Consideración y respeto en los ámbitos más básicos. “¿Cuáles son tus pronombres?” “¿Cómo quieres que te digamos?”

Opinión
/ 6 marzo 2025

He visto varios reels en los cuales un estilista, después de determinar qué estilo de corte quiere la cliente, le pregunta cuáles son sus pronombres. En el mismo rato de estar surfeando las redes, encontré un anuncio que pretendía venderme brasieres. Se ven buenos los brasieres, pero su introducción dice, “Una abuela de 69 años diseñó...” El video tenía voz de IA que, en muy mal inglés, me explica lo terrible que es tener los senos caídos y que con sus brasieres se corregirá este terrible error que he cometido. Sentí un, “¿Cómo se atreve usted a andar por el mundo, haciéndonos a los demás víctimas del espectáculo de sus senos caídos?” Pero lo peor de todo fue el contraste entre la consideración del estilista y lo que yo contemplo una falta de respeto al usar la palabra “granny” en vez de “señora”, “diseñadora”, o algo mucho más apropiado para nombrar a quien ha sido una figura importante en la industria de la ropa interior. No me lo digan, sé que es poco probable que una mujer blanca occidental haya sido la diseñadora de un sostén siendo mercado por una compañía evidentemente oriental.

Ya acabé de quejarme. Mi pregunta es, ¿qué nos cuesta ser considerados? ¿Qué nos cuesta educarnos para expresarnos de manera adecuada? ¿Qué nos cuesta escuchar? Yo sé que en situaciones aisladas no podemos esperar mucho. Pero, si queremos vender algo, si atendemos a alguien (médico, terapeuta, mecánico, etc.) ¿no merecen los demás que pongamos un poco de atención? ¿Por qué no preguntamos? ¿Acaso no vemos las miradas de los otros cuando nuestra manera de dirigirnos a ellos les causa incomodidad? Y si a mí no me agrada la manera en que alguien se dirige a mí, ¿dónde está mi derecho de hablar, de protestar, de corregir?

Estoy consciente de que mis protestas o solicitudes no necesariamente serán bien recibidas. Es evidente que vivo en un mundo en donde “cada cabeza es una barbacoa”, y aún así, puedo intentar. ¿O no? Puedo marcar mi raya, sabiendo que tal vez seré yo quien se tendrá que alejar. Y puedo hacer el esfuerzo por tratar a otros con el respeto que merecen.

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