Épico regreso de Brendan Fraser en Hollywood: Gana óscar y el corazón de miles

Era el favorito. Sí. Desde que aparecieron las primeras fotos de la transformación física, hubo quienes pensaron que Brendan Fraser realmente había engordado como el personaje en ‘The Whale’. Claro que no tiene el mismo físico de la época en que vivió la fama de ‘The Mummy’ o ‘Viaje al Centro de la Tierra’, pero tampoco pesa los 150 kilos de su personaje. Y esa misma transformación es lo que también premiaron en el estreno mundial del Festival internacional de Cine de Venecia. Y aquel premio como Mejor Actor, resultó ser el mejor adelanto del Oscar que hoy tiene en sus manos.

¿Qué significa un Oscar para Brendan Fraser, después de 30 años en el mundo del cine?

Fue un acto de fe. Todos participamos en este proyecto como si fuera nuestro primer y último trabajo, como si fuera el mejor privilegio de conseguir esta clase de cine que puede llegar a hacer mucho bien a mucha gente.

MOMENTO SURREALISTA

¿Lo primero que se te cruzó por la mente al momento de recibir el Oscar?

Sabía que la película era buena y es por eso que también quise participar. Pero es muy difícil explicar lo que significa ser tan bien reconocido, sabiendo que detrás de mí estaba una historia con cuestiones bastante espinosas de las cuales tampoco tenemos las respuestas correctas. Pero es importante afrontarlas. Y por ahí creo que resultó ser mi mejor privilegio.

¿Qué tan surrealista se sintió el momento en que dijeron tu nombre?

Totalmente surrealista. Imposible de describir. (El Oscar) Significa mucho para mí, como cualquier otro actor que se atreve a soñar y tener esperanzas. Yo nunca pude haber imaginado un momento así porque no tenía la menor idea que podía pasar. Soy muy nuevo en todo esto y espero que me disculpen si trato de acostumbrarme (Risas). A lo mejor nunca me acostumbre (Más risas). Y está bien, pero estoy muy agradecido.

¿No imaginaste que ibas a ganar el Oscar desde la avalancha de premios que empezó con el Festival Internacional de cine de Toronto?

Creo que el primero fue en el Festival de Venecia...

¿Cómo reaccionaste entonces en aquel primer estreno de Venecia, cuando te aplaudieron de pie durante siete minutos?

Pensé que me iban a echar bastante rápido porque no es fácil aplaudir a alguien en una sala de cine (Risas).

En el estreno de Venecia te ovacionaron de pie, pero el premio del Mejor Actor se lo llevó Colin Farrell, en cambio en Toronto te premiaron incluso antes del estreno de ‘The Whale’...

El tema de Toronto fue mucho más allá del premio, porque cuando me invitaron con una larga carta, remarcaron que nuestra película ‘The Whale’ bien podía llegar a salvar alguna vida. Y si solo cambiamos la forma de pensar de una sola persona, sobre los prejuicios y reconocemos lo injusto que es vivir con la obesidad... es el mejor premio que pude haber recibido. En especial en el mundo visual de medios sociales que vivimos con Internet, donde todos tienen una opinión sobre la existencia de otras personas, todo el tiempo. Y nuestra película le pide al público que confronte sus propios prejuicios aunque sea discutiendo el tema al salir del cine. ‘The Whale’ invita a cambiar nuestras opiniones y nuestra forma de pensar.

¿Los últimos seis meses de premios te cambiaron la vida?

Es un camino muy nuevo para mi vida profesional. Es emocionante. Es increíble ver la respuesta del público también y me pellizco todos los días, tratando de mantener también los mismos nervios que siempre siento en el estómago al momento de salir a trabajar como actor, una y otra vez.

¿Es cierto que en la alfombra del Oscar lo abrazaste a tu coprotagonista de ‘Encino Man’ Ke Huy Quan y le dijiste “Todavía estamos”?

Sí, pero ya se lo había dicho antes también, cuando nos vimos por primera vez después de más de 30 años.

¿En algún otro momento de tu carrera, antes de la nominación al Oscar, nunca te diste cuenta que habías conseguido el éxito?

No, nunca. Siento que todavía estoy esperando que alguien se acerque y me diga que mi carrera se terminó. Lo importante es saber que hago lo que amo. Es un privilegio y un honor poder seguir trabajando como actor.

Habiendo sido reconocido en toda clase de entrega de premios, sorprendió que en la entrega del Globo de Oro no lo hubieran reconocido como Mejor Actor, en vez de Austin ‘Elvis’ Butler. Pero Brendan ni siquiera había ido a recibirlo, con razón. Él justamente había sido el primero en denunciar a la Asociación de Periodistas Extranjeros, mucho antes del #MeToo, cuando sufrió en carne propia un supuesto acoso sexual del entonces presidente de los Golden Globes.

Y también fue por esa misma acusación que Brendan Fraser nunca más consiguió que lo contrataran en ninguna otra superproducción como ‘The Mummy’. Y en un año donde trataron de resucitar al Globo de Oro después de más acusaciones de racismo o la falta de ética en la elección de miembros, justamente volvió también el primero que levantó la mano para pedir un cambio. Un cambio que ahora ganó finalmente con el reconocimiento que le debían desde hace años. No ganó el Globo de Oro, ni lo quería. Pero el Oscar, no se lo quita nadie.

¿Retrocedemos un poco? ¿En qué época exactamente te diste cuenta que querías ser actor?

Había sido muy temprano, cuando solíamos viajar con mi padre por su trabajo, en turismo. Cada tres o cuatro años nos íbamos en familia a algún lado. En los años 70, vivimos en Europa, en Holanda, pero nos íbamos de vacaciones a Londres. Y así fue como me enamoré del arte de los museos y el teatro. Mi madre se iba de ‘shopping’ y nos mandaba al teatro a ver espectáculos como Jesucristo Superstar. Y me di cuenta que era lo que yo quería hacer, quería ser parte de las historias que leía, para mostrárselas a la gente, sintiendo que podía vivir esas historias. Ese fue mi principio.

¿Y tus padres que dijeron en el momento que les dijiste que querías dedicarte a la actuación como forma de vida?

Mis padres siempre me apoyaron. Mi madre incluso fue la que firmó el cheque para que pudiera entrar en la Universidad, con la última audición que había disponible, antes de comenzar las clases. Ni siquiera supe si iba a entrar. Y cuando llamé el lunes siguiente, me preguntaron mi nombre y después de unos minutos que parecieron años, me dijeron “Sí, estás adentro”.

La transformación de Brendan Fraser en ‘The Whale’ va más allá de la historia de un padre desesperado por recuperar una buena relación con la hija. Sin poder salir de su casa, también esconde la apariencia física dando clases por videoconferencia, en un trabajo como maestro, donde insiste que no le anda bien la cámara. Y ese extraño estilo de vida es el que se llena de las dramáticas actuaciones, donde las diferentes emociones acapararon tantos premios.

¿Qué significó en este punto de tu carrera, conseguir un rol como el de ‘The Whale’?

Estoy totalmente convencido que todo lo que hice hasta ahora fue el camino correcto que tuve que recorrer para llegar hasta el rol en ‘The Whale’, incluyendo todos los errores que cometí. Es el mejor rol de mi vida.

¿Cómo fue aquella primera reunión con el director Darren Aronofsky? ¿Cómo llegó el ofrecimiento de un estilo de cine en el que nunca te habíamos visto actuar?

Yo no sabía si me lo iban a dar. Tengo que admitir que me sentí intimidado en aquella primera reunión con Darren Aronofsky, pero estaba equivocado. Me dijo que él hubiera querido jugar al béisbol en vez del cine (Risas).

¿Y la transformación física para verte como un hombre de 150 kilos?

Bueno, en esa misma reunión, el director me dijo que para lograr filmar un personaje como el de Charlie, necesitábamos un cuerpo específico, que iba a tener que usar un traje especial. Y me encantó la idea. Lo que lograron fue asombroso, en medio de la pandemia, ni siquiera podíamos reunirnos para que hicieran el molde de mi cuerpo, así que me escanearon en la puerta de mi casa con un iPad y mi perro. Y con esa información, construyeron un cuerpo virtual de Charlie. La transformación fue increíble.

¿Hasta qué punto influyó la transformación física, en la actuación con que te premiaron?

Por suerte pudimos ensayar durante tres semanas. Es algo que no se consigue hoy en el cine. Y la filmamos en medio de una pandemia donde todos nos cuestionamos la misma existencia que mi personaje de Charlie, pensando que podía llegar a pasar mañana, pero creo que las actuaciones del resto del elenco dan una buena respuesta sobre las buenas esperanzas que te da la vida.

¿Alguna otra clave que te ayudó en la actuación?

Estudié ciertos movimientos particulares después de investigar como vive la gente con ese tipo de obesidad, lo difícil que es pararse para ellos, el esfuerzo que requiere y el coraje y la fuerza que se necesita. Es algo que también me tocó bastante, a nivel emocional, cada día de rodaje. Recién cuando terminamos sentí que podía dejar definitivamente ese cuerpo para guardarlo en una valija y despedirme de el, porque siento que fui Charlie durante toda la filmación.

¿Si ensayaron durante tres semanas, cuánto tiempo llevó después el rodaje?

El rodaje fue algo así como treinta y dos días, divididos en cinco o seis semanas.

¿Y si tuvieras que definir a tu personaje de Charlie, como una persona real?

Honestamente, el ultimo día sentí un vértigo increíble de dejar a alguien que sentí que había conocido toda la vida, un esposo, un amante, un maestro, un ser humano que si fuera superhéroe bien podía tener superpoderes secretos de ver lo bueno en la gente, aunque no pueda lograrlo con él mismo.

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¿El rodaje en medio de la pandemia afectó en algo la actuación?

Supongo que fue la perfecta producción de cine para filmar en esas circunstancias. Los ensayos los hicimos de a dos, con el director, fuera del estudio. Las primeras tres semanas ni siquiera podíamos cruzar una línea que nos habían marcado y seguimos toda clase de protocolos. Pero te aseguro que después de tantos ensayos, bien pudimos haber debutado con la misma historia, en cualquier teatro de Broadway.