La magia y fuerza del libro; Benito Taibo en la Feria del Libro de Coahuila
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“Somos lo que hemos leído”.
Tomás Eloy Martínez
Es la sala Julio Torri, la presentación de Benito Taibo está programada para las cuatro de la tarde, del viernes 28 de abril, en la Feria Internacional del Libro de Coahuila. Completa de público, y a la hora exacta, da comienzo.
Viste de manera informal y lo primero que expresa son palabras que ha tomado de varios libros, pero haciendo él de protagonista: así, hay referencia personal de las obras “Moby Dick”, “El Diario de Ana Frank”, “Peter Pan”, “Tom Sawyer”, “El Quijote”, “Ana Karenina”. A través de ellas, poco a poco se ha logrado atraer la atención del público, pues la charla estará construida a través de esos mismos autores y los que han constituido la vida lectora de Benito Taibo.
Recuerda el modo en que siendo niño su maestro encargó como lectura el “Cantar del Mío Cid”. Al llegar con su padre, este le preguntó: “¿Tienes que leer este libro?”. “Sí”, fue la respuesta del tímido adolescente de segundo de secundaria.
El padre, también escritor, le ofreció la voluminosa y espléndida lectura de “Mil Libros” para que pudiera trabajar en su ensayo. El niño habría de enfermar poco después. Cayó en cama de hepatitis por un mes y medio, y su padre empezó a dejarle libros que estarían puntuales, una vez concluidos, en la mesa de noche de su habitación.
Así entró de verdad, y no a fuerza como intentara el maestro, al mundo de la literatura que no abandonaría jamás.
Con expresiones como esplendoroso, espléndido, maravilloso y espectacular, se refirió al universo de la lectura, un ambiente que fue propiciado por sus padres y que sus hermanos también fortalecieron en el hogar.
En ese primer encuentro con los lectores de Saltillo, en la XXV Feria del Libro de Coahuila, a la hora de las preguntas y comentarios, una joven de 17 años conmovió a la sala cuando expresó que ella leía libros que eran censurados por la gente que la rodeaba. Ella, dijo, se sentía “algo así como una impostora de la lectura”, cuando de pronto “entré a TikTok y vi a un señor que decía que los jóvenes podíamos leer lo que nos diera la gana”. Eso aderezado con una palabra altisonante, que hizo gracia a la joven.
Ella se abocó a buscar quién era quien tal cosa decía y contradecía a todos cuantos la regañaban por sus lecturas. Se trataba de Benito Taibo y se emocionó tanto que empezó a seguirlo en las redes y a leer lo que a ella le gustaba.
El autor del libro “Persona Normal” se conmovió y la saludó con afecto haciendo un choque con las manos, lo que también lo conectó con el público en variadas ocasiones al formular preguntas que obtenían respuestas graciosas y simpáticas.
Habló de los derechos del lector diciendo que uno de ellos es abandonar el libro en el momento en que uno lo decida, es decir, que no hay obligación de leer; que se puede rayar; que se puede doblar en las esquinas, que se puede hacer con él lo que le plazca, que le haga sentir que el volumen es suyo. Esto a la pregunta de qué libro no leería, agregando, que “hay más libros que estrellas. Yo ya me volví selectivo y si a las 50 páginas no me llega a interesar, lo abandono”.
En su segunda participación en la Feria, el sábado 29, y donde Astor Ledezma le realizó interesantes preguntas sobre sus libros y su poesía, en la interacción con el público insistió en que, en su proceso de lectura, los jóvenes deben ser auxiliados por los maestros y padres. Lo que lee un niño, un adolescente, un joven, es lo hay en su contexto, en su circunstancia. Entonces, el maestro y los demás deben leer como leen los jóvenes para seguirlos interesarlos.
Citando a Umberto Eco, expresó casi al final de su segunda presentación, en la sala Enriqueta Ochoa: “El que sirve para leer, leerá”.