Región Sureste Coahuila: Plan Estatal de Desarrollo, énfasis en infraestructura

Una de las características relevantes de Coahuila es su competitividad. No se trata de un término vacío ni de un adjetivo que se utilice de manera frívola. Nuestra entidad ha desplegado, desde hace ya un buen número de años, una política de desarrollo concentrada en la atracción de inversiones y en el desarrollo económico.

Como corresponde, las acciones realizadas a lo largo de los años se han enfocado, en buena medida, en la creación de infraestructura de comunicaciones, pues se trata de una de las variables críticas en el proceso de convencer inversionistas de colocar su dinero en nuestro territorio.

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No es esta la única variable que incide en la competitividad estatal, desde luego. Hay otros factores, como la seguridad y el Estado de derecho o la educación, que también tienen un peso específico en la fórmula que hace de Coahuila un estado competitivo.

Sin embargo, la infraestructura de comunicaciones es crucial. Resulta impensable concebir un proyecto para el desarrollo económico si no se cuenta con carreteras, vías de acceso, libramientos y una red de vialidades urbanas a la altura de las necesidades que genera el crecimiento industrial.

Tener en cuenta lo anterior es relevante porque ello nos permite evaluar de forma objetiva la forma en la cual la nueva administración estatal ha priorizado la realización de obras de infraestructura en la Región Sureste.

Como lo consignamos en el reporte que publicamos en esta edición, el documento que recién ha dado a conocer la administración de Manolo Jiménez Salinas contempla nueve obras prioritarias para la región, entre las cuales se encuentra la ampliación de la carretera a Derramadero.

Adicionalmente se proyectan pasos inferiores vehiculares en diversas arterias de la mancha urbana de la zona metropolitana y la ampliación de algunas vías que implica abrir nuevas rutas para la circulación en la ciudad.

Un aspecto relevante en torno a estas obras es que estamos hablando de acciones que, en buena medida, se fondearán con los recursos del Impuesto Sobre Nóminas (ISN) que este año incrementará su recaudación en al menos un tercio de los recursos históricamente captados por este concepto.

Cabría esperar, desde luego, que el esfuerzo a realizarse a nivel local, con ingresos propios, sea respaldado por asignaciones que se etiqueten desde el Presupuesto de Egresos de la Federación, algo que no ha ocurrido en los últimos años.

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Nuestra entidad es una de las que más contribuyen a la conformación de la riqueza nacional y el trato que hemos recibido en el actual sexenio no ha sido proporcional al esfuerzo que se realiza aquí, desde la sociedad y desde el sector público.

Es de esperarse que quienes reciban el mandato popular en las urnas el próximo domingo, para representarnos en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, asuman el compromiso de respaldar sin regateos a su entidad natal y empujen para que los recursos destinados a la creación de infraestructura se multipliquen.