La lengua materna, un idioma universal: vía de los derechos humanos
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El señalamiento de los días internacionales de la Organización de las Naciones Unidas da oportunidad de sensibilizar a la sociedad sobre temas de gran interés, por ejemplo, el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente, la salud o los derechos humanos. En algunas ocasiones, además de sensibilizar, se pretende llamar la atención de los medios de comunicación y los gobiernos para dar a conocer problemas sin resolver que precisan la puesta en marcha de medidas políticas concretas en relación con alguno de esos temas. Así, el pasado día 21 de febrero de 2023 se celebró el Día Internacional de la Lengua Materna.
¿Qué es la lengua materna? En un primer plano debe decirse que se le llama así a la lengua o idioma que aprende una persona desde sus primeros años de vida, y que habitualmente se convierte en su instrumento natural de pensamiento y comunicación; es el primer lenguaje que aprende una persona al cual se denomina también lengua nativa o natal, y se diferencia de la segunda o ulteriores lenguas en que estas son las que se aprenden a través del estudio.
La lengua materna es el primer signo de identidad que tenemos como persona, y con ella damos forma al desarrollo de nuestro pensamiento; comienza en el hogar y continúa en la sociedad. Es el lenguaje mediante el cual nos comunicamos con espontaneidad, fluidez y sin esfuerzo. Es la lengua que sentimos como propia, como parte de nuestra identidad, incluso, de nuestra propia comunidad.
En un segundo plano, y no menos importante, debe decirse que la Lengua Materna es un instrumento natural de pensamiento y comunicación que contiene un elemento de valoración subjetiva; es decir, es un instrumento de fomento, transmisión y aprendizaje de valores. Por medio de la lengua materna las personas son capaces de entender y comprender la importancia que tienen los valores y su aplicación en sociedad.
La lengua materna fomenta valores como la tolerancia y el respeto. Nos ayuda a entender que existen personas y culturas distintas que debemos tolerar y respetar manteniendo la expresión de ideas, sentimientos y afectos como vínculo de relación entre las ellas, entendiendo que existen otras formas de ver el mundo.
En ese mismo sentido, la lengua materna también potencializa la preservación de los derechos humanos debido a la transmisión y aprendizaje de diversos valores como la libertad, la igualdad, la justicia y el respeto por los demás. Desde que nacemos la lengua materna nos transmite tales valores como una forma no sólo de lenguaje o de idioma, sino como una forma de vida en sociedad; es una forma de aprender de manera natural el fomento y el respeto de estos valores que se traducen en lo que conocemos como derechos humanos o derechos universales. Comienza en el hogar, continúa en sociedad e implica aprender un idioma universal de valores que deben prevalecer en una comunidad para garantizar el bienestar social, y además debe trascender a las mismas autoridades para cumplir con esa garantía.
La lengua materna es, a final de cuentas, un instrumento natural del pensamiento y comunicación, así como también un idioma universal que sirve como herramienta cultural que tiene cada sociedad para preservar y transmitir los valores que han sido acumulados en el seno de la misma de generación en generación; valores como la libertad, la igualdad, la justicia y el respeto por los demás, lo que se traduce en una salvaguarda y protección a los derechos humanos.
El autor es investigador del Centro de Educación para los Derechos Humanos de la Academia Interamericana de Derechos Humanos.
gerardogarza@uadec.edu.mx
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