Justicia clasista y ¿racista?
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Siempre he creído que, en cuestión de razas y clases sociales, en México existe más la discriminación por motivos de clase que por un asunto racial. Existe un término preciso para llamarlo: “aporofobia” es decir fobia a la pobreza. Naturalmente, no podemos generalizar, existen ejemplos claros de quienes procuran la unión y la solidaridad de todos, sin distinción.
Una persona de tez morena u obscura con una billetera bien surtida suele ser aceptada en todos los grupos sociales. Una persona de tez blanca, pero sin recursos en la mesa, no pasa de apantallar y al paso de los días es excluido de la toma de decisiones.
Si sustituimos la billetera por las capacidades intelectuales, operativas, manuales, culturales, físicas o deportivas del interfecto, creo que el resultado será el mismo. Cuenta lo que aportas a la clase privilegiada, no el color de tu piel. Una vez dentro, la discriminación a los que no pertenecen se hace presente. Sin duda el mestizaje tiene mucho que ver en ello.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación puso punto final al litigio entre Alejandra Cuevas Morán (hija de Laura Morán, quien fuera pareja de Federico Gertz Manero, durante más de 50 años) y el fiscal Alejandro Gertz Manero. El proyecto de sentencia del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena a favor de Cuevas Morán fue contundente y requirió el voto unánime de los ministros.
El ambiente provocado por la presión social que generó el caso, obligó a la justicia. No existieron méritos legales que sustentaran la demanda del fiscal Gertz, pero sí abuso de poder y deseos de venganza familiar que van más allá de la ley.
Se hizo justicia, primero que nada, gracias a la presión social que supieron activar con tenaz perseverancia los hijos de Alejandra Cuevas, pues provocaron gran sensibilización a través de las redes sociales. Segundo, por la filtración de grabaciones que muestran los abusos de poder del fiscal Alejandro Gertz Manero sobre sus subalternos y ministros de la Suprema Corte de Justicia. Y, finalmente, tercero, por el golpe que Julio Scherer Ibarra, exconsejero jurídico del presidente López Obrador, propinó a Gertz, acusándolo de múltiples abusos. De no ser por estos hechos, el fiscal general se hubiera salido con la suya, sometiendo a la Corte y condenando a cárcel de por vida a una inocente. Mientras esto sucede a la vista de todos, la gran mayoría de la clase política, oposición incluida, continúa azorrillada, sin atreverse a cuestionar al fiscal Gertz.
Digamos que la terrible experiencia de Alejandra Cuevas llega a un final feliz. Se consigue justicia. Este final obliga a la reflexión. Lo vivido por los Castillo Cuevas y los Cuevas Morán, lo viven decenas de miles de mexicanos que sin sentencia alguna están encarcelados, muchos de ellos fueron sentenciados por falta de una defensa adecuada, o por haber confesado por medio de la tortura. Las detenciones se incrementan pero nunca bajan los índices de criminalidad.
¿Por qué nos conmovió este caso? ¿Por qué no nos movilizan miles de casos semejantes, aunque sus familias también acudan a las redes? Pienso no sólo en aquellos que están en prisión sin sentencia, sino en tantos otros casos de impunidad, desapariciones forzadas, secuestros, despojos, abusos de poder. Ni siquiera el documental “Duda Razonable”, que puede verse en Netflix, causó tamaña reacción. ¿Lo explicará la participación del fiscal Gertz, su claro abuso de poder, o será otra cosa?
Por supuesto, la confluencia de estos factores particulares no demerita la lucha de los hijos de Alejandra Cuevas. Es de agradecer que hayan logrado visibilizar el abuso del fiscal. No deseo que nadie viva lo vivido por estas familias, pero lo cierto es que consiguieron hacerse escuchar desde su pertenencia a la clase media urbana y que lograrlo es muchísimo más difícil para personas o familias de la clase popular.
Bien hecho, así debe ser. Pero hay más, muchos más, sin voz, escondidos en las clases populares. Hacia ahí nadie volteará, ahí sólo se sentirá apoyo cuando nos decidamos a cambiar el putrefacto sistema de justicia penal de México, que la 4T sólo llegó a fortalecer y empeorar.
@chuyramirezr