Crónicas del arrase: Ley censura y el saqueo coahuilense

Los mexicanos asistiremos al entierro de la libertad de expresión y al dominio de la dictadura del proletariado disfrazada de transformación
Tiempos difíciles son estos del fin de la Pascua, en un mundo que da por llamarse moderno, donde se repiten esquemas de tiempos inmemoriales y escenarios montados con el fin acomodaticio del interés individual a incrementar las mieses.
1ERA CRÓNICA, LA DE LA CENSURA. En la época del PRI los políticos inventaron una fórmula para tener controlada la información de los medios tradicionales −radio, prensa y televisión− por dos vías: la primera, a través de las restricciones en el uso de las concesiones y la vigilancia estricta, por parte de la Secretaría de Gobernación, del espectro radial y televisivo, así como el filtrado de contenidos. Ejemplo de esa fórmula fue la noche de Tlatelolco en 1968, cuando el noticiario 24 Horas, de Jacobo Zabludovsky, anunciaba: “esta noche llovió en la Ciudad de México, como una noticia local”. La otra manera era mediante el control de la venta de papel por medio de PIPSA, entidad del gobierno que administraba a quién sí y a quién no vender esa materia prima para la prensa. “¡Y santo remedio!”, al decir de mi abuela.
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Hoy, con adiciones en las redes sociales, la información se hace incontrolable y solamente restringida por las mismas plataformas, cuando consideran ofensivo el manejo o discriminativo el contenido, o este es reportado por algún usuario.
En 2014 una ley federal dotaba de protección a las opiniones vertidas en los medios de comunicación y establecía una comisión autónoma para la autorización de las concesiones de espectro radioeléctrico, televisión, redes y prensa, con independencia del gobierno. Gracias a esta, las voces críticas de nuestro país pudieron generar puntos de vista con plena libertad, incluso si estas eran ofensivas o al grado personal.
La intolerancia reflejada en el anterior sexenio fue evidente: múltiples amenazas a los medios, ya sea directamente o mediante la sección “Quién es Quién en las Mentiras”, se convirtieron en un tribunal ilegítimo que juzgaba a periodistas.
La iniciativa de desaparecer a los organismos autónomos, bajo la consigna de la corrupción y el exceso de presupuesto, incluyó a las telecomunicaciones. Y aunque partió por decisión de López Obrador, fue la presidenta Sheinbaum la ejecutora, a través de su mayoría calificada truqueada en ambas cámaras.
Hoy día, bajo la excusa de un anuncio difundido por una televisora mexicana, pero patrocinado por Estados Unidos, cuyo mensaje es una advertencia para los migrantes ilegales, surge una nueva ley por encargo a la Consejería Jurídica de la Secretaría de Gobernación, que se pudiera convertir en una de censura total para la libertad de expresión, ahora bajo la excusa de la seguridad nacional o la división de los mexicanos (vaya ironía), y como brazo ejecutor del gobierno de la 4T de manera acomodaticia.
La iniciativa, enviada al Senado, es clara: establece precisamente la censura por esas causas, lo anterior sin un organismo autónomo regulador que determine y estudie los casos particulares, sino mediante una dependencia del Ejecutivo que pregona las buenas intenciones del gobierno. ¡Haya cosa!
Los mexicanos asistiremos al entierro de la libertad de expresión y al dominio de la dictadura del proletariado disfrazada de transformación. Sin embargo, debe recordar el gobierno que están bajo la lupa de los organismos internacionales, que ya han mostrado su preocupación por este tipo de ataques al libre pensamiento. Ya veremos.
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2da CRÓNICA, EL SAQUEO COAHUILENSE. Tengo especial predilección por la tienda Soriana San Isidro, en Saltillo, y no es por sus productos o precios, sino porque en uno de sus pasillos frontales hay una cabina de cobro de derechos vehiculares del Gobierno de Coahuila, que va para adelante, pero para hacerles el pelo a los dueños de vehículos, con tremendos impuestos ilegales, como el replaqueo y el control vehicular. Y como me divierte la fila de incautos que esperan pacientemente el asalto gubernamental, a quienes increpo respetuosamente: ¡síganle votando por el PRI-AN, bola de incautos!
Y para aquellos que tienen duda de la manera en que son administrados esos dineros, les recuerdo también que, en parte, sirven para abonar los 16 millones de pesos diarios de intereses de la deuda pública del moreirato, y los 24 millones de pesos anuales usados para las escoltas de los exgobernadores saqueadores, Rubén M. y su gerente de negocios, a través del pago de escoltas y vehículos blindados, dizque para su protección. ¿Pues no que Coahuila estaba blindado? Qué farsa y qué burla para los ciudadanos que se siga manteniendo al par de latifundistas que llevaron a las finanzas estatales a un estado de ruina, porque siempre hay un pueblo que paga. Ya despierta Coahuila insumiso.