Los “ángeles” de Victoria's Secret celebraron 20 años de glamour

Parece como si fuera una competición mundial de supermodelos: una veintena de jóvenes, todas en lo posible menores de 30 y, por supuesto, con menos de 60 kilos de peso, caminan un par de metros mientras el mundo entero las contempla hipnotizado.

Una vez al año, semanas antes de Navidad, Victoria's Secret envía a sus "ángeles" a desfilar sobre la pasarela, y el sector pierde la cabeza por estas mujeres en lencería y el glamouroso espectáculo con mucha pompa y aún más famoseo. Además, el de la noche del martes fue especial: era su vigésimo cumpleaños.

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En el fondo, se trata sólo de una marca que muestra su colección, pero al igual que Apple, Victoria's Secret ha logrado hacer de su desfile anual un acontecimiento mundial al que contribuyen celebridades, medios, espectadores y clientes.

Pese a las acusaciones sobre el supuesto trabajo infantil en algunas de sus fábricas o sustancias dañinas en sus tejidos (rechazadas ante los tribunales), a las quejas sobre la falta de calidad o la reciente manipulación de fotos publicitarias, "VS" es culto. Y eso es lo mejor que le puede pasar a una marca.

La paradoja es que los mismos que celebran sus desfiles son también quienes se enervan sobre la supuesta imagen poco realista de las modelos. De hecho, la Universidad de California descubrió que, de media, éstas son 13 centímetros más altas (1.78 metros) y 13 kilos más delgadas (53.5 kilos) que las californianas.

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Pero, ¿sorprende realmente a alguien que para presentar un producto como la lencería se elija a las más guapas? Los defensores de Victoria's Secret, al igual que los de las muñecas Barbie o los concursos de Miss Universo, recuerdan que aunque los trastornos alimentarios afectan a millones de personas, sólo una pequeña parte de éstas come muy poco, mientras que uno de cada tres estadounidenses come demasiado.

Eso sí, ni Adriana Lima, ni Alessandra Ambrosio, ni Clandice Swanepoel tenían ni demasiado peso ni llevaban demasiada ropa encima en el desfile del martes. Ni siquiera las alas, que este año parecían más bien plumas. De hecho, Maria Borges se asemejaba a un ave del paraíso, con una ostentosa colección de plumas que casi rodeaba su cabeza.

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Con todo, la estrella del desfile fue Lily Aldridge. Y no por sus alas, sino porque la supermodelo californiana (de casi 30 años, 1.75 metros de altura y 53 kilos de peso) fue la elegida para desfilar con el "Fantasy Bra", el sujetador de fantasía de la marca.

Y es que cada año, Victoria's Secret diseña un sujetador de diamantes, cuyo valor es siempre de al menos un millón de dólares, aunque puede llegar a los 15 (como el "Red Hot Fantasy Bra" de Gisele Bündchen en el año 2000). Esta vez, el modelo era blanco y con apliques dorados. Eso sí, en los últimos 20 años, al parecer sólo se vendieron dos. El resto fueron reconvertidos.