Los distractores mañaneros
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Mientras el País descubre incrédulo −a través de videos que circulan en redes sociales− provocaciones de la delincuencia en contra de las fuerzas armadas, así como exhibiciones de poderío militar de éstos frente al Ejército, en las mañaneras se discuten temas muy ligeros, de política partidista, de confrontación con adversarios o anunciar quienes se integran al clan de las corcholatas.
Sin embargo, la preocupación por el tema de la seguridad pública crece entre la ciudadanía porque cada vez más se hace patente la profesionalización de los cárteles.
Mientras tanto el Presidente reitera contra viento y marea que no cambiará su estrategia de combate a la delincuencia y la sensación de vulnerabilidad frente al crimen organizado crece entre la sociedad.
La autoridad moral que generalmente los mexicanos reconocemos a las fuerzas armadas se deriva de una larga trayectoria de servicio en favor de la sociedad como por ejemplo el DN3 aplicado frente a los desastres naturales, además de una gran historia de heroísmo y lealtad institucional al pueblo de México.
En contraste, ver el rol que actualmente deben asumir las fuerzas armadas porque han sido maniatadas a partir de una política de seguridad pública tibia, confusa y medrosa por parte del actual gobierno, nos genera una sensación de impotencia. El asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora no es un hecho más de carácter local que pueda ser controlado internamente por el presidente López Obrador. La muerte violenta de estos dos miembros de la orden religiosa a la que pertenece el papa Francisco ameritó una llamada de atención desde el Vaticano.
Esto echa por tierra ese intento del presidente López Obrador de crearles una imagen humanizada para justificar la inacción de su gobierno frente al crimen organizado, lo cual tiene un tufillo de cobardía e irresponsabilidad. El Presidente no ha descubierto aún que la delincuencia organizada es un torbellino incontrolable, que ni siquiera él podrá dominar nunca.
El pasado miércoles 22 hubo 91 ejecutados y 96 asesinados el día 13... ni en la guerra de Ucrania. Con su actitud de “aquí no pasa nada, todo eso son mentiras de mis adversarios”, nos distrae con sus corcholatas y la sucesión presidencial adelantada. ¿Qué más debe suceder para que reconozca que está aferrado a una estrategia fallida que no restablecerá la seguridad?
@homsricardo
Presidente de la Academia
Mexicana de la Comunicación