otros. En este momento anda de vacaciones, y lo celebro. Ella necesitaba un receso. Y así como arma un tractor, llora las penas de la vida, tanto pasados como presentes, y tal vez hasta las futuras. Ella es como todas las mujeres fuertes. Requiere ratos de soledad y de retiro. A veces pasa mucho tiempo sin contestar siquiera mensajes. Sus amigos nos preocupamos, pero igualmente conocemos su resiliencia. Pasa, como todas nosotras, todas las mujeres fuertes, por momentos de vulnerabilidad, por las noches oscuras del alma (figura que se presenta en todo viaje del héroe/heroína).

Las noches oscuras del alma tienen un parecido con la depresión, o pueden llegar a la depresión. Esos momentos requieren atención y cuidados. Retiros, meditación, círculos de sanación, viajes, llanto, apapachos, “comfort food”, películas tiernas, “journaling”, caminatas, el mar, dormir... Requerimos trabajar para recordar de dónde venimos y a dónde vamos. Venimos del paraíso y vamos de vuelta para allá. Venimos de nuestro hogar y vamos de nuevo a ese sitio, a pesar de que el proceso de madurez y todas las penas y aventuras que pasamos en el camino harán casi irreconocible nuestro propio hogar, nuestro origen, nuestro ser. El camino comienza con nosotras y termina allí, en un autoconocimiento cada vez más pleno.

Mari seguirá su camino desde Oaxaca de vuelta a Saltillo, y de aquí a una nueva etapa de trabajo y de vida un poco lejos de lo que conoce hasta ahora. Ella, como todas nosotras, nos iremos reconociendo en el camino, reconociendo a la niña/joven que dejamos atrás al salir a la aventura. Con cada paso nos acercamos más a quienes siempre hemos sido. Venceremos muchos obstáculos, y sí, lloraremos primero en muchas ocasiones.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM