Manolo cumple, y cumple bien
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Fue en el año 2007 cuando Manolo Jiménez Salinas nos invitó a votar por él para presidente de un seccional al norte de la ciudad. Al argumentar el suscrito su militancia de izquierda, Manolo contestó de una manera muy convincente: “En la política todos necesitamos de todos”, lo cual nos hizo percibir en ese joven la ecuación perfecta entre un sencillo operador seccional de barrio popular y el convincente ideólogo que sabe transmitir su proyecto político.
Tiempo después nos encontramos casualmente con Manolo cuando fungía como dirigente municipal del PRI, ocasión que sirvió para comentarle del abandono de la colonia Brisas por parte del alcalde Isidro López Villarreal, con cientos de baches afectando seriamente la vialidad. El joven político acertó al decir: “Gobernar es mucho más difícil que protestar, pero las protestas son el mejor indicador de que no se está gobernando bien”.
En cambio, con Manolo al frente del municipio todos los baches de las Brisas se arreglaron en pocos días, un problema que no resolvió en cuatro años de gobierno ese señor que tiene nombre de calle, a pesar de que la principal avenida de esta colonia lleva el nombre de Isidro López Zertuche.
Vale, pues, resaltar que Manolo ha cumplido al 100 por ciento sus compromisos de campaña. Un asunto reconocido por los saltillenses y también criticado por sus adversarios políticos, preocupados por la alta aprobación que tiene el alcalde.
Porque así como hay quien critica a Manolo, también somos muchos los que creemos en él, y mientras no exista un argumento que nos dicte lo contrario, hay que festejar que no todo está podrido en la política.
Y aquí no vamos a hacer un recuento de los logros de un Gobierno que inicia, sino de las virtudes políticas de un alcalde joven, de un fuerte liderazgo, que le ha impuesto vitalidad y dinamismo a su administración, en contraste con la pachorra anterior, la abulia de un edil siempre extraviado y dado al escapismo, irresponsable y carente de sensibilidad, muy tolerante con las corruptelas de las “fotomultas”, un abuso que Manolo cortó de tajo.
Por eso decimos que Manolo cumple y cumple bien. Principalmente con las necesidades más urgentes del pueblo, afines a los Gobiernos locales, aunque ha demostrado talento y capacidad en planos más amplios y trascendentes.
Manolo se inició en la política como presidente de una colonia popular. Ha sido regidor, dirigente partidista, diputado y ahora es el alcalde de Saltillo. Todo ello en el ámbito local, lo cual no limita sus capacidades e intuiciones al más alto nivel. Vale citar que recientemente recibió las llaves de la ciudad de Austin, Texas, de parte de su alcalde, Steve Adler. Todo ello en un contexto muy difícil de nuestra relación con EU. Manolo dijo en tal evento que la hermandad entre Saltillo y Austin lleva 50 años de armonía, respeto y colaboración.
Y mire usted lo que es la intuición política, porque nuestro joven alcalde aún no nacía cuando Alan Riding publicó en 1985 “Vecinos Distantes”, donde dice lo siguiente respecto a los estados vecinos: “En la frontera, los mexicanos y los estadounidenses han aprendido a vivir lado a lado, percibiendo los intereses locales como algo compatible en muchos sentidos, tanto así, que resienten en gran modo todo aquello que afecte su interdependencia”. Bien por Manolo que fue a consolidar esa amistad y mucho mejor para Saltillo, que tiene un alcalde con esa amplia visión de Estado.