El misterio detrás de “Cepillín” y el rechazo de su familia
COMPARTIR
TEMAS
El cantante y comediante, intérprete de “En el bosque de la China”, agradeció no haber perdido la vida, "No me quería morir. Se los juro.
MÉXICO, D.F.- Ricardo González Gutiérrez, mejor conocido por su emblemático personaje de “Cepillín”, nació un 7 febrero de 1946 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Recientemente presentó serios problemas de salud, que le imposibilitó continuar con su trabajo en un conocido programa de televisión, pero que afortunadamente superó.
Sus seguidores, por medio de las redes sociales, manifestaron un arduo apoyo al comediante, que estuvo en peligro de morir, según informa TV Notas.
El cantante y comediante, intérprete de “En el bosque de la China”, agradeció no haber perdido la vida, "No me quería morir. Se los juro. Porque había logrado regresar a la tele. Se me hacía muy poco el tiempo como para que Dios me recogiera. Todavía hay muchas cosas que se pueden dar", abundó la misma fuente.
Un personaje marcado por la vida
Según su propio testimonio en una entrevista, aseguró que su infancia y juventud, no fueron una buena época dentro su vida, pues él mismo dijo “mi vida comenzó el día que me casé”.
Al comediante parecen haberle marcado distintas situaciones no agradables, que lo llenaron de inseguridades y complejos, pues aseguró que sí lo estaba (acomplejado) porque según él “estaba re-feo”.
Aunado a su apariencia física, su familia contribuyó a que el pequeño Ricardo no se sintiera aceptado, pues siempre percibió rechazo de su propia familia.
Lo molestaban y decían que era regalado o adoptado; incluso el comediante dice de manera seria que agradece a Dios que sus tíos ya estén muertos.
Tras estos antecedentes, es probable que surja la pregunta de ¿cómo se convirtió en un personaje tan famoso?
Y tiene que ver completamente con época de rechazos, pues según su propio testimonio, cuando iba en la preparatoria le gustaba alejarse de ser él mismo y cuando lo hacía contaba chistes e incluso “abría pista” acompañado de mujeres, que en otra situación lo rechazarían, por lo cual empezó a fijarse la idea de querer ser artista.
Empresa que su familia trató de impedir de muchas maneras, pues incluso su padre lo acusaba de “maricón” por querer dedicarse a la actuación.
Cuando terminó el grado de bachiller se vio obligado por sus consanguíneos a tener una carrera universitaria y eligió odontología, pues según él en esa carrera no había matemáticas.
Quizás esta decisión, la de ser dentista, fue la que irónicamente lo llevó a los escenarios, pues fue escogido por sus profesores para ir al canal 6 de la televisión local de su ciudad natal a dar pláticas sobre higiene dental a los menores, y en afán de conectar más con su público creo su icónico personaje.
La elección del nombre
Para escoger el nombre definitivo pasó por algunas otras opciones como “Payaso dientitos”, “Payaso muelita” y “Cepillón”, para finalmente terminar con el nombre que la mayoría de los mexicanos conocen: “Cepillín”.
González hizo su primer aparición en televisión maquillado de payaso, de la misma forma que lo hace hasta el día de hoy y fue tal la aceptación del personaje, que en 1971 tuvo una propuesta del canal 12 de Monterrey, para obtener su propio programa.
Esto se convirtió en su trampolín hacia la fama y el éxito, pues el personaje era un 'imán' para el público infantil.
En esta época tuvo dos programas simultáneos: 'La hora de la merienda con Cepillín” y “Sabadín con Cepillín”, en los cuales trabajó por seis años en su lugar de origen.
El teatro Blanquita fue el primer escenario de la capital mexicana testigo de su talento y al muy poco de su debut en los escenarios, con Carmen Salinas como su madrina, se estrenó su proyecto “Cepillín”, por la señal de Televisa.
Fue por el canal 2 que se catapultó al intérprete de “La feria de Cepillín” a la popularidad, al final de la década de los setenta.
Tuvo mucho éxito pues se centraba en enseñar valores a los niños, así como dar consejos de obediencia hacia los padres, de cómo hacer la tarea, lavarse los dientes, así como a dibujar.
Fue todo un fenómeno y terminó por consagrarse como el “payasito de la televisión”, todo un ídolo de los niños mexicanos.
El final llegó muy pronto, pero se levantó
La emisión encontró un final muy temprano, pues durante unas vacaciones que tomaba en el año de 1980, le avisaron que éste había salido del aire.
A pesar de esto, supo capitalizarlo, pues encontró su espacio dentro de los circos que lo llevaron de nuevo a las pantallas a mediados de la década de los ochenta, aunque rumores sobre un supuesto alcoholismo lo obligaron a abandonar este proyecto.
El comediante anduvo por distintos programas de televisión tanto en el canal 5, así como a nivel local, pero nunca con la fuerza como lo hizo en los setenta.
Empezó a tener problemas de salud en mayo de 2005, cuando empezó sentir un supuesto dolor muscular, relacionado con un infarto.
Una segunda falla en el corazón lo atacó en julio de 2006, toda vez que en este año tuvo una recaída, que él mismo relató en el programa para el que ahora colabora, “Raquel y Daniel”.