Triste realidad: las menores víctimas de trata en México

Opinión
/ 13 febrero 2025

Ella parecía ser una adolescente como cualquiera. Tenía dos ojos, una boca, dos piernas y el encanto que toda mujer, por el simple hecho de serlo, suele tener. Era conocida por su hermosura. No podía salir a la calle sin que recibiera los acostumbrados piropos de cuantos hombres la veían. Las demás jóvenes del barrio le envidiaban su cuerpo, sin embargo, ella era una niña de apenas 13 años.

Un día, la pobreza la llevó a pedir trabajo en una supuesta agencia de modelos. Como era lógico, los empresarios inmediatamente la contrataron, pues vieron que con aquel cuerpo virgen podían obtener muchas ganancias. Ni siquiera le preguntaron si era mayor de edad, sólo se fijaron en su belleza y una vez firmado un contrato sin valor legal alguno, le ordenaron que fuera ensayando unos pasitos, pues esa misma noche tenía que bailar y desnudarse para complacer a unos “caballeros” que acudirían a verla.

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Pasó el tiempo y ella dejó de ser una muchacha común y corriente. Ya no se llama como antes, ahora la bautizaron temporalmente como Yesenia. Su hermosa cabellera negra fue teñida y ahora la anuncian como la Chica de Oro. Y así ha pasado su vida. Entre las copas de vino, las luces de aquel tugurio y los sucios deseos de cientos de hombres que noche a noche se sueñan entre sus brazos.

La necesidad le robó un pedazo de vida, le robó la inocencia. La que era una niña en el corazón, ahora es simplemente una mujer que está obligada a soportar las diarias humillaciones para comer; una mujer que ha perdido hasta su propio nombre y ahora es llamada prostituta, ramera, meretriz, zorra, hetaira, pelandusa, calientacamas, gamberra, o hay quienes simplemente reducen su nombre a cuatro letras crueles y ofensivas.

¿Usted ha escuchado historias como la de esta muchacha que siendo muy pequeña aún, fue derrotada por el hambre y fue orillada a vender su cuerpo por unos cuantos pesos? Basta revisar la triste realidad que nuestro país ofrece en cuanto a la trata de personas. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante el primer semestre de 2024 se reportaron 185 casos de víctimas del delito de trata personas. Durante los dos semestres de 2023 se reportaron 382 casos. Si bien disminuyeron marginalmente los casos, durante el primer semestre de 2024 se registraron más delitos contra la niñez y la adolescencia que en años anteriores. Asimismo se reportó que el 81.1 por ciento fueron mujeres y el 18.9 por ciento eran hombres. Si bien la trata de personas implica trabajos forzados, prostitución, entre otros, el caso más frecuente de trata es con finalidades de explotación sexual.

No es ningún secreto afirmar que dentro de los grupos de la delincuencia organizada, existen traficantes de menores para abastecer los prostíbulos de todo el país. Muchos de ellos fueron raptados o engañados por dichas personas que, con tal de conseguir sexoservidoras, amenazan a las víctimas de trata de matar a sus familiares si intentan escapar.

Uno de los motivos por los que me llamo orgullosamente coahuilense es porque en nuestra entidad están prohibidos los “table dance” y prostíbulos fuera de la Zona de Tolerancia.

Ojalá que la presidenta Claudia Sheinbaum, en su reciente y obligada cruzada contra las bandas del narcotráfico, no sólo se preocupe por atacar a los cárteles que produzcan y trafiquen fentanilo. La manera más sencilla de lavado e ingreso para los delincuentes es a través de establecimientos en donde abundan los abusos, la inseguridad, la corrupción y también las niñas y niños de inocencia perdida.

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