Los cuatro gritos por México: el anhelo de un país que aún no vive plenamente
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Todavía no pudimos gritar: ¡VIVE MÉXICO!
Los cuatro gritos, en nuestra historia, no han podido ser aún indicativos. Siguen siendo optativos. Esos gritos no gritan lo logrado, sino lo que se quiere lograr. No se dice “¡vive!”, como un “¡ya!” de logro consumado, sino sólo “¡viva!”, de un “todavía” que sigue desafiando.
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Los gritos se han ido dando en secuencia histórica. No al imperialismo. No al clericalismo. No a la injusticia. No a la impune corrupción. Se quiso la independencia, la laicidad, la justicia social y la corrupción sancionada y suprimida.
Son puertas que se han querido cerrar herméticamente, pero continúan entreabiertas. Nos seguimos independizando, reformando, revolucionando y tratando de aniquilar lo corrupto y lo impune.
HACIA EL GRITO ANHELADO
Se cuida el cambio no bélico, aunque no ha podido extirparse la violencia relacional y criminal. Lo endeble de las tendencias liberadoras ha logrado, en varios casos, alcanzar la reciedumbre constitucional. Claro que esa Constitución está muy parchada y remendada, un poco arrugada y encanecida, pero es aún respetable.
Muy cerca de un relevo, estamos viviendo este septiembre de reformas, de Grito y desfile, pero también de preparación de próxima toma de posesión presidencial, que acepta el mandato de la ciudadanía, al empezar octubre.
Los cuatro gritos no se extinguen. Se van haciendo simultáneos porque se ve aún lejano el día en que una generación de mexicanos se alegre de poder gritar: “¡Ya vive México! Ya está viviendo su victoria plena, alcanzada, mantenida y cuidada por todos”...
DESARROLLO CON RESPONSABILIDAD AMBIENTAL
No un progreso contaminante.
El dinamismo del crecimiento orgánico, no tumoral en una prosperidad compartida de beneficio general, ha de estar acompañada por la responsabilidad de que la gente pueda respirar sin enfermarse. Es un aseo fundamental en el viento que todos respiramos.
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Avanzar hacia adelante con pasos de gigante no ha de perder de vista a los más frágiles, los más pequeños, los menos dotados, los empobrecidos. Ni ha de descuidar desechos dañinos en emisiones nocturnas o con las que se nubla la luz del día.
Sería inhumano un aparente desarrollo que no monitorea, con suficiencia, las condiciones ambientales y que permite abusos no saludables que afecten la salud de la población. El único verdadero desarrollo es el que respeta la dignidad de las personas.
EL VALOR DE LA DIVERSIDAD
Hay tendencia a promover siempre lo afín, lo que tiene común denominador. Se encuentran los que tienen la misma fe, viven en la misma colonia, son exalumnos de las mismas aulas, tienen las mismas ideas políticas, tienen el mismo nivel de ingresos, son del mismo apellido, visten con prendas similares, coinciden en aficiones... y más. Lo más fructuoso es la reunión heterogénea, en que hay diferencias de edades, de opiniones, de intereses, de costumbres, de distintas nacionalidades y surge el aprendizaje recíproco y el respeto mutuo, la comprensión y la tolerancia, el concierto resultante no sólo de puras flautas o puros tambores sino de toda la variedad de instrumentos sinfónicos.
TÉ CON FE
-¿Por qué escogió Hidalgo el estandarte de la Madre aparecida en el Tepeyac para inspirar la independencia?
-Es posible que lo haya hecho porque Ella pidió un templo de piedras vivas, una patria de hermanos y afirmó: “¿Por qué se afligen?, ¿no estoy yo aquí que soy su madre?”...