El eclipse solar que estamos a punto de presenciar en Coahuila no es el primero ni el último que ocurre en la región. Así es como los habitantes de la región, hace miles de años, veían y registraban estos fenómenos astronómicos
Por: José Flores Ventura, investigador del Museo del Desierto
Por miles de años nuestros más antiguos antepasados del noreste de este desierto mexicano, observaron el cielo nocturno y registraron acontecimientos astronómicos en las rocas, tales como cometas, estrellas, constelaciones, conjunciones planetarias o estelares, supernovas y eclipses.
Además, sus observaciones detalladas les permitieron conocer los movimientos y apariciones de los astros, conocimientos que luego tomarían culturas mesoamericanas del sur como la olmeca o la mexica, pero que aquí en Coahuila y Nuevo León hallaron sus primeros esbozos.
Aunque no hay registros de eclipses en las crónicas de los europeos a su llegada por estos lugares norestenses -como sí los hubo en Mesoamérica-; los nativos de Coahuila y Nuevo León los representaban desde hace más de 5 mil años. En la actualidad, como parte de un proyecto de digitalización de las representaciones rupestres realizadas en el Museo del Desierto de Saltillo, estoy catalogando la diversidad de símbolos rupestres en los que he identificado algunos con posibilidad de ser eclipses. Recordemos que los eclipses, a pesar de que son fenómenos naturales que se repiten con una larga frecuencia, tienen un impacto profundo en los pueblos incluso hoy en día, por ello, se puede explicar su relativa abundancia a pesar de ser fenómenos momentáneos y ocasionales.
Explicación de las representaciones rupestres de eclipses solares
Podemos catalogar varios tipos de eclipses “rupestres” como lo son las aproximaciones (no necesariamente eclipses) entre la Luna y el Sol, eclipses parciales y eclipses totales.
Las aproximaciones son aquellas en las que se representa un disco solar y otro “círculo” muy cerca, el cual simboliza la Luna. Estas aproximaciones pueden indicar que antes de un eclipse parcial o total se requería de una aproximación. Nuestros antiguos antepasados siempre estaban al pendiente del Sol y la Luna.
Los eclipses parciales muestran a la Luna literalmente “mordiendo” al Sol; en estos casos el observador trató de dejar muy clara la cercanía al plasmar los rayos del Sol sobre la Luna o la Luna ocultando parcialmente al Sol que ha sido eclipsado o ensombrecido por el ejecutor del petrograbado.
Los eclipses totales en las rocas muestran una forma sencilla de representar un eclipse total: plasmar al disco solar con un círculo en su interior, donde el círculo interior representaría a la Luna. A veces el círculo interior está relleno, indicando el oscurecimiento del Sol por la Luna. También la Luna puede estar levemente dibujada adentro del Sol.
Otra forma de representar un eclipse total es generar una escena en donde el Sol está presente dos veces y una vez la Luna. En estas escenas aparece un Sol antes o después del eclipse y también un Sol eclipsado que se representa con el interior relleno. Es muy posible que el Sol sin relleno sea el Sol que salió del eclipse de la Luna, ya que inferimos para los nativos representaba un gran alivio saber que todo llegaba a la normalidad después del oscurecimiento atípico a mitad del día, un acontecimiento digno de celebrar y sobre todo, de registrar en la roca.
¿Cómo pudieron los nativos ver los eclipses sin que se quedaran ciegos temporalmente y registrar posteriormente lo observado? Una forma natural podría ser verlo en el reflejo del agua o entre las nubes ralas, que suelen aparecerse, ya que el área donde pasa un eclipse total se va enfriando y con el calor del día, se condensa la atmósfera formando nubes bajas o niebla. Otra forma más elaborada, sería usando cristales naturales, los cuales abundan en muchos sitios, tales como la obsidiana presentes en sitios volcánicos, o bien, cristales como la calcita y los cuarzos, comunes en el semidesierto.
El Sol con sus rayos saliendo de un círculo ha representado un símbolo universal usado por todas las culturas del mundo, el cual quizás ya esté integrado a la memoria del hombre en su inconsciente colectivo, ya que al decirle a un niño de cualquier latitud que dibuje al Sol, lo hace en forma similar al de las representaciones rupestres sin que antes se le haya enseñado a dibujarlo. Curiosamente la única forma de saber que el Sol emite rayos hacia el espacio es precisamente durante un eclipse solar, cuando los halos enmarcan la Luna que oculta al Sol, dando por resultado una noche penumbrosa de estrellas, en pleno mediodía de un día cualquiera.