Matthew McConaughey vuelve a la literatura con un nuevo libro para niños inspirado en su vida
En ‘Just Because’ el escritor abre sus diarios al público y revela detalles sobre su vida y trayectoria en Hollywood. En entrevista con VANGUARDIA nos habló más sobre lo que implicó este proceso
Contando las más insólitas anécdotas como las clases de español que imaginó que lo ayudarían en el cine, hasta el triple matrimonio de sus padres, Matthew McConaughey escribió una íntima autobiografía titulada ‘Greenlights’, describiendo las luces verdes que cruzó en una vida de película, con el mejor guion que protagonizó detrás de cámaras. Y después de haber cruzado la meta del primer puesto en el ranking de Best Sellers publicó ahora otro libro infantil con el título ‘Just Because’ que bien traduce la razón que transformó la actuación en escritor: ‘Porque sí’.
¿Cómo fue que te animaste a escribir la historia de tu vida? “Hacía más de 30 años que yo venía escribiendo un diario íntimo. Era algo que había empezado a los 14 años, tratando de reflexionar por qué mi noviecita Gretchen había roto conmigo o por qué tenía tanto acné, cosas así. Y seguí escribiendo cuando todo también me salía bien. A los 20, tuve un buen período donde mis relaciones eran buenas y tenía trabajo con suficiente dinero en mi bolsillo, me iba bien en el estudio... Las luces eran todas verdes. Y me acuerdo que en esa época me pareció lógico escribir cuando todo iba bien, aunque solo nos gusta escribir cuando nos va mal. Nos encanta analizar el fracaso pero no nos preocupamos por analizar el éxito. Y me acuerdo que en aquel entonces pensé que si seguía escribiendo, algún día me iba a parecer ‘cool’ volver a ver los hábitos que solía tener en las buenas épocas. Y es algo que me ayudó bastante, lo valoro mucho. Incluso pensé que algún día, mi esposa Camila podía llegar a abrir estos diarios, para hacer algo que valiera la pena, compartiéndolo con la gente”.
¿Pero no quisiste esperar? “Ya había cumplido 49 años cuando decidí que necesitaba abrir ese tesoro lleno de diarios íntimos y ver que había escrito. No tenía demasiado tiempo, pero con la bendición de mi esposa decidí irme solo al desierto, a mi propio confinamiento solitario, con nada más que los 50 años de mi historia”.
¿Cómo reaccionaste en aquellos primeros momentos que empezaste a revivir tu vida leyendo tus propias palabras? “Cuando empecé a leer el diario me dio vergüenza, por la época en que yo también había sido demasiado arrogante, pero después terminé riéndome de todo eso, perdonándome al mismo tiempo. Y así estuve solo, escribiendo básicamente durante 52 días con otro año y medio de edición, para terminar agregando todo lo que terminó en el libro”.
¿El titulo ‘Greenlights’ con el dibujo de un semáforo con tres luces verdes en cierta forma demuestra que no hubo ninguna luz roja que te detuviera en la vida? “El título Greenlights (Luces Verdes) se me ocurrió después de haber leído miles de páginas de mi diario, cuando empecé a cuestionarme lo que tenía, agrupando todo en categorías diferentes. Encontré siete temas: historias, lugares de gente, prescripciones, poemas, rezos y un montón de frases. Y buscando un tema central, surgió las idea de las luces verdes. Me di cuenta que los momentos malos en la vida son como un semáforo de luces rojas y amarillas que en cierta forma revelaron ciertas lecciones qué terminaron encendiendo luces verdes en mi vida. Me di cuenta también que muchas de las luces verdes que tuve en mi vida habían sido generadas por elecciones propias. Y al buscar cierta responsabilidad, descubrí que las elecciones del pasado me habían dado más libertad en el futuro. Empecé a ver mi vida como una ruta donde estamos todos. Todos vivimos la aventura de una larga ruta. Pero si todas las luces fueran verdes, la vida sería demasiado entretenida, sin valor alguno. Y aunque esas luces rojas y amarillas sean los momentos donde a lo mejor no conseguimos lo que queríamos, en realidad conseguimos lo que necesitamos, lidiando con algo que nos permite evolucionar como individuos”.
¿Cuánto tiempo por día llegaste a dedicarle tanto al análisis de tu vida? “En promedio escribía entre 17 y 21 horas por día. Pero lo más difícil era dejarlo todo para dormir, porque apenas dejaba el ‘laptop’ al lado de la cama, terminaba despertándome en medio de la noche, con alguna idea nueva. Yo también decidí no plantearme ninguna regla, simplemente tomé una botella de whisky, algunos churrascos y unos 10 galones de agua. No paré de escribir, pero tampoco tomé alcohol en el momento que escribía algo bueno. En el momento que tomaba algún cóctel podía llegar a surgir alguna buena idea, pero yo no escribía nada hasta que dejaba de tomar. Eso sí que me sorprendió”.
¿Alguna buena anécdota del libro donde no todo salió bien? “Bueno.. he ido a trabajar sin estar para nada preparado. Esa historia está en el libro. En aquel entonces se me ocurrió ir sin estudiar nada del guion, pensando que no iba a tener ningún obstáculo, que podía llegar a improvisar si conseguía que me dijeran quien quería que yo fuera, para convertirme en esa persona. Después de todo, era el primer día de filmación, pensando que podía describirlo todo, en el momento de filmar la escena, leyendo dos o tres líneas de diálogo que podian llegar a darme por primera vez. Pero cuando todo estaba listo, en realidad me tocó un monólogo en español de cuatro páginas que se suponía que yo tenía que haberlo sabido. Me acuerdo que pedí doce minutos, pensando que esos doce minutos no iban a ser tan terribles como para quitarle tiempo a nadie, pensando que también podían llegar a ser suficientes para memorizar las cuatro páginas, solo porque había tomado clases de español en un semestre de la escuela secundaria. Y resultó ser una brillante idea que terminó muy mal. Ese día aprendí la lección: hay que estar muy bien preparado para tirar el manual a la hora de entrar en el estudio, para conseguir la libertad que tanto queremos”.
¿Y el nuevo libro infantil ‘Just Because’? “‘Just Because’ nació una noche que me desperté a las 2.30 de la madrugada soñando con una canción de Bob Dylan para terminar escribiendo las rimas que se me ocurrieron, hasta las siete de la mañana, con cien versos de contradicciones como “Solo porque estoy en carrera no significa que estoy listo.” Y cuando me volví a despertar y lo leí, me di cuenta que tenía un libro nuevo en mis manos, con la idea de buscar una buena conversación entre los padres y los hijos”.
¿Vas a seguir escribiendo tu diario íntimo, para publicar en el futuro otro nuevo libro? “Pienso seguir. Yo escribo todos los días, aunque hoy en día la mayoría de lo que guardo está en mi teléfono. A veces escribo alguna frase que dice alguien, pensando en aplicarla en diferentes lugares de mi vida. Y la escribo, mostrándosela a la persona que lo dijo, pidiendo incluso que me lo firme. Es algo que hago a diario. Te diría que el 70% del tiempo estoy en el teléfono escribiendo algo para mí”.
¿Podemos saber un poco sobre tus padres para conocer mejor a Matthew Mcconaughey? “Mis padres se divorciaron dos veces y se casaron tres veces. Y te demuestra el amor que ganó 3 a 2. En nuestra familia no guardamos nunca rencores. Y es algo que ví en mis padres, sin sobrevender ningún sentimiento. Esas son las luces amarillas que tuve. Y yo pude haber ido para un lado o para otro, porque cambió mi perspectiva del mundo. Al ver que tenía algún problema que no fuera saludable, con alguna luz roja, algo que no me parecía ideal, me daba cuenta que no era lo que yo quería en mi vida. Pero yo tampoco soy nadie para juzgar a mis padres. Y puedo decir una sola cosa: no eran para nada aburridos. Las lecciones que trataron de enseñarnos, tanto mi madre como mi padre fueron pura pasión y lo hermoso que es valorar el amor”.
¿Tu círculo de amigos cambió con la fama? “Seguro. Los círculos más íntimos cambian de alguna forma con el tiempo. Es inevitable, después de casarme y al tener hijos. Antes de haber conocido a Camilla, antes de haber tenido hijos, podía llegar a amanecer con la idea de irme a Perú y me iba al día siguiente. Ya no puedo hacer algo así. También, cuando tenemos hijos, salimos con la gente que se llevan bien con nuestros hijos o los padres de los amigos de nuestros hijos. Y si tenemos suerte, nos podemos llegar a llevar bien con los padres de los amigos de nuestros hijos. Y con suerte, los padres que te caen bien, a lo mejor tus hijos les caen bien sus hijos. Pero no es algo que pasa seguido. Te diría que en nuestro círculo más íntimo no tengo más de doce personas donde solemos hablar sobre los buenos cambios de la vida, buscando crear más momentos que no nos avergüencen demasiado en el futuro”.
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¿La mejor lección que aprendiste siendo rico y famoso? “Que la riqueza y la fama me ha dado acceso a tener mucho más de lo que me hace feliz. Esa misma fama y riqueza me dio también acceso a ciertas cosas que a la larga tampoco me devolvieron lo que yo invertí. Y la razón por la cual puedo discernir entre esas elecciones es por la persona que yo también era, mucho antes de ser rico y famoso. Como saber que la familia es siempre lo más importante, no importa lo que sea, incluso después de no haberme hablado por ocho años con mi madre, nunca dejé de amarla menos durante todo ese tiempo. En mi vida hay ciertos temas que no son negociables. Mis hijos, mi familia, no son negociables. La riqueza y la fama no figuran en primer lugar, están muy por debajo de mis prioridades”.
¿Pero te gusta la fama al menos? “Me encanta, de verdad. La fama y la riqueza me dio muchos accesos, absolutamente, pero no me cambió. Al contrario, me ayudó a ser mucho más quien soy yo en realidad. No tengo nada en contra de la fama y el dinero, pero no creo que deberían ser ninguna prioridad en lo que buscamos, ni deberíamos enseñar que lo busquen los más jóvenes”.
¿Y en medio de la fama, quedó en el camino alguna película favorita que realmente te hubiese gustado protagonizar? “‘L.A Confidential’. Me la habían ofrecido y la rechacé. Cuando miro atrás, me doy cuenta que era una muy buena película y me hubiera encantado formar parte del elenco. Me acuerdo que me había gustado el guion, pero yo también estaba en el medio de filmar mi primera película como protagonista y ni sé si fui justo al momento de leer el guion, como para evaluar al menos la posibilidad de aceptar. Hubiese sido una buena luz verde”.
¿La pandemia fue una luz roja o una luz verde en tu vida? “En diferente medida, los tiempos del COVID que vivimos nos desvistieron de nuestras necesidades. Nos afectó a todos, con grandes inconvenientes. Hemos perdido gente que amamos... Y creo que hasta la forma en que consumimos el entretenimiento, el contenido cambió inevitablemente, con tantas plataformas de streaming. Creo que el cine cambió para siempre... A lo mejor se mejora la versión de ver cine virtual, donde puedas verlo con gente, para reirte con ellos en tiempo real, con una experiencia virtual, sin estar juntos en el mismo lugar. Es una tecnología que seguramente alguien ya está perfeccionando”.
¿Y si pudieras escribir virtualmente el futuro de tu vida, dónde te imaginas dentro de cinco años “Seguramente seguiré en Austin, con la familia, criando mis hijos. Voy a seguir escribiendo también. Y también estoy viendo la forma de ver como puedo ayudar en algún rol de liderazgo. Es una parte de lo que me gustaría ser como Ministro de Cultura para compartir valores en mi ciudad de Austin, en Texas”.
¿Es cierto entonces que podrías llegar a postularte como Gobernador de Texas? “No, todavía no. Es algo que últimamente me vienen preguntando seguido, pero no sé si la política sea una categoría que me interesa. Supongo que la pregunta pasa por saber en qué rol puedo ser más útil y no sé si la política puede llegar a ser ese lugar. Me parece que es un negocio bastante quebrado, hoy. Los políticos necesitan pararse y empezar a declarar el propósito real que tiene la política, porque yo solo veo un signo de interrogación”.
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