Los nuevos retos de la convivencia y/o competencia entre generaciones

Opinión
/ 31 julio 2024

Si medimos a las generaciones en bloques de veinte años, considerando la esperanza de vida de un ser humano común, tendríamos a una primera generación entre 1 y 20, la segunda entre 21 y 40, la tercera entre 41 y 60, la cuarta entre 61 y 80 y la quinta entre 81 y 100. Y sí, cada vez vemos y veremos a más integrantes de la quinta generación deambular por este mundo.

A mis 46 años, yo me ubico en la tercera generación, los que tenemos entre 41 y 60 años. Un verdadero sándwich en medio de dos generaciones debajo y dos generaciones arriba, ambas vivitas y coleando. Los que vienen detrás, de por sí ya son un reto al que nos tenemos que adaptar. Pero lo nuevo ahora son los que van adelante, continúan activos, se reinventan y pasa mucho más tiempo antes de que se sientan cómodos en el retiro. Algunos simplemente renuncian a esa posibilidad, por gusto o por necesidad, sea económica o de salud física o emocional.

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Algo en común tienen Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump con Ismael “El Mayo” Zambada, Germán Larrea, Bill Gates, López Obrador, Javier Aguirre o Hugo Sánchez. Todos son varones sí, pero también forman parte de la cuarta generación. Tienen entre 61 y 80 años.

Usted pensaría que los que llegan a ochenta estarían listos para retirarse. Pero eso es cada vez menos posible. Los chavales de la quinta generación están presentes, activos, sin muchas ganas de retirarse y algunos con muchas ganas de reinventarse. Ahí tiene usted a los muy activos, el vocalista de los Rolling Stones, Mick Jagger a sus 81 años, al igual que Bob Dylan, Paul McCartney o Roger Waters. Pero los acompañan otros como Carlos Slim, Napoleón Gómez Urrutia, Amancio Ortega, el Papa Francisco y, aunque en proceso de retiro, ahí está Joe Biden.

En el extremo juvenil se nota la fuerza de las mujeres en roles protagónicos. La segunda generación es segura y soberbia, tanto en el buen sentido como en el malo. En México, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, tiene 36 años, los mismos que el alcalde electo de Piedras Negras, Jacobo Rodríguez o Samuel García, gobernador de Nuevo León. El gobernador Manolo Jiménez, a sus 40 años, cierra la puerta de esta segunda generación junto con Román Meyer, secretario federal de Sedatu. Es una generación muy activa, no pide permiso para nada, está y se siente empoderada.

En el frente internacional encontramos figuras como JD Vance, con 39 años, posiblemente el próximo vicepresidente de Estados Unidos. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, tiene 36 y el de Chile, Gabriel Boric, 38. Malala Yousafzai tiene 27; Greta Thunberg, 21; el astro del fútbol francés, Mbappé, suma 25. No me voy al frente de los negocios ni de los espectáculos porque ahí simplemente arrasan.

Si algo debe aprender la segunda generación es que los de la primera son su copia, corregida y aumentada. Nacieron en un mundo digital, van tan avanzados que se aburren en las escuelas. Tienen mucha conciencia social (¡qué bueno!), particularmente ambiental. Muchos ya son empresarios exitosos y no le deben el favor a ninguna estructura de poder, patriarcal o no. Lamine Yamal, un niño africano de 17 años, de familia que emigró a España, fue la sensación en la pasada Copa Europea de futbol. En el frente privado, ya tiene un contrato con el Club Barcelona por 1.05 billones de dólares. Lamine, ni siquiera pudo firmar ese contrato y no puede acompañar a sus compañeros de equipo a un bar. Mi hijo de 17 años, sin mucho esfuerzo, ya acumula tres actividades económicas, buenas calificaciones, y de alguna manera le sobra mucho tiempo para estar con sus amigos, sea en línea o presencial. A su edad yo estaba en la universidad, con un trabajo y la participación política. Complicado, aunque todo lo disfrutaba.

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En ese mundo se mueve mi generación, la “generación de la obediencia” bromean algunos. Obedecimos a nuestros padres y obedecemos a nuestros hijos. Con jóvenes que vienen fuertes, seguros, empujando y sin pedir permiso, y personas mayores que no piensan en el retiro, se afirman en sus posiciones y hasta buscan reinventarse.

¿Qué retos plantea a la sociedad esta nueva forma de convivencia y/o competencia intergeneracional?

X: @chuyramirezr

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