Concierto de sensaciones... Manuel Muñoz ‘desafía’ a la música en concierto de improvisación al piano
COMPARTIR
El pianista presentó un acto performático como parte de una nueva exploración estética, fuera de lo que convencionalmente se escucha en las salas de concierto
Una nueva aproximación a lo que tradicionalmente se concibe como música académica, a través de las técnicas extendidas para piano, fue la interesante propuesta del intérprete Manuel Muñoz, que convocó a una docena de personas para el concierto ‘Metanoia’.
Los distintos bloques de esta serie de improvisaciones, que tuvieron lugar el pasado viernes en la sala de Grupos y Talleres de la UAdeC, mostraron un faceta poco explorada de la música, que es catalogada como inusual, a la que el interprete adjudicó una breve explicación.
Aunque en la mayor parte del concierto, las disonancias, cacofonías y elementos propios del instrumento se irguieron sobre melodías y acompañamientos, la rítmica prevaleció como un interesante mapa para visualizar el panorama de esta intervención.
Como parte de sus primeras piezas, el concertista tocó el instrumento de una manera frenética, a lo que se sumaron sonidos desconcertantes de parte del instrumento, ya que desde objetos metálicos, bolígrafos y diferentes tipos de piezas y materiales se encontraban en los elementos acústicos del piano de cola Steinway & Sons, que sonó en esta velada.
UNA RESPUESTA A LA MÚSICA TRADICIONAL
A través de la comparación del verbo “tocar” y su variantes en otros idiomas (play, spielen), Muñoz ejemplificó que parte de su manera de interpretar se debe a seguir aquellas palabras que invitar a “jugar” con el instrumento, más allá de conseguir una ejecución “limpia” en el instrumentos.
Como parte del segundo bloque de piezas se encontraban el “Estudio para pulgares” y el “Estudio para meñiques”, que interpretó utilizando sólo estar parte de sus manos, y que llevó incluso hasta las cuerdas y la tapa del instrumento.
Sin duda, una de sus obras más notables de esta “exploración corporal” fue le titulada “Changaderas”, en la que, igual a un primate, tocó con sus nudillos, e incluso llegó a apoyarse con sus pies, tocando todas las teclas del piano casi al azar.
Con la frase “el arte es una invitación a explorar el mundo del otro” Muñoz dio pie las últimas interpretaciones de la velada, que consistieron en replicar estructuralmente a las piezas clásicas del preludio, fuga y sonata, en diferentes motivos que, a pesar de tener más consistencia armónica, conservaron el carácter “poco pulido” de manera técnica.
‘NO PARA CUALQUIERA’
Con respecto a su peculiar manera de expresión en el instrumento, el pianista apunta a inspirarse en su propio desencadenamiento de lo “clásico”, aunque tomando parte de estos recursos para la improvisación.
“Yo sí trato de darle una estructura o un seguimiento, porque yo no preparo como tal los contenidos [...] Yo no sé qué va a pasar cuando me siento en el piano, trato de tener esa incertidumbre. Pero una vez que surge sí trato de darle un seguimiento a mis propias ideas, trato de corresponderlas, de contrastarlas”, expresó Muñoz en una entrevista posterior con VANGUARDIA.
Asimismo, declaró que esta obra se presenta en un contexto que la favorece y que puede resultar disruptivo para escuchas tradicionales.
TE PUEDE INTERESAR: DJ’s, “cumbia francesa” y ska, conoce a los 10 artistas que no te puedes perder gratis en la FINA Saltillo 447
“Me parece que uno como intérprete, sobre todo dentro del ámbito académico, siempre está muy atenido a esa perfección y a esa exigencia que se nos da dentro de lo académico. Entonces, es importante hacerles saber a las personas que se preparan como profesionales, que no es un requerimiento para sentarse en el escenario”, añadió.
Muñoz buscará seguir el concepto detrás de esta presentación a través de otros espacios culturales, en lo que él refiere como ser un “paladín” de la improvisación, además de buscar dar talleres o conferencias acerca del este concepto musico-intelectual.