Esfuerzo y solidaridad, credulidades y fe y otros contrastes pandémicos

Politicón
/ 2 mayo 2020

Pérdida de equilibrio y por lo mismo riesgo de desplome o de ruptura. Es un instante de incertidumbre. Se acercan al mismo tiempo el temor y la audacia. Acobardarse o atreverse es la disyuntiva. Se está soltando un trapecio y aún no llega el otro. Surge en la crisis el profeta de calamidades. Desanima, anuncia lo peor, presenta lo pésimo como inevitable. Fomenta la desconfianza. Con actitud derrotista anuncia sólo fracaso. Se levanta también la voz de la esperanza. Se señala la meta, la cumbre, el ideal, la victoria. Recuerda fortalezas y administra recursos.

Se ha adelantado un pie. Se ha echado el cuerpo hacia adelante. Se ha rebasado la línea de equilibrio. La gravedad empieza su atracción hacia la caída. Súbitamente otro pie se adelanta y encuentra el apoyo al avanzar. Ya hay equilibrio otra vez para un siguiente paso. La crisis fue para avanzar. El esfuerzo empujó, impulsó con buen esfuerzo y llegó a tiempo la solidaridad diligente y oportuna. Fue posible no caer. Se recobró el equilibrio y se avanzó. Con este binomio de esfuerzo y solidaridad es posible caminar, avanzar y llegar.

Si hay progreso, el estado habitual es la crisis, el esfuerzo que encuentra riesgo y la solidaridad que logra remover obstáculos, vencer oposiciones y dinamizar recursos.

De pronto una crisis se vuelve tan intensa que hace desatender muchas otras simultáneas e insoslayables pero no tan implacables e inmediatas. La sociedad se va educando con el ejemplo de los menos pertrechados, de los que permanecía excluidos y ahora aportan la mejor actitud al completar el esfuerzo con la solidaridad.

CREDULIDADES Y FE

En tiempo de temores infundados y desbocados suelen multiplicarse las credulidades. Y aún la misma fe auténtica recibe las tentaciones de buscar apoyos engañosos en “revelaciones” particulares o en todo tipo de amuletos y exterioridades inconsistentes. La esencia de la fe es la apertura al misterio con una confianza plena. No necesita asideros, pasamanos, fetiches o protecciones con barniz de falso poder.

SOSPECHOSISMO ADICTIVO

Se convierte en una droga psicológica.

Suelen algunos  traer fantasmas anacrónicos para asustarse con ellos e intentar hacer lo mismo con su vecindario en su propio espectro de comunicación habitual. Imaginan conexiones fantasiosas con las corrientes que parezcan más condenables e inaceptables y diseñan conspiraciones que quiebren toda confianza posible. Escogen las adjetivaciones más satanizadas para hacer un Frankenstein de horripilancia intragable. Influenciados por películas de terror y ciencia ficción, urden laberintos calenturientos, desinformados y disfrazados en halloween fuera de fecha.

El sospechosismo adictivo no puede ver ojos en otra cara (decían las abuelas de antes) y menos si es rostro que ni siquiera quieran ver. Denota un problema personal y grupal que genera confusiones de apreciación y tiende a descalificar y tildar. El origen podrá siempre encontrarse en algún oculto tipo  de avaricia despechada.

ACTITUDES DE MADUREZ HUMANA

La de los operarios de salud que, antes de recibir las protecciones necesarias ellos mismos se las costearon para seguir atendiendo a los pacientes. La actitud heroica de los médicos que conocían bien los riesgos y se aventuraron a la proximidad necesaria hasta quedar contagiados. Quienes tuvieron enfermedad leve parece que pueden tener una impunidad que todavía no se puede garantizar plenamente. La de los investigadores que han sugerido usar desinflamatorios y anticoagulantes porque las autopsias en Italia han descubierto que la causa de muerte fueron los trombos obstructivos. La actitud de quienes han señalado atender la fase de virus en garganta para evitar que llegue a pulmones. Los pequeños empresarios que siguieron pagando a sus empleados en la pausa. Las familias que no tomaron el confinamiento ni como vacación ni como calamidad sino la aprovecharon para humanización y cristianización. La actitud de los periodistas que han usado discernimiento para distinguir entre una falsedad, una calumnia, una exageración y subrayaron los hechos con objetividad...

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