"Abre puertas rodar un filme de James Bond": Daniel Craig

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"Skyfall" tiene todos los ingredientes clásicos de una película de James Bond.
Londres, Inglaterra.- Las películas de James Bond están llenas de escenas de acción y la nueva entrega de la saga, "Skyfall", no iba a ser una excepción. Su protagonista, Daniel Craig, disfruta rodando situaciones límite, según afirma en entrevista con la agencia dpa.
dpa: En la anterior entrega de Bond, "Quantum of Solace", usted resultó herido en una escena de acción. ¿Ha salido ahora ileso de "Skyfall"?
Craig: Esta vez no he tenido heridas de ningún tipo. Sólo tuve una vez un tirón en un músculo de la pantorrilla, al comienzo del rodaje, pero por suerte no me ha pasado nada que me haya impedido trabajar.
dpa: ¿Cuántas veces le sustituye un doble y cuántas escenas de acción rueda usted mismo?
Craig: Hago todo lo que puedo, pero no soy tan tonto como para no saber que no puedo hacer todo. Tenemos un equipo fantástico de especialistas y algunas cosas se las dejo hacer a ellos, también porque queda mucho mejor. Me gusta mucho trabajar con ellos, hasta el punto de que en ocasiones hasta les confío mi vida. Son increíblemente buenos.
dpa: Uno de los escenarios principales de "Skyfall" es Londres. ¿Cómo han conseguido rodar en lugares tan concurridos?
Craig: Comenzábamos muy pronto a rodar a la espera de que no apareciera mucha gente. Naturalmente, también hay que preguntarle a las autoridades municipales y prometerles que no se va a obstaculizar demasiado la circulación. Mucha gente cooperó de manera magnífica, hasta el punto de que se nos permitió rodar en el metro de Londres. Definitivamente, abre puertas rodar un filme de James Bond.
La licencia para matar no es suficiente para Daniel Craig
Ningún agente secreto al servicio de su majestad ha disparado su arma con mayor decisión que él. Daniel Craig puede ser frío como el hielo y, en situaciones bajo presión, el actual superespía parece más bien la contraparte dura y áspera de sus predecesores de buena familia. Sus músculos están siempre tensos, a punto de desgarrarse. Su mirada fría como la de un depredador sobre su presa.
Los críticos de cine hablan de Craig, de 44 años, como el "primer James Bond de la clase trabajadora". Angelina Jolie dijo una vez haberse dado con él el mejor beso cinematográfico de su carrera, en su película conjunta "Tomb Raider". Pero a Craig le gusta poco el glamour y se mantiene estrictamente alejado del mundo de la farándula. Lo que más le gusta es estar en casa, dijo hace poco el británico residente en Londres.
Tampoco quiere tener nada que ver con Twitter y Facebook, odia los chismes en la red y los omnipresentes teléfonos móviles con cámara. "¿Redes sociales? Llamaos sin más por teléfono y quedad en un pub", dijo en la revista "Seven".
Antes de comprometerse a hacer de Bond, Craig se preguntó por su vida después de 007 y preguntó a directivos de la industria del celuloide si lo contratarían para otros papeles tras haber encarnado al agente. Después de eso dijo quesí.
Craig amplió el perfil del prototipo de agente hasta límites desconocidos, agregándole debilidad, desesperación y amor. Sin embargo, tuvo que luchar para ganarse el favor del público. Algunos le reporcharon medir 178 centímetros, una estatura supuestamente demasiado corta para un intérprete de Bond. Otros subestimaron al primer Bond rubio, aunque en su país ya era una figura ampliamente reconocida por ser capaz de interpretar cualquier papel.
Craig invirtió mucho esfuerzo desde muy pronto. Con seis años comenzó a acumular experiencia sobre el escenario, impulsado por su madre soltera. Con 16 dejó de lado sus estudios en West Kirby, cerca de Londres, y actuó con éxito en la compañía del National Youth Theater. Llegado a Londres, tuvo que trabajar en cocinas de restaurantes y como camarero para mantenerse a flote.
Después fue uno de los mejores alumnos de la renombrada Guildhall School of Music and Drama. Se afianza gracias al teatro y los telefilmes y llega a ser galardonado como mejor actor británico.
El cambio del Bond irónico al Bond cínico ha valido la pena no sólo para los estudios MGM, durante un tiempo al borde de la quiebra: Las entregas de Bond número 21 y 22 con Craig recaudaron en total 1.200 millones de dólares. El mismo Craig ha recibido al parecer por la secuela número 23, "Skyfall", unos ocho millones de libras esterlinas (12 millones de dólares).
Pero para Craig no es suficiente. Antes de su primera actuación como Bond dijo al "Sunday Times Magazine" que tiene objetivos artísticos todavía más ambiciosos: "Para un actor con ambiciones, tiene que haber en algún momento también un Oscar".
Él puede por el momento admirar de cerca, en su propia casa, una de las estatuillas doradas: Desde 2011 está casado con Rachel Weisz, ganadora del Oscar.
El nuevo James Bond regresa a sus raíces
Automóviles rápidos, mujeres atractivas, Martinis agitados, no mezclados, un villano terrible, trajes a medida y escenarios exóticos: "Skyfall" tiene todos los ingredientes clásicos de una película de James Bond. Incluso el viejo Aston Martin DB5, conducido en su día por Sean Connery.
Los fanáticos de 007, amantes de los pequeños detalles, no tendrían por qué verse decepcionados. Pero al contrario que en otras ocasiones en los 50 años de historia del agente secreto en la pantalla, el nuevo Bond no necesita todo esto. Pues en lugar del superhéroe, Daniel Craig y el director Sam Mendes muestran un Bond vulnerable y multifacético con pasado. Con ello, lo hacen también interesante para los no conocedores de Bond, más allá de estereotipos.
Todo comienza con la supuesta muerte del agente secreto al servicio de su majestad. Después de unas escenas iniciales a lo Bond con explosiones y una persecución dramática por Estambul, el auto se precipita en marcha hacia el abismo, una de varias referencias al título "Skyfall". Pues la caída desde el cielo es también metafórica: el agente encantador, seguro de sí mismo y siempre triunfante cae en una profunda crisis personal.
No es hasta que el agente del MI6 se convierte en objetivo de ataques de hackers y atentados terroristas que se levanta y resurge de nuevo. "Resucitar es mi especialidad", es su comentario al respecto.
Pero tampoco en el MI6 es todo como antes. La jefa M, por séptima ocasión interpretada por Judi Dench, debe ser relevada y jubilarse. Ella se resiste, pero entonces se vuelve más débil y vulnerable en sus decisiones. Todo tiene lugar en momentos que las armas no son el mayor peligro sino los ataques informáticos. ¿Caen Bond y M ante ellos o consiguen salvarse el uno al otro?
El que vendría algo diferente después de la anterior entrega -más bien decepcionante- "Quantum of Solace" era de prever desde que se anunció que Sam Mendes sería el director. Al parecer fue el mismo protagonista Craig quien lo buscó.
Mendes es conocido por dramas sensibles como "Revolutionary Road" o "American Beauty" y en absoluto como un experto de acción. Craig y Mendes querían regresar a las raíces y tomaron por ello los libros de Ian Fleming. Críticos en Reino Unido compararon la versión de Bond de Mendes con las películas de Batman de Christopher Nolan: Ambos dieron a sus conocidos héroes nuevas facetas que nadie se esperaba.
"Vivimos en un tiempo en el que es posible hacer una gran película de escapismo, entretenida y glamurosa, y que al mismo tiempo diga algo del mundo en el que vivimos", dijo Mendes. "James Bond se siente de nuevo como un hombre real en una situación real".
Pero pese a todo el realismo, hay suficientes situaciones increíbles, llenas de exageración, como en cualquier película de Bond. Uno de los papeles protagónicos lo interpreta de nuevo el humor británico, por ejemplo cuando Bond en medio de una carrera a vida o muerte se pone bien los puños de la camisa.
Gran parte del factor entretenimiento reside en las en parte extraordinarias dotes de actuación de los actores. Javier Bardem, premiado con un Oscar por su actuación en "No Country for Old Men", interpreta al peligroso genio Silva. Con melena teñida de rubio y una risa ausente, tiene algo psicopático que recuerda a viejos villanos de películas de Bond.
Éste vuelve a encontrarse además con Q, el hombre de los mil artilugios. Ben Winshaw encarna al joven genio de la informática, a quien Bond no toma en serio en un primer momento. Q le deja claro que para él ya no habrá más bolígrafos que disparen. Whishaw: "Q representa uno de los temas centrales del film, lo viejo contra lo nuevo".
James Bond regresa a los cines más fuerte que nunca
Capacidad para trabajar bajo presión extrema. Eso es lo que pone en la descripción del puesto de trabajo del agente secreto más famoso del mundo. James Bond deberá resistir esta vez más que en todas las décadas hanteriores.
Desde "Quantum of Solace", los fans del agente 007 han esperado cuatro años a la nueva entrega de la saga, que llega ahora a la gran pantalla justo 50 años después del primer film de Bond, "Dr. No", con Sean Connery. Mañana martes, James Bond se someterá definitivamente al juicio del público.
El estreno mundial de "Skyfall" en Londres tendrá lugar en un ambiente de la realeza, en el histórico Royal Albert Hall, y entre sus protagonistas y otros famosos se encontrará el príncipe heredero Carlos y su esposa Camilla. Es la entrega número 23 de la que es una de las sagas más exitosas en la historia del cine.
La expectación ha ido creciendo a lo largo de las últimas semanas y meses. Los trailes han ido apareciendo poco a poco. La cantante Adele presentó su canción para la película. Pero la mejor publicidad tuvo lugar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres en julio: La mismísima reina de Inglaterra, Isabel II, participó en un cortometraje junto al actual intérprete de Bond, Daniel Craig, y mostró ante la cámara incluso a sus queridos perritos corgi.
En la cinta, Craig, alias Bond, recogió a la monarca en el palacio de Buckingham y la llevó en helicóptero al Estadio Olímpico, desde donde saltaron en paracaídas, bueno, en este caso representados por dobles.
Las primeras críticas de "Skyfall" son en su mayoría positivas. El director Sam Mendes ("American Beauty"), poco conocido como experto de acción, confirió mucha profundidad al personaje, se lee en los periódicos británicos.
Al cumplirse los 50 años de Bond, se regresa además a las raíces. Aparece de nuevo el legendario Aston Martin del agente. La trama se inspira de nuevo más fielmente en los libros de Ian Fleming.
El británico "The Times", uno de los pocos diarios que han sido invitados a los visionados previos de la película elogió "Skyfall" como "un regreso triunfal al Bond clásico".
Craig, quien parecía estar de salida después de la decepción que causó entre muchos admiradores de Bond la anterior entrega "Quantum of Solace", recibe ahora unas críticas inmejorables. Nadie interpreta a Bond mejor que él, con excepción tal vez de Sean Connery, afirma la crítica de "The Times", Kate Muir.
"'Skyfall' es una resurección y se encontrará entre las mejores películas de 007", sentenció Muir.