Estas estrategias te ayudarán a fortalecer la atención en un mundo distraído y acelerado

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Si no ejercito la atención, le perderé; la neurociencia nos demuestra que la atención no es un ‘músculo’ que se entrena, sino un ecosistema que hay que nutrir
Los padres vivimos un gran reto en un mundo muy acelerado, donde la velocidad es un valor muy preciado en los automóviles, internet, citas y respuestas instantáneas. Pareciera que la tranquilidad, creatividad y atención sostenida ya no son valores deseados, especialmente en nuestros hijos. Niños, adolescentes y jóvenes adquieren información con un mínimo de esfuerzo y su tiempo para centrarse se acorta cada vez más.
Recuerdo, en mi niñez y adolescencia, que para realizar un trabajo escolar tenía que ir a una biblioteca a investigar, buscando las respuestas entre libros y enciclopedias. Ahora no solamente estamos en la era del internet, sino de la inteligencia artificial (IA), lo que nos permite, no leer, sino brinda resúmenes y respuestas instantáneas, sin que tengamos que esforzarnos en indagar. Pero ¿estamos dejando de usar la cabeza? Creo que sí.
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Si revisamos de vez en cuando el tiempo que pasamos enfrente de una pantalla, podríamos hallar en ello alguna sorpresa como que revisamos 138 veces al día nuestros celulares y tenemos una pérdida del 47 por ciento de productividad debido a interrupciones digitales constantes. Antes, las películas duraban tres horas; hoy, muchas rondan la hora y media. Incluso, en el cine se ven decenas de pantallas de celular en vez de estar atentos a la película. Pero recuperar la atención no es de luchar más, sino que hay que entender la forma en la que se mueve el cerebro
Si no ejercito la atención, le perderé; la neurociencia nos demuestra que la atención no es un “músculo” que se entrena, sino un ecosistema que hay que nutrir. El neurólogo Dr. Marcus Raichle encontró la Red de Modo Predeterminado (RMD), un sistema neuronal que se activa cuando el cerebro parece estar en reposo. Soñar despierto no es tiempo perdido, permite al cerebro integrar información y potenciar la creatividad. A continuación presentaré algunas estrategias para fortalecer la atención de nuestros hijos:
1) Meditación y mindfulness. Únicamente 8 semanas de meditación pueden conseguir la reestructuración de las áreas del cerebro que se ocupan de la atención. Empezar sólo con 5 minutos al día puede marcar la diferencia.
2) Ejercicio físico. La actividad física puede incrementar el volumen del hipocampo, y así la memoria y el aprendizaje. La práctica de yoga, baile o caminatas puede multiplicar la atención en 29 por ciento.
3) Sueño profundo. Nuestro cerebro genera recuerdos o elimina toxinas durante la fase de sueño profundo. La calidad del sueño se traduce en mejor toma de decisiones y atención.
4) Desintoxicación digital. La sobreexposición a las pantallas fragmenta la atención. Fijar momentos sin tecnología a lo largo del día (como las comidas en familia) ayuda a mejorar la atención.
5. Dieta y nutrición. Los platos que contienen omega-3 (pescados y nueces) y antioxidantes (semillas) ayudan a favorecer el cerebro. Igualmente, un cerebro hidratado (tomar agua) es clave para practicar un buen rendimiento cognitivo.
6. Técnica pomodoro. Para aumentar la productividad sin fatigarte, trabaja en intervalos de 25 minutos; cada intervalo cuenta con un breve descanso.
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7) Permitir el aburrimiento. En un mundo hiperconectado, sentimos ansiedad con el aburrimiento. No obstante, los estudios demuestran que los momentos de ociosidad ayudan a estimular la creatividad, fomentar la resolución de problemas y especialmente mejora la atención.
8) Recuperar la atención no es perfección, es progreso. Pequeños cambios pueden ayudarnos a desarrollar, tanto a nosotros como a nuestros hijos, una mente enfocada y resiliente. Como padres debemos suscitar una serie de hábitos que ayuden a nuestros hijos a crecer en un mundo veloz, pero sin sacrificar por ello sus habilidades creativas ni su atención.