Usualmente aquello que no nos sirve lo desechamos. Si una caja de cereal se vacía, la tiramos, si un electrodoméstico se descompone sin reparación lo cambiamos; todo aquello que pierde utilidad o no la tiene en primera instancia suele caer en la categoría de residuo, basura, lastre. Por eso es tan difícil darle su lugar al arte.
¿Para qué sirve el arte? es la pregunta que buscará contestar el escritor, comunicador y promotor cultural Nicolás Alvarado en la conferencia homónima que compartirá este jueves en Sala Prisma.
“Estrictamente el arte no sirve para nada, eso es lo primero que debemos adelantar... y que no tiene que servir para nada, tiene funciones más que una vocación utilitaria”, dijo en entrevista con VANGUARDIA el también conductor del podcast “La P1nch3Complejidad”.
Su tesis es que el arte lo que plantea son preguntas, y las mejores obras de arte, desde su parecer, son aquellas que mueven en el espectador algo que despierta dudas, curiosidad y cuestionamientos sobre la realidad en que se desenvuelve.
“El arte no busca dar certezas, resolver problemas, sino que buscar plantear problemas, el arte es buen arte cuando te interpela, te paras frente a una obra de arte, abres un libro, ves una escultura, un hecho escénico, escuchas una pieza musical y quedas con más dudas que certezas y te empiezas cosas de ti mismo y del mundo y no logras resolverlas, eso es el gran arte”, agregó.
Más allá de reivindicar su “inutilidad”, como a veces se plantea el problema, lo que Alvarado adelantó es que esta naturaleza “preguntona” tiene una dimensión social y ahí es donde radica su utilidad, más allá de un entorno práctico, manual, económico o material.
Esta concepción de arte, compartió, es producto de su formación. Recordó, por ejemplo, que como pupilo de Gabriela Warkentin –quien iniciaba su carrera docente cuando él entró a estudiar comunicación en la Ibero– ella les dio a leer, en vez de otros textos académicos de la materia de investigación, fue “El desfile del amor” de Sergio Pitol, una novela que le enseñó el valor del proceso más que de la conclusión –la pregunta antes que la respuesta–.
“A partir de esa formación me he ido haciendo preguntas sobre el pensamiento y la importancia del pensamiento complejo, que está en muchas cosas de mi vida profesional, en las obras de teatro, los libros, los proyectos televisivos en los que he estado”, señaló.
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Asimismo, recordó cómo estudió brevemente la carrera de Leyes, por insistencia de su padre, antes de entrar a comunicación. Sin embargo, con el tiempo se ha encontrado cada vez más inmerso en el mundo legal, estudiando sus temas para ampliar sus investigaciones.
“La multidisciplina la vivimos todo el tiempo. Pensar que el arte está en una burbuja y que no se relaciona con lo demás es una concepción francamente dieciochesca, y ni siquiera creo que en el siglo 18 se tuviera esta concepción. Yo creo que el arte es algo que está todo el tiempo dialogando con la realidad y estamos abrevando de variables psicológicas, físicas, jurídicas, sexuales, politológicas, sociológicas, escénicas. La vida se compone de todo eso y son herramientas para construir la realidad y decodificarla”, concluyó.
La conferencia “¿Para qué sirve el arte?” tiene un costo de 500 pesos por persona y se llevará a cabo este jueves 19 de octubre en Sala Prisma en punto de las 20:00 horas, como parte del ciclo “Hablemos arte”, que servirá como plataforma para conversar con figuras como Octavio Sosa y Julián Herbert.