Los resentidos y el miedo al ostracismo

Opinión
/ 12 febrero 2023
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Ostras apiladas unas sobre otras, esos eran los votos en la antigua Grecia para determinar si un ciudadano era peligroso para la polis. Se votaba con ostras y si se acumulaban las suficientes valvas (conchas), la persona en cuestión era literalmente desterrada. Y como somos seres gregarios, ¿quién soporta lúcidamente el destierro, ya sea de su país, de su ciudad o de su círculo cercano?

Ahora está en boga en la arena política y económica el mote de “resentidos” aplicado a quienes protestan o se inconforman por disposiciones gubernamentales, postulados públicos, formas de hacer negocios de las cúpulas, en fin. Se les dice resentidos a quienes con sus meras expresiones, argumentos o acciones son el contrapeso de decisiones ya instauradas como costumbres, políticas o quehaceres en nuestro país.

Raudamente para desactivar un argumento o un enunciado que no va acorde a los intereses de los privilegiados, se tilda a quien los expone, de resentido/a, y lo primero que ocurre es que emerge en quien recibe ese mote, el sentimiento de abandono y de expulsión social, o incluso deja de ser solo un sentimiento, se puede convertir en un verdadero aislamiento, en un dejar de recibir invitaciones tanto a hacer negocios, como a reuniones sociales.

De acuerdo con el diccionario, un resentido o resentida, es una persona que se siente maltratada por la sociedad o por la vida en general, o que muestra o tiene algún resentimiento. Entonces, alto. No mezclemos peras con habas. Escuchemos a la persona resentida que argumenta su incomodidad por el actual estado de las cosas en México, el cual sabemos es insostenible desde hace más de cinco décadas. Evidentemente hay maltrato generalizado a los más pobres; hay clasismo, racismo y compadrazgo, una clase trabajadora secuestrada con el pago de impuestos que nada más no alcanzan para hacer mejoras sustanciales a los campos de la salud, la educación y la agricultura, por el grado de corrupción imperante.

Y esta realidad lastima a las personas que se encuentran resentidas porque impacta su estar en el mundo, es decir, sus actividades. Y no es la vida en abstracto quien se las cobra o los maltrata, hay acciones específicas instauradas que provocan ese agravio, hay grupos de poder que no quieren perder lo ganado sobre bases inequitativas e injustas, y hábilmente desactivan cualquier crítica refiriéndose a los resentidos como los leprosos, mezclando así maquiavélicamente peras con habas. Y pues no, uno tampoco quiere tener lepra.

Además, a los resentidos, se les amontonan más frases como si fueran leños para una hoguera: que no trabajan lo suficiente y por tanto se desquitan con los que sí, que son flojos y por eso son resentidos, que si le echaran las ganas entonces tendrían el negocio del siglo. Estos silogismos horrendos, buscan preservar la estructura que genera las desigualdades. Y entonces sí, se busca que los resentidos se acostumbren a ser llamados gratuitamente resentidos, porque a fuerza de la repetición se vuelve una “verdad”, hueca por supuesto, pero “verdad” para los favorecidos que colocaron el mote.

Es curioso, pero nunca he visto que sea llamado “resentido/a”, alguien que goza de privilegios, que se sirve con la cuchara grande en los gobiernos o las empresas. Sería un sinsentido, ¿no? ¿O sería exacto llamarles resentidos a quienes buscan proteger sus condonaciones de impuestos o sus altas ganancias hechas a base de conocidos y se resisten a la aplicación de la ley? No. Evidentemente no.

Además, estos grupos de privilegio son quienes controlan discursos en medios y en redes sociales que para eso están los ejércitos de bots y las campañas pagadas, para lograr que aquellos, esos amargos resentidos, sí tengan un juicio mediático y moralino. ¿Y qué ocurre? Que de a poco, el silencio les invade, prefieren ser los que se callan en las reuniones familiares o sociales, a ser quienes dejan escuchar sus voces. El miedo, siempre el miedo al ostracismo.

El vocablo resentido está formado por el prefijo “re”, que significa “de nuevo o hacia atrás”, por el verbo procedente de la raíz indoeuropea “sent” que dice algo así como “tomar una dirección”, y por el sufijo “do”, que forma participios que refiere a que ha sido concluida una acción.

claudiadesierto@gmail.com

Nacida en Monclova, Coahuila. México, en Junio 3 de 1969. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Maestra en Historia de la Sociedad Contemporánea. Doctora en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Interdisciplinario. Ha publicado entre otros, “Los frutos del sol“ (Castillo MacMillan 2005) libro infantil y poemarios entre los que figuran Casa de sol (FECA-CONACULTA 1995), “Ruido de hormigas“ (Gatsby Ediciones, 2005), Carne para las flores, antología personal (Aullido libros, España 2011), Las flores desenfundan sus espinas, antología personal (Secretaría de Cultura de Coahuila, 2013) y “Donde la piel“ (Mantis Editores/CONARTE, 2019). Aparece en “Anuario de poesía mexicana“ (Fondo de Cultura Económica, 2006).

Obtuvo el primer lugar en fotografía Coahuila luz y forma 2003. En poesía, recibió beca del FONCA, estímulos como joven creadora y como creadora con trayectoria del FECA y del PECDA en varias ocasiones. Fue becaria FORCA-Noreste 2011-2012, en Lima, Perú donde impartió talleres sobre poesía objetual. Como invitada de honor del Festival Internacional de Teatro Tánger 2013 en Marruecos, se leyó su poesía traducida al árabe. Parte de su trabajo también tiene versiones en inglés, alemán, portugués y francés. Entre las revistas en las que ha publicado, destacan el número inaugural de la revista de poesía contemporánea de Valencia “21veintiúnversos“, ( octubre de (2015), y “Lichtungen“ (noviembre de 2016) en el apartado “Literatura del norte de México“, en el que sus poemas fueron traducidos por Christoph Janacs.

Fotografías medio ambientales, video poemas y atmósferas sonoras fueron exhibidos en la Galería Mohammed Drissi de Tánger (Julio-agosto 2021). Participó en la muestra de arte coahuilense titulada Segar el mar, dentro del 49 Festival Cervantino. Parte de su trabajo se encuentra en el portal virtual www.thenatureofcities.com, al lado de artistas medio ambientales del mundo. Actualmente es Directora de Divulgación Científica en el Museo del Desierto.

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