¡Sí miren arriba!

Opinión
/ 2 enero 2022
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Cuando algún cineasta se atreve a romper o cambiar esa fórmula, estallan muchas personas, presas de la ira. Como cuando cambiaron la fórmula de la Coca Cola.

1.- Iniciamos el año 2022 con mucha esperanza y ganas de salir adelante. Sobre todo para dejar atrás la pandemia que todavía se encuentra presente y activa pero que ahora enfrentamos con más armas: la del conocimiento alrededor de la enfermedad y la de las vacunas. Vivimos ahora en un mundo deseoso de diversión y nostálgico de la antigua realidad. Por eso estamos tan al pendiente de los estrenos y las nuevas propuestas de entretenimiento.

2.- Uno de los más esperados estrenos en la época navideña fue la película Don’t Look Up (No miren arriba) escrita, dirigida y producida por Adam McKay y estrenada en todo el planeta por Netflix el pasado 24 diciembre tras un estreno limitado el 10 de diciembre en algunas salas de cine. Se trata de una cinta apocalíptica, en tono de comedia sarcástica, en la cual la raza humana se enfrenta a su extinción por un asteroide semejante al que acabó con los dinosaurios.

3.- Lo más llamativo de esta película es, sin lugar a dudas, el espectacular reparto que la conforma. Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Cate Blanchett, Timothée Chalamet, Ariana Grande y la gloriosa Meryl Streep, son sólo algunos de los grandes nombres que aparecen en los créditos. La mezcla de generaciones entre los intérpretes hace que la cinta sea atractiva para un público muy amplio.

4.- Durante su período en la presidencia de los Estados Unidos, el presidente anaranjado Donald Trump, hizo una dura crítica contra Meryl Streep llamándola “actriz sobrevalorada”. Ahora ella regresa el golpe interpretando a una mujer presidente –ostentosamente republicana– con características muy similares a Trump. Ególatra, preocupada por su popularidad y apoyada por un hijo bobo como jefe del Gabinete, la Streep aparece fascinante, como siempre.

5.- Sin embargo, Don’t Look Up provocó reacciones muy polarizadas. Un conocido mío, periodista de espectáculos, publicó iracundo una nota en la que, entre otras cosas, dijo: “Qué película tan mala, tan absurda y ¿por qué no decirlo? ¡Tan estúpida!” Y su reacción es representativa de lo que cierto sector opinó. Pero lo que sucede es que muchas personas eligieron no entender el mensaje central: en esta sociedad tan polarizada, somos más intolerantes y ciegos que nunca.

6.- No daré spoilers, pero baste decir que en la película, las autoridades y los medios de comunicación están más interesados en sus propios intereses que en ¡salvar a la humanidad! Y, en la vida real, esto aplica perfectamente en temas como el calentamiento global, la pandemia o las crisis económicas. Actualmente, los discursos de los líderes están enfrentando a las personas en bandos rivales tan aguerridos e intolerantes, que ver esa realidad en una historia de ficción con tono de comedia, duele.

7.- La producción de cine tiene una fórmula tan específica que es posible aprenderla en cualquier taller de guionismo. Por eso, cuando algún cineasta se atreve a romper o cambiar esa fórmula, estallan muchas personas, presas de la ira. Como cuando cambiaron la fórmula de la Coca Cola. El arco narrativo, pero sobre todo el final de Don’t Look Up para nada se parecen a lo que Hollywood generalmente nos receta. Por eso recomiendo ampliamente ver esta película con la mente abierta y un ojo bien puesto en la realidad.

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