La lección que deja #LadyCobijas: hoy Coahuila es un Estado fallido

Politicón
/ 20 noviembre 2016
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Hace 14 días la titular de Infraestructura y Transporte del Gobierno de Coahuila, María Esther Monsiváis Guajardo, se separó del cargo –voluntaria o involuntariamente, es lo de menos– luego de que Reforma publicó un reportaje donde descubrió su vínculo directo con la empresa Riviera Álamo S.A. de C.V., una de las firmas fantasma que recibió 17 contratos de la administración estatal sin licitación pública, y que había sido exhibida el 26 de septiembre por el mismo periódico.

VANGUARDIA por su parte documentó que por asignación directa la Secretaría de Finanzas pagó en total 48.4 millones de pesos a dicha persona moral entre 2015 y 2016 por cobijas, electrodomésticos, utensilios de cocina, tinacos, colchones, una plataforma (lo que sea que eso signifique), mochilas, impermeabilizante y, lo más absurdo de todo, bolos.

Y qué ha sucedido desde entonces, se preguntará usted.

Muy sencillo: nada.

Si bien el Congreso del Estado admitió el pasado 9 de noviembre un punto de acuerdo para iniciar una investigación al respecto, involucrando a la Secretaría de Fiscalización y a la Auditoría Superior, no existen elementos objetivos, ni antecedentes en su actuar, para confiar en la justicia.

Por el contrario, El Norte reportó el 17 de noviembre que gestoras del PRI en la Región Carbonífera (lideresas, pues) están repartiendo actualmente formatos a beneficiarios de programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) para que firmen de conformidad haber recibido los supuestos apoyos facturados a Riviera Álamo el año anterior.

En otras palabras: buscan justificar el saqueo desde la Sedeso, lucrando con la pobreza.

Y si un caso de corrupción descarnada y a ojos vistos como éste no se castiga conforme a la legislación vigente, ¿dónde queda el orden constitucional?, ¿realmente vivimos en un Estado de derecho?

No en la práctica.

¿Qué es Coahuila entonces? 

Fácil: un Estado fallido.

Vía Twitter he señalado el camino legal que debe seguir el tema. De acuerdo con el artículo 113 del Código Fiscal de la Federación, alcanza hasta seis años de prisión quien “expida, adquiera o enajene comprobantes fiscales que amparen operaciones inexistentes, falsas, o actos jurídicos simulados”.

Asimismo, el artículo 236 del Código Penal de Coahuila inhabilita hasta por 10 años para ejercer el servicio púbico por las citadas causas y la Ley de Responsabilidades obliga a los funcionarios que formen parte de una sociedad como Riviera Álamo a abstenerse de celebrar o autorizar contratos relacionados con adquisiciones.

Tan claro como eso.

Ahora bien, como se mencionó líneas arriba, la empresa de Monsiváis cobró 17 millones 463 mil 586 pesos por “electrodomésticos” a la Sedeso. Y dicha dependencia, al ser cuestionada vía solicitud de información por el monto de lo comprado, respondió que se trató de 9 mil 100 paquetes con artículos y que éstos “tuvieron como destino final las diferentes comunidades de los 38 municipios del Estado”.

Eso significa, por un lado, que pagó mil 919 pesos por unidad y que es imposible, por tanto, ubicar exactamente dónde fueron entregados los productos pues en Coahuila existen 17 mil 438 localidades a decir del INEGI. Se trata, por tanto, de una información que nada dice. Porque generalizar es perder. Tergiversar. Difuminar.

Por otro lado, el inconveniente con los precios aparece cuando especifican las características de los presuntos “electrodomésticos”. En el mejor de los escenarios, el valor comercial del kit alcanza los 919 pesos al menudeo en cualquier supermercado. En otros casos, considerando que incluían vasos y cucharas, no alcanza los 500 pesos.

De tal forma existe un sobreprecio, documentado, que alcanza los 10 millones de pesos aproximadamente. 

¿Qué debe suceder para que las instituciones funcionen en Coahuila?, ¿acaso vivimos en un paraíso delincuencial, en un portal dimensional donde no existe tiempo y espacio, en un bucle donde nada sucede y las cosas regresan a su estado original después de la medianoche?

Cortita y al pie
Monsiváis ya renunció. El Gobierno del Estado liberó la presión antes de que estallara la olla exprés. Pero los frijoles están podridos y siguen adentro. Hay desgobierno. Son una pandilla y están contra nosotros aunque cada vez están más solos y cierran el círculo. A lo desvergonzado.

La última y nos vamos
Las elecciones en Estados Unidos hicieron que se perdiera el tema unos días, sin embargo, no se olvida. Es indefendible. Es inaceptable. Es vomitivo.

@luiscarlosplata

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