¿Para qué hago lo que hago? Y si hago lo que hago, ¿para qué me quejo de lo que hacen o no hacen los demás?

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“Yo hago todo hermoso para todos, pero nadie hace que las cosas sean hermosas para mí.” Lo leí, me identifiqué un tanto, y luego pensé que no es cierto. Me acordé de muchas reuniones y viajes y por el estilo que he planeado y ejecutado, invitando e incluyendo a mucha gente. Sí, lo he hecho. Sí he consentido a individuales y a grupos. Pero eso no significa que yo no he recibido satisfacciones y atenciones de otras personas. Últimamente estoy mucho más consciente de lo que recibo y de lo que ofrecen otros. Antes tenía el hábito de no recibir lo que se ofrecía. Ya saben, ese espacio donde nos quedamos atrapados entre la pena de recibir o el hecho de que realmente no deseamos ni necesitamos lo que se nos está ofreciendo. Yo he llegado a sentir que, si acepto algo que me ofrecen, les estoy quitando algo al otro. Eso no es verdad, o tal vez sí, pero, así como yo comparto, otros comparten.
Hace unos años hice una fiesta grande para mi cumpleaños. Fue un evento muy maravilloso, muy concurrido, espectacular. Me quedé con la sensación de haber hecho mucho, aunque mi hija hizo mucho del trabajo y la inversión (no debo olvidarme de eso). Después me cuestionaba para qué había hecho esa fiesta. ¿Fue para mí? ¿Fue para los demás? ¿Qué quería? Creo que quería compartir mi cumpleaños, y a la vez tener un evento en el foro, y bueno, las fotos son testigos de que fue un evento alegre, disfrutado...bailamos, uno que otro hasta arriba de una mesa. La pasamos genial. Recibí regalos.
¿Entonces? ¿Para quién y para qué hice semejante despliegue de esfuerzo? De ser honesta, para mí. Y para todos. Yo puse todo bonito. Mi hija puso todo bonito. Las personas presentes pusieron todo bonito. Los músicos pusieron todo bonito. El personal del foro puso todo bonito. No lo hice sola. Y era para mí, y para todos.
Nos quejamos porque los demás no devuelven lo que pensamos que nosotros damos. Claro, ellos dan lo que tienen y a su manera. Tal vez el talento a adquirir es la de recibir y de agradecer. Ah, y de darnos cuenta desde dónde hacemos lo que hacemos.