Entre ‘actos de fe’ Karla Rangel y Mercedes Aqui refrendan su amistad con exposición en la FINA 447

Durante los últimos 10 años las artistas Mercedes Aqui y Karla Rangel han sido cercanas colaboradoras. No porque sus prácticas artísticas se entrelacen directamente, sino porque en la amistad han encontrado retroalimentación, apoyo, crítica, así como una preocupación por temas similares, particularmente el encuentro con el territorio.

Pero en marzo de 2023, gracias a la gestión de la galería regiomontana Yo Studio, la obra de ambas artistas se integró por primera vez en una muestra dual, que ahora llega a Saltillo como parte de la Fiesta Internacional de las Artes FINA 447.

En la exposición “Me gusta labrar parcelas que no sé si van a crecer” ambas refrendan su apuesta por la fe, la ternura y la emotiva inutilidad del arte, mientras que sobre el paisaje recorren la realidad de un mundo que está dispuesto a arder con tal de no perder un peso.

“Es el resultado de una colaboración de muchos años, pero un resultado muy orgánico. Si bien es un proceso estructurado y analizado y demás, es producto de procesos súper afables que hemos tenido las dos, muy naturales, de conversaciones, de siempre estar acompañándonos en nuestros procesos individuales, cada una por su cuenta, y criticándonos, pero desde la crítica sana y como debe de ser, y colaboración entre artistas, entre amigas”, comentó Rangel en entrevista con VANGUARDIA.

La muestra, que se inaugura este lunes 22 de julio en punto de las 12:00 horas en el Centro Cultural Teatro García Carrillo, funde sin dejar a la vista las uniones la obra pictórica y gráfica de Rangel con el trabajo de instalación de Aqui, encontrándose a su vez en el performance y la exploración del territorio.

“Yo creo que tenemos varios puntos de inflexión. Uno que nos caracteriza es la ternura, llevamos casi una década de amistad y de colaboración entre artistas. Nosotras creemos mucho en esta capacidad potenciadora que tiene la amistad y la colaboración, donde además existe entre nosotras un compromiso que nos lleva a hablarnos con franqueza acerca de nuestro trabajo”, agregó Mercedes.

El ático del centro cultural alberga la propuesta en la que el territorio y la preocupación por su pérdida, destrucción y cuidado recibe al público, con objetos encontrados que hablan del poder del fuego y los intereses económicos, mientras que otras obras abordan el legado, la riqueza del paisaje y el disfrute por lo sencillo y a la vez magnífico de la naturaleza. Todo esto siempre de la mano de la idea principal englobada en el título: la revalorización de la inutilidad y el placer de crear y dar vida sin estar sujeto a las exigencias de un sistema que desea convertir todo en ganancia.

“Son pequeños actos que las dos hacemos en nuestras piezas, actos mínimos que pueden potenciar cosas. Son actos de fe, finalmente”, expresó Karla a lo que Mercedes agregó que “nos gusta pensar que tienen un eco, una reverberación, aunque sean muy sencillos”.

“De pronto son temas que se ponen de moda en el mundo del arte, pero con nosotras viene de la entraña, de algo que quieres decir realmente”, agregó Rangel sobre los temas que toca la exposición.

Entre trozos de naturaleza carbonizada en un siniestro que impactó a la región, videoperformances y ensayos a modo de performance, y obras gráficas que reflejan la estructura primigenia de lo natural, Karla Rangel y Mercedes Aqui unen de forma directa su obra e inquietudes en una propuesta que busca mover y conmover así como ellas se vieron conmovidas al producir todo.

“El título de la expo viene de una plática con mi papá, que me decía que para él es un gusto y un placer sembrar en el rancho, en sus tierras. Él no se dedica a eso, pero trabajarla o que la trabajen y sembrar, y no importa si no se da nada, pero le gusto que da ese proceso, es una cosa que no entendía en ese momento, porque interviene el dinero, ¿como podrías desperdiciar?”, recordó Rangel.

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“Al final es un acto de contemplación, estético, al final diría que hasta performático es para él. Pero era inverosímil para mí. Después lo hice consciente y es lo mismo que hacemos nosotras. Son actos de fe: el tirar una semilla y que esperas a que caiga la lluvia y se logra, son actos en los que confías”, concluyeron, “son actos de resistencia, porque creemos que puedes existir otra forma de organizarnos para que esto pueda funcionar. No ser productivas, no hacer algo que estés esperando necesariamente que genere una riqueza, ahí es donde radica ese acto de resistencia”.