Señales económicas de desequilibrio
COMPARTIR
TEMAS
El día de ayer el Banco de México, en su reunión del comité de política monetaria, decidió dejar sin cambios la tasa de interés de referencia en 11.25 por ciento, como lo había hecho en dos reuniones anteriores. Es importante esta noticia porque parece ir en línea con la inflación reportada para el mes de julio que terminó en 4.79 por ciento. Hasta aquí todo parece ir muy bien porque hay una tasa de interés que ha evitado que la inflación siga subiendo, esto es, el Banco de México no solo la contuvo sino también que también la redujo. El problema parece ser el crecimiento económico, pero realmente no lo es porque las expectativas en este rubro siguen aumentando a pesar de todo. La semana anterior los analistas de diversas organizaciones encuestados por el banco comercial CitiBanamex, dijeron que las “nuevas” expectativas de crecimiento estaban alrededor de 2.7 por ciento. Hay otras organizaciones que llegan a decir que creceremos hasta un 3 por ciento. Lo anterior es difícil de creer porque por un lado el gobierno mexicano está ganando muy poco con la venta de petróleo, pues la base de producción está en un millón 659 barriles diarios, contra un millón 950 que se habían presupuestado para este 2023 como promedio mensual. Si además agregamos que el dólar está en 17 pesos contra los 18.90 que se habían presupuestado para este año, las cuentas no salen. Sin embargo, con todo lo anterior, las cosas “parecen” ir bien. Digo “parecen” porque hay elementos de la economía nacional que no funcionan como deberían a pesar de todo, generando un desequilibrio muy marcado.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Cómo vamos en la economía familiar?
En los aspectos fiscales hay buenas noticias, pues hubo un crecimiento de la recaudación fiscal de enero a julio de este 2023 de 6 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Aquí es donde la contradicción emerge, si hay más dinero recaudado porque no se aplica a infraestructura, salud, educación, a los estados que tanto lo necesitan. Estos aspectos dejan dudas porque, aunque todo parece ir bien, hay muchas cosas mal simultáneamente. Por ejemplo, el gasto en salud para este año se redujo un 6 por ciento, pero hay más dinero. ¿a dónde se ha ido todo este excedente? No hay una respuesta contundente, al menos no hasta este momento.
Una posible respuesta es que ese dinero contribuyó al abatimiento de la pobreza, pues de acuerdo con Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social, la pobreza en México disminuyó en 5.1 millones de personas entre 2020 y 2022. Sé que los periodos no coinciden, pero los años anteriores de este sexenio se han manejado de la misma forma, es más, ni las políticas públicas han cambiado. Si de contradicciones hablamos hay que ver que, en el caso de la pobreza extrema, aunque se redujo porcentualmente al pasar de 8.5 por ciento a 7.1 por ciento del total de la población, el número de personas sí aumento al pasar de 8.7 millones a 9.1 millones de personas entre 2020 y 2022. Esta contradicción muestra la esencia de México, se mejora en algunas cosas, pero se pierde en otras. Bajo esta perspectiva, el país tiene una cantidad importante de retos no solo en la disminución de la pobreza en todas sus dimensiones, sino también en mejorar las condiciones para que la generación de la riqueza proporcione los beneficios necesarios en términos de oportunidades laborales, contribuciones fiscales y mejora en la atención de la salud y hasta porque no, una posibilidad de contribuir a la educación con la experiencia que se tiene.
Los desequilibrios económicos son palpables en todas las ciudades del país, ya que desde los barrios muy pobres hasta los más ricos y ostentosos de cualquier colonia de clase media alta, las carencias son evidentes; calles con grandes hoyos por falta de mantenimiento, cables de energía eléctrica que cruzan las calles, dejándolas en una “deplorable fealdad”. Las calles son las mismas para todas las clases sociales. Lo que si no es los mismo, y crea esos mecanismos de desigualdad son la educación y la salud. En ambos casos, los que menos tienen se sujetan a lo aportado por los diferentes niveles de gobierno, mientras que los más ricos pueden acceder a colegios privados, hospitales privados y en general mejores servicios particulares, volviendo a estos ciudadanos más capacitados para hacer frente a la vida.
Hay menos pobres, pero más dependientes económicos de las transferencias directas del gobierno. Siendo honestos, no es que hayamos creado empleos accesibles y bien remunerados para las personas más pobres. No, por el contrario, se les está regalando dinero y no dando oportunidades para que su bienestar sea permanente. El problema de la estrategia actual es que mientras haya dinero presupuestado, no hay pobres, pero cuando el dinero se llegue a acabar, que espero que no suceda, volverán las cifras altas de pobreza.
TE PUEDE INTERESAR: Pobreza y vacaciones
Hubo 5.5 millones de unidades económicas registradas en 2022, y en el 2013 teníamos 4 millones 410 mil 199, un aumento de poco más de un millón de unidades económicas, un 21 por ciento más. Hay más posibilidades de emplearse puesto que hay más empresas, pero se les está cargando la mano para generar lo que debe ser proporcionado por el gobierno o por el propio trabajador. En este rubro, para el 2024 los empresarios tendrán que pagar más para las contribuciones de los fondos de retiro, y aunque los trabajadores también lo harán, no será en la misma proporción, creando otro desequilibrio. No porque haya más empresas hay que ponerles una mayor carga ni fiscal ni social. Debe entenderse que las reformas laborales deben ser benéficas para el trabajador en su bienestar, para el empresario en su capacidad productiva y para el gobierno en su captación fiscal y redistribución a la sociedad en términos de una mejor infraestructura, educación, salud, entre otros. La igualdad y el equilibrio entre la empresa, la sociedad y el gobierno simplemente no llega. Ni en lo ambiental que con tanto que tenemos podríamos sentirnos mejor, pues allí quedamos a deber mucho con proyectos destructores del medio ambiente como la refinería de Dos Bocas en Tabasco o el Tren Maya en la península de Yucatán. Habrá que repensar la forma en cómo queremos que México resuelva sus problemas, pues queda en evidencia que en la actualidad simplemente tapamos un hoyo para destapar otro. Al menos eso sugieren los otros datos.
Encuesta Vanguardia
https://vanguardia.com.mx/binrepository/1152x768/0c60/1152d648/down-right/11604/EICW/antonio-serrano-camarena_1-69638_20220423140110.png