El día cero de Saltillo

Opinión
/ 17 marzo 2024

Hace tiempo escribí sobre la necesidad de aprovechar el agua tratada en Saltillo, de dejar de plantar palmeras y sustituirlas por duraznillo, mimbre, encino blanco, san Pedro, candelilla, maguey o rosa de alabastro que se dan en la región

El día cero llegó hace mucho tiempo. Inició con la era industrial y su producción en serie que comenzó a tragar y agotar mantos acuíferos; también a contaminarlos. Lo importante era -y sigue siendo-, sacar adelante la producción en detrimento de la naturaleza, incluyendo la humana, con turnos extenuantes para personas que se consideran descartables. Este mismo principio hace que los poderosos continúen acaparando pozos de agua, mientras se pide a la ciudadanía cuidar este recurso con campañas publicitarias, aún y cuando solo tiene incidencia en un 7 % del agua destinada a usos en sus hogares.

Hace tiempo escribí sobre la necesidad de aprovechar el agua tratada en Saltillo, de dejar de plantar palmeras y sustituirlas por duraznillo, mimbre, encino blanco, san Pedro, candelilla, maguey o rosa de alabastro que se dan en la región. Hay un largo listado que podría dar soporte a la tierra para evitar su erosión y también, para disminuir en algo los grados centígrados elevados que se tienen a causa del asfalto y todo tipo de concretos.

El agua tratada sigue liberándose en el arroyo ante la falta de uso. Mucho ayudaría establecer normativas que obliguen a empresas y fábricas de grandes dimensiones en el uso del agua tratada, claro con sus respectivos procesos y a establecer multas por no ajustarlos, dando siempre un tiempo de ajuste para que incorporen este tipo de agua. También se hace necesario sancionar a quienes aún ahora siguen regando las banquetas con mangueras y agua potable. Este tipo de sanciones ya operan en Monterrey desde mucho antes de que ocurriera la pandemia.

Las tarifas en el uso de agua deben además ser diferenciadas, los impuestos a los monocultivos por el actual uso excesivo de agua deben ser mayores, y de igual forma las sanciones por el riego no sistematizado. Ya la realidad nos alcanzó y prevalecen los acuerdos para retrasar un cambio que puede proteger a la población entera. Ficciono que por el hecho de tener pozos privados, la cúpula en el poder no es consciente del punto de inflexión en el que nos encontramos y considero este hecho como un acto de ignorancia que Hay infinidad de expertos en el tema que podrían ser escuchados, que pueden plantear soluciones, el asunto es que los acuerdos se toman entre cercanos y consanguíneos que en la generalidad velan por sus intereses, en lugar de cuidar por los intereses de la comunidad. Esto es absurdo y lo considero un acto de ignorancia en el sentido más descriptivo y amplio y no como una ofensa, ya que la mirada autocentrada no les permite conectar los puntos que nos enlazan a todos, en una caótica danza que también incluye, primeramente, a la naturaleza que nos da cimiento.

Es curioso cómo se exaltan los espacios verdes sin acciones sistematizadas que los sostengan. Es visible el abandono a los parques en donde se podría contar con mayor cobertura vegetal, aumentar con esto algunos indicadores de salud emocional y realmente convertirnos en una ciudad verde. Hay ejemplos de jardines verticales que pueden aplicarse en las calles centrales. Existen mapas por supuesto que detallan en dónde se da la mayor radiación de la ciudad y allí podría trabajarse. ¿O es que el trabajo con el cuidado del agua, los jardines y huertos se considera una idea chabacana y accesoria?

El vocablo cero proviene del italiano zero, que a su vez derivó del latín zephyrum y más atrás del árabe hispánico sífir hasta llegar antiguamente a su fuente, el árabe clásico sifr que significa vacío.

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Nacida en Monclova, Coahuila. México, en Junio 3 de 1969. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Maestra en Historia de la Sociedad Contemporánea. Doctora en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Interdisciplinario. Ha publicado entre otros, “Los frutos del sol“ (Castillo MacMillan 2005) libro infantil y poemarios entre los que figuran Casa de sol (FECA-CONACULTA 1995), “Ruido de hormigas“ (Gatsby Ediciones, 2005), Carne para las flores, antología personal (Aullido libros, España 2011), Las flores desenfundan sus espinas, antología personal (Secretaría de Cultura de Coahuila, 2013) y “Donde la piel“ (Mantis Editores/CONARTE, 2019). Aparece en “Anuario de poesía mexicana“ (Fondo de Cultura Económica, 2006).

Obtuvo el primer lugar en fotografía Coahuila luz y forma 2003. En poesía, recibió beca del FONCA, estímulos como joven creadora y como creadora con trayectoria del FECA y del PECDA en varias ocasiones. Fue becaria FORCA-Noreste 2011-2012, en Lima, Perú donde impartió talleres sobre poesía objetual. Como invitada de honor del Festival Internacional de Teatro Tánger 2013 en Marruecos, se leyó su poesía traducida al árabe. Parte de su trabajo también tiene versiones en inglés, alemán, portugués y francés. Entre las revistas en las que ha publicado, destacan el número inaugural de la revista de poesía contemporánea de Valencia “21veintiúnversos“, ( octubre de (2015), y “Lichtungen“ (noviembre de 2016) en el apartado “Literatura del norte de México“, en el que sus poemas fueron traducidos por Christoph Janacs.

Fotografías medio ambientales, video poemas y atmósferas sonoras fueron exhibidos en la Galería Mohammed Drissi de Tánger (Julio-agosto 2021). Participó en la muestra de arte coahuilense titulada Segar el mar, dentro del 49 Festival Cervantino. Parte de su trabajo se encuentra en el portal virtual www.thenatureofcities.com, al lado de artistas medio ambientales del mundo. Actualmente es Directora de Divulgación Científica en el Museo del Desierto.

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