Las armas nucleares, una producción sin sentido
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Existe un fuerte rechazo internacional al uso de las armas nucleares. Tal desestimación se ha marcado como un medio inaceptable de guerra desde el punto de vista humanitario, moral y hasta jurídico. Prueba de ello es la creación de dos tratados internacionales: el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) que entró en vigor el 5 de marzo de 1970 y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) que entró en vigor el 22 de enero de 2021.
El TNP refiere a que los Estados que son parte en el Tratado y no poseen armas nucleares, se comprometen a no fabricar o adquirir armas u otros dispositivos nucleares explosivos; así mismo, los Estados que también son parte del Tratado, pero que poseen este tipo de armas se comprometen a no introducirlas a ningún Estado que no las posea. Por su parte, el TPAN prohíbe el uso, almacenamiento, adquisición, fabricación y producción de armas nucleares a los Estados afiliados al Tratado.
Además de lo anterior, en diciembre del año 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 26 de septiembre como Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, a fin de hacer del conocimiento público y concientizar a las personas respecto de la amenaza que representan las armas nucleares para la humanidad y la necesidad de eliminarlas. Un desarme nuclear en todo el mundo ha resultado ser uno de los objetivos más antiguos que persigue la Organización de las Naciones Unidas (ONU); sin embargo, hoy en día, además de existir un enorme armamento de este tipo en diversos países, éstos cuentan incluso con programas de modernización de sus arsenales a largo plazo.
La entrada en vigor de los Tratados es un logro moral y jurídico importante para erradicar el uso y fabricación de armas nucleares, pero definitivamente no podemos pensar que debido a ellos mañana amaneceremos sin armas nucleares. Lo que sí debemos considerar es que los Tratados son un excelente inicio para lograr el desarme nuclear a nivel mundial y un buen inicio para la seguridad, tranquilidad y la paz de la humanidad, pero se requiere también de la participación de los ciudadanos, órganos políticos y la sociedad civil para promover iniciativas tendientes a poner fin al armamento nuclear.
Es sabido que la idea de los científicos respecto de la energía nuclear siempre fue el tratar de encontrar otras fuentes de energía alternativas, es decir, nunca se pensó en utilizar este tipo de energía como armamento. Prueba de ello lo es que existen muchos países que cuentan, por ejemplo, con reactores de energía atómica que les permiten tener iluminación en las calles y utilizar aparatos electrodomésticos, por eso es importante crear conciencia de que se puede tener un uso pacífico de la energía nuclear y no para destruir poblaciones por conflictos militares a través de estos armamentos.
Es entonces el uso de armas nucleares inaceptable desde un punto de vista moral y humano, además de ser ilegal conforme a las normas y tratados que rigen al derecho internacional. Debemos de crear conciencia de que la creación y uso de las armas nucleares no garantizan la seguridad y la paz de la humanidad, por el contrario son instrumentos que la mantienen intranquila debido a que se puede causar una catástrofe por el uso deliberado, e incluso accidental, de este tipo de armamento.
Algo que es positivo y también llama la atención es que las armas nucleares no se han vuelto a utilizar desde 1945, cuando fueron bombardeadas las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, lo que implica indudablemente que la comunidad internacional no puede y no quiere afrontar las consecuencias de un ataque nuclear. La realidad es que ningún Estado está preparado para afrontar una catástrofe humana derivada de una explosión nuclear, pero mientras existan armas nucleares siempre existirá el riesgo de que se vuelvan a utilizar deliberadamente, incluso, hasta con motivo de un error o accidente.
Luego entonces, ¿para qué la producción y tenencia de un enorme armamento nuclear en diversos países?, ¿para qué los programas de modernización de los arsenales de armamento nuclear a largo plazo? De ahí lo contradictorio y la falta de sentido de la producción y tenencia de este tipo de armamento.
Correo electrónico:
gerardogarza@uadec.edu.mx
El autor es investigador del Centro de Educación para los Derechos Humanos de la Academia Interamericana de Derechos Humanos
Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH