¡Guau! Los 101 dálmatas de Disney cumplen medio siglo

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/ 22 septiembre 2015

Walt Disney tenía que resucitar tras el éxito comercial de "La bella durmiente" y, cinco años antes de su muerte, asumió un reto todavía mayor: el de tener nada menos que 101 protagonistas para su nueva película.

Madrid, España.- Si cada año perruno son siete humanos, los dálmatas que enriquecieron a Disney en 1961 cumplirían ahora 350 años, lo que multiplicado por 101 da un total de 35.350 años... difícil que salgan las cuentas, pero al mago de Burbank sí le cuadraron en el momento en el que "101 Dálmatas", proyecto ambicioso realizado con poco presupuesto, se convirtió en la película más taquillera de su año y, en términos absolutos, la undécima de la historia del cine gracias a las reposiciones de 1969, 1979, 1985 y 1991: hoy habría recaudado sólo en Estados Unidos 794 millones de dólares, 15 millones más que "Avatar".

LA FORMULA DE SIEMPRE, PERO MEJORADA Y AUMENTADA

¿Cuáles fueron los ingredientes mágicos? Desde luego, mucho ingenio para poder funcionar con tan ingente cantidad de personajes sin apabullar al espectador, especialmente al infantil. Pero en esencia, las claves se siguieron casi al pie de la letra.

Como siempre, la factoría de los sueños para pequeños y no tan pequeños hizo una libérrima adaptación de un cuento ya existente, en este caso fue el relato de la escritora Dodie Smith. Ella, en su vida real vivía con nueve dálmatas, incluido uno llamado Pongo, y vislumbró la idea de escribir la historia cuando una amiga le dijo: "Estos perro servirían para hacer un abrigo estupendo", palabras que acabarían en boca de Cruella de Vil.

Disney siempre tuvo una extraordinaria capacidad para humanizar a sus personajes animales, pero en la secuencia inicial de esta película hicieron todo un ejercicio de virtuosismo, haciendo de la idea de que todo perro se parece a su dueño uno de sus arranques más brillantes. La excusa: Pongo buscaba mujer para su dueño y, de paso, perrita para sí mismo. La encontraría en la sofisticada Perdita, pero hasta encontrarla analizaría mujeres-caniche o señoras de "raza afgana". Esta escena era, por cierto, la favorita de Dodie Smith.

La idea de la pérdida-búsqueda había dado excelentes resultados también a las películas del entonces monopolio del cine animado: desde el exilio de Blancanieves, el viaje a Nunca Jamás de los niños de Peter Pan o la odisea del regreso a casa de los Aristogatos. En esta ocasión los 101 dálmatas serán víctima de un secuestro: para que sus pieles blancas con motas negras pasen por el proceso de confección de abrigos para la antagonista. Pero, ¡oh, sorpresa! Esta vez, y después de haber cargado las tintas con Tchaikovsky en la fallida (económicamente) "La bella durmiente", Disney decidió quitar la tradicional importancia de las canciones a esta película.

UNA VILLANA INMEJORABLE

Desde la atención que despertó la envidiosa reina bruja en oposición a la almibarada Blancanieves, Walt Disney se esmeró en crear una galería de villanos casi equivalente en escalofríos a la de madres hitchcockianas. Lo mejor de "La bella durmiente", de hecho, había sido la antológica Maléfica, inspirada en el terror gótico. Pero entre medias habían surgido la madrastra de "Cenicienta", la Reina de Corazones de "Alicia en el País de las Maravillas" o el Capitán Garfio de "Peter Pan".

Para esta nueva maldad, Disney decidió inspirarse en una de las divas del cine de los años cuarenta: Tallulah Bankhead, recordada por títulos como "Lifeboat", dirigida precisamente por Alfred Hitchcock, y en la que la actriz lucía un estrambótico peinado y abrigo de pieles en pleno naufragio. Y hay que recordar que cuando se anunció que se haría una versión de "101 dálmatas" en imagen real en 1996, fue uno de los roles más codiciados por las actrices maduras de Hollywood, suponiendo el último gran papel en cine hasta la fecha para Glenn Close.

Esta mujer, fumadora empedernida, conductora temeraria y pesadilla "avant la lettre" para la Asociación Protectora de Animales, era la villana movida por un motivo más frívolamente ruin: si la envidia, el afán de poder o la venganza habían movido a sus precedentes, ella era capaz de sacrificar a 101 tiernas criaturas por su sangriento sentido de la moda.

Pero Cruella de Vil no actuaba sola, sino ayudada por Horacio y Gaspar, dos torpes hermanos con la ardua tarea de mantener escondidos a los 101 escurridizos cachorros, en la tradición de otros ayudantes ineptos de los filmes de Disney, como el ejército de Maléfica que buscaba a un bebé durante 16 años o las morenas que ayudaban a la heredera natural de Cruella, Ursula, en el clásico de resurrección de la empresa en 1989, "La Sirenita".

Completaban la galería de secundarios imprescindibles de la película los aliados de Pongo y Perdita para rescatar a los cachorros, como el perro Coronel Jaspers, y el gato Sargento Tibbs, contradiciendo la proverbial rivalidad canina-minina.

UN FILME LLENO DE CURIOSIDADES

Pero a pesar del impecable resultado final de la película, muchos fueron los recortes y muchas fueron las anécdotas que rodearon su creación. Después de los 6 millones de dólares que había costado "La bella durmiente", "101 dálmatas" vivió una reducción del 33 por ciento para su realización.

Como la crisis siempre genera ingenio, Walt Disney comenzó a utilizar la que sería su técnica más usada hasta que llegaran "Los rescatadores": para crear los característicos fondos, perfilados con líneas negras, se usó la técnica de la xerografía, basada en fotocopias. Y para los truenos que anticipaban y concluían las apariciones de Cruella de Vil se reutilizaron los creados para "Bambi".

Otro "reciclaje" se aplicó para reproducir tantos ladridos, ya que Disney recurrió a un viejo amigo: Clarence Nash, de cuyas cuerdas vocales surgió el legendario y casi incomprensible hablar del pato Donald.

Sin embargo no había escapatoria para los 101 perros que, en la era netamente analógica, tuvieron que ser dibujados uno por uno, razón por la cual, la empresa rompió su tradición de atribuir solo un personaje a cada dibujante. Sin duda un titánico trabajo... acrecentado por el hecho de que, en el proverbial corporativismo que siempre ha rodeado a la factoría Disney (a la que llaman todavía hoy las malas lenguas "la dictadura de Mouse-olini"), cada uno de los cachorritos escondían entre sus manchas a un Mickey Mouse.

Aunque para tareas complicadas, la de ese hombre anónimo que un día contó todas las manchas que salen en la película fotograma a fotograma y llegó a la conclusión de que eran 6.469.952. Por supuesto, nadie decidió contradecirle con un nuevo recuento.

DESTACADOS:

- "101 Dálmatas" fue la película más taquillera de 1961 y, en términos absolutos, es la undécima película que más ha recaudado de la historia del cine gracias a sus múltiples y siempre exitosas reposiciones.

- En cada uno de los 101 cachorros, los dibujantes asalariados por Walt Disney escondieron un Mickey Mouse entre las manchas.

- Cruella de Vil se convirtió en una de las villanas más célebres del imaginario Disney y estaba inspirada en la diva del cine estadounidense de los años cuarenta Tallulah Bankhead.

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