‘Cuando hago una película, la hago para mí’, Viggo Mortensen estrena el western ‘The dead don’t hurt’
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El actor, famoso por su interpretación de Aragorn en la trilogía cinematográfica de ‘El Señor de los Anillos’, presenta su más reciente película, que dirige y protagoniza
Quienes creen que lo conocen tan bien por el cine, seguramente no se enteraron todavía de algunos perfiles menos conocidos de Viggo Mortensen. Por ejemplo, podemos informar que el Rey de los Anillos, mucho más que el Señor, en la realidad tiene el título de Lord como Caballero de la Corona danesa. Y también en el cine, ahora es el director y autor de la nueva producción ‘The Dead Don’t Hurt’, interpretando otro Caballero de la Corona que se muda a Estados Unidos, (como si la historia de Aragorn de El Señor de los Anillos terminara con un romance de vaqueros, en el Lejano Oeste). Y como muy pocos tampoco lo saben, además de Los Ángeles, Viggo vive gran parte del año en Madrid, España, donde para sorpresa de muchos lo entrevistamos hablando nuestro idioma, a la perfección.
En ‘The Dead Don’t Hurt’ hablas inglés y francés, mientras vemos que hablas perfecto español. ¿Cuántos idiomas habla Viggo Mortensen? “Bueno, con fluidez no muchos. O sea, hablo castellano, inglés, francés más o menos bien. Y si tengo tiempo, si estoy en el país del idioma, Italia, lo que sea, Suecia... me adapto. Cuando te crías hablando más de un idioma, es más fácil adaptarte. Yo me quedé hablando el inglés, un poco de danés y español, lenguas muy diferentes. Y te ayuda a aprender otros (idiomas). También si estás interesado, lo que te gusta, aprendes y te ‘acordás’ más fácil. Yo cuando he estado en Cataluña, pues he aprendido hablar un poco de catalán... Depende dónde esté”.
¿A la hora de insultar, en qué idioma te descargas mejor? “Bueno, si estoy en EE.UU., si he estado un rato ahí trabajando o lo que sea, igual me sale en inglés. Pero si estoy en compañía de gente que habla español, o estoy en México, en España o en Argentina, me salen en castellano. En castellano hay cosas más fuertes que en el inglés, me parece. Pero en Dinamarca también soy capaz... si estoy ahí un rato, como hice la post producción de The Dead Don´t Hurt en Dinamarca, como el editor es danés y el fotógrafo también, soy capaz de decir palabrotas en danés también. Pero creo que el castellano, el castellano argentino tiene cosas más ricas en las palabrotas”.
¿Cuál es el insulto que te gusta más para descargarte? “No, no lo voy a decir. Hay muchas cosas feísimas pero divertidas”.
¿Con Robert De Niro bromeamos practicando el típico argentino “Che boludo”. “Eso es normal. Sí, claro, “¿Que hacés boludo?”, pero hay cosas mucho más feas”.
A la hora de hablar de cine, quedan afuera los insultos para elogiar la recomendación de ver dos veces ‘The Dead Don’t Hurt’, solo para entender mejor donde están colocadas las piezas del rompecabezas de un western que juega constantemente entre el tiempo pasado y presente. La historia de amor del Lejano Oeste, incluso deja de lado la típica pareja de colonos norteamericanos para mostrar un lado mucho más real de los inmigrantes extranjeros de aquella época, en medio de la ley del más fuerte (sin el estereotipo de indios y cowboys, porque es la época de la Guerra de Secesión). Es ahí donde Viggo se destaca como autor, aunque también brilla en el rol de director por las imágenes de escenarios naturales (de México en vez de Estados Unidos), ilustrando escenas sensuales o violentas sin ser innecesariamente gráfico. Claro que Viggo sigue siendo Viggo, como el gran protagonista de la historia que tampoco tiene reparos en darle más pantalla a la actriz europea Vicky Krieps (mejor conocida por ‘Corsage’ y ‘Bergman Island’), en una original historia de amor, mucho más real que romántica.
Poster oficial de "The dead don´t hurt", el western dirigido y protagonizado por Viggo Mortensen, filmado en Durango pic.twitter.com/zwBRkrlog6
— Cinéfagos (@revistacinefago) April 4, 2024
¿Cuándo dirige Viggo Mortesen, es como El Rey del Señor de los Anillos, donde nadie le discute las órdenes o es como el chofer de Green Book, que te lleva a donde quieras sin discutir demasiado? “He tenido suerte durante décadas de trabajar con gente muy talentosa, que aunque haga cine muy diferente y sean personas distintas... los mejores preparan todo muy bien. Y también dejan muy en claro al equipo técnico y a los actores, que las ideas, las sugerencias, son bienvenidas, porque es un trabajo de equipo. Y yo trabajo así. Lo tengo muy claro, porque cuando hay un presupuesto limitado y tiempo limitado para rodar, hay que estar muy bien preparado y saber exactamente lo que vas a intentar cada día. Pero dentro de eso, existe la posibilidad de cambiar cositas o añadir una idea, un plano, cambiar una frase. Yo colaboro con el equipo. Es lo que más me gusta. Siempre me gustó el trabajo colectivo. Hacer cine es un trabajo de equipo”.
Ya te lo había preguntado en otra entrevista, pero te lo vuelvo a preguntar por ser una nueva producción ¿Qué opina Viggo Mortensen, director sobre Viggo Mortensen, actor? ¿Y qué opina Viggo Mortesen, actor sobre Viggo Mortensen, el director? “Viggo, el actor, viene bastante bien preparado, es bastante obediente y eficaz. Solo necesita, una toma, dos tomas y está bien. Es profesional. Y Viggo el director, viene con las ideas claras, pero me escucha”.
¿Qué dirección hubiera tenido tu vida en aquella época del Lejano Oeste? “Si yo hubiera vivido entonces... no lo sé. El cine siempre me gustó desde que era ‘pibe’. Cuando empecé a ir al cine, que me llevó mi mamá en Buenos Aires, en estos cines grandes de (calle) Lavalle, mi madre siempre hablaba del cuento, de la historia, de la película, y me gustaba mucho. En esa época, a esa edad, yo ya había empezado a montar a caballo. Y viendo cine, siempre, cuando funcionaba el cine para mí, me imaginaba que yo era una de esas personas, y me preguntaba cómo funcionaba. Cuando era creíble la historia de alguna manera para mí, me preguntaba si yo sería tan valiente ¿O yo tendría dudas, me equivocaría? ¿Cometería errores como la gente que veo en la pantalla? ¿Y sería capaz de reconocer o ver los errores? ¿Qué pasaría? ¿Qué haría yo en esa situación dramática? Lo mismo, no sé, no sé lo que hubiera sido”.
Siendo también el autor del guion, una de las preguntas que plantea tu historia es ¿Por qué los hombres pelean? ¿Te respondiste esa pregunta? “No. Entre las cosas que quería explorar para esta película es la idea de la guerra. Obviamente (mi personaje) Olsen va a la guerra por la razón que supongo que la mayoría de la gente que se ha ido a Ucrania, que no son ucranianos, han ido a pelear. Algunos van por pura aventura y seguramente no es lo que esperaban. Pero creo que hay muchos que van por las mismas razones que Olsen va a la guerra (de secesión). Como el norteamericano del siglo XIX o los extranjeros que fueron a España para luchar en la guerra civil del lado republicano por una razón moral, porque piensan que es lo correcto y hay razones nobles”.
¿Estás de acuerdo con las guerras? “Al final, toda guerra es un error y tiene consecuencias, tristeza, destrucción para todos. Nunca, nunca está bien una guerra. Una de las cosas que quería explorar en esta película que no se ve, porque no se sobrevive en westerns ni casi ningún género: ¿Qué pasa con las mujeres y las niñas cuando sus hijos, sus hermanos, sus padres, sus hermanos se van a luchar en las guerras masculinas? ¿Qué hacen ellas? Lo normal sería en esta película ir con Olsen a la guerra y si ella no desaparece por lo menos estamos con él y con él vuelve (la historia). O se murió ella, que es muy triste para él, o se casó con otro porque pasó mucho tiempo y se cansó de esperar... ¿O está ahí y lo abraza y llora, está muy feliz de verle de nuevo y que bien para él, no? ¿Y ella qué? Entonces era algo, entre otras cosas, algo que quería explorar. También quise que los detalles fuera correctos históricamente, para que uno pudiera imaginar que está ahí. Es como lo que sentía como cuando era niño viendo películas. Pero lo que sí es diferente es que una mujer esté en el centro de la historia, que nos quedemos con ella cuando el marido se va la guerra, como digo. Y que también los protagonistas, ella y Olsen, tampoco sean anglosajones, que es lo que siempre se ve en un western. Es gente que no tiene el inglés como primer idioma. Hay muchos western donde hay mexicanos o chinos o lo que sea, pero no son los protagonistas. Y es importante mostrar esa diversidad social, digamos lingüística, de acentos, de vocabularios, como lo era com los sombreros y las monturas y las lámparas del salón... todas esas cosas fueran de la forma correcta”.
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¿En tu caso creciste con el estilo de historias de vaqueros en series de TV como El Hombre del Rifle, el cine de John Wayne o incluso los western italianos? “Lo que sí yo recuerdo cuando era pibe, que en la tele, bueno, nuestra tele en blanco y negro, ahí en Argentina en los años 60, habían varias series de vaqueros y podías ir de vez en cuando al cine y ver un western. No era una cosa retro, no era como ahora que es este año, con ‘Horizon’ de Kevin Costner o la nuestra”.
En las plataformas de streaming también tiene éxito Yellowstone ¿El western volvió a estar de moda? “Si le va bien a Kevin o si nos va bien a nosotros con The Dead Don´t Hurt, si sigue yendo bien como ha ido en Francia, en España, cuando salga en EE.UU, si va bien, pues se harán más westerns y si no... Lo que funciona se hace y se sigue haciendo y lo que no, pues se olvida. Pero yo no creo que el western desaparezca nunca”.
¿Cómo guionista y director te gusta jugar con la imaginación de la gente, al transformar la historia en un rompecabezas que va y viene entre el pasado y el presente? “Y... cuando hago una película, la hago para mí, no lo digo de forma de manera egocéntrica, solo que yo hago algo que quiero ver yo. Y a mí, como espectador, no me gusta cuando los directores me dan todo servido con cuchara y me explican todo, o que la música me diga lo que tengo que sentir, que tengo que tener miedo ahora, o tengo que estar feliz o triste. Me gusta, todo en su medida. Y yo pienso que el espectador es mucho más inteligente de lo que piensan muchos productores y directores. Sé que cuando hay un presupuesto mucho más alto, obviamente hay más presión para recuperar el dinero, hay que complacer a todo el mundo y hay que estar seguros. Supongo que hay que explicar todo, para que todos entiendan. Pero ese tipo de contar no me interesa. Entonces yo hice una película así, que al final cuenta con todo, para entender y pensar lo que pienses en la vida real”.
Las escenas de amor no muestran demasiado, pero sugiere muchísimo. ¿Tiene que ver en algo el movimiento #MeToo donde hoy se cuidaj más al filmar las escenas de sexo? “Bueno, tanto las escenas de amor o las escenas de violencia, secuencias que tienen que ver con la violencia, violencia de género, también violencia entre hombres armados o palizas, lo que sea... En las escenas de amor en el cine, para mí es tan importante lo que no se muestra, como lo que se muestra. Y a veces es más importante, lo que no se muestra y lo que no se dice. En los diálogos hay muchos momentos donde se transmite mucha información emocional en los silencios. Vicky (Krieps), por ejemplo, es una actriz maravillosa, y sin una actriz así, hubiera sido más difícil que eso funcione. Pero hay mucho que se hace en el silencio. Hay cosas que pasan en la película que son terribles y al no mostrarlas, cuando ves a la persona el día después, por ejemplo, es mucho más terrible lo que imaginas que pasó que si yo hubiera pasado toda la noche mostrándolo físicamente, paso a paso, lo que es. Y creo que es eso el cine. La discreción en lo que se muestra y lo que se dice, aporta mucho”.