¿De verdad, Ferrari critica a Red Bull?

Opinión
/ 19 julio 2022

Ferrari tendría que moderar su vocabulario cuando de criticar se trata. No tiene mucha calidad moral para señalar la falta de evolución en su competidor más directo.

Mattia Binotto, el jefe principal del Cavallino Rampante, dijo que las evoluciones instaladas en Red Bull desde el Gran Premio de Silverstone no han funcionado. Más que fallar, no fueron las correctas, dijo Binotto, y no es que esté prohibido que un jefe de equipo opine de otra escudería, pero lo criticable es por el momento que vive Ferrari, una actualidad con dudas.

No me extraña lo que hace Binotto, a quien la presión -por momentos- lo consume. Por eso, sus declaraciones contra Red Bull tienen más la finalidad de intentar ser una cortina de humo. Además, tendría que atender el rompimiento que está teniendo la relación entre sus dos pilotos, del que en mucho el propio Binotto tiene culpa, por las ambiguas y equivocadas órdenes de equipo y estrategias que se han mandado.

Pero, si criticamos a Ferrari, también tenemos que hablar de Red Bull, porque critico que Binotto los critique antes de resolver el infierno que tiene en su fábrica, pero tampoco dijo mentiras. La escudería austriaca ha dirigido su último paquete de actualizaciones para hacer más puntiaguda la nariz del RB18, con lo que se privilegie ganar mayor velocidad, y no sólo en rectas, sino en curvas, tratando de frenar la diferencia muy marcada con Ferrari, que -sobre todo cuando se trata de circuitos donde hay un mayor desgaste de neumáticos delanteros- le saca ventaja a Red Bull.

Paquete de actualizaciones que, como platicamos aquí hace una semana, a Checo Pérez se le han complicado, tratando de justificar el bache en rendimiento que trae el mexicano, porque -salvo el extraordinario regreso en Silverstone- desde Bakú, donde -gracias a los abandonos del rival italiano- finalizó segundo, pero ha venido teniendo problemas en alguna parte de su coche. Ya sea la puesta a punto, la caja de cambios, la carga en la batería o la dirección, al mexicano se le han escuchado más quejas que cumplidos a la hora de hablar de su monoplaza.

Francia se convertirá -este fin de semana- en una prueba de fuego para ambos equipos. El circuito Paul Ricard significa, junto a Hungría, irse a casa en la pausa de verano con el deber cumplido y, por ahora, nadie puede irse a dormir tranquilo, ni Ferrari, ni Red Bull, ni Verstappen, ni Leclerc, ni Sainz, ni “Checo”. El fantasma de la fiabilidad los persigue. En cualquier momento, otro coche falla, lo que significaría perder terreno en el campeonato de pilotos y constructores. Además, “aguas” con Mercedes, que desde el inicio de esta temporada viene con la caña, pescando los puntos que los líderes dejan en el camino.

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