Reggae, patrimonio inmaterial de la humanidad
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Con una historia de medio siglo, el género músical nacido en Jamaica, continúa extendiendo su mensaje de amor y rebeldía
Hace 50 años que el reggae nació en Jamaica como forma de protesta de los grupos marginados, primordialmente del occidente de Kingston, y hasta la fecha sigue siendo un medio de reflexión sobre la injusticia, la resistencia y el amor que se vive en la isla a todos niveles. El 29 de noviembre fue incluido en la lista de Patrimonio Cultural Intangible de la Unesco, por ser parte de una tradición viva heredada y porque su importancia radica en la transmisión de saberes a las futuras generaciones.
El organismo señaló que el reggae jamaiquino “conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música como vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa, y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población”.
ORIGEN Y RASTAFARISMO
El reggae apareció como género en Jamaica a finales de los años 60, claramente influenciado por el jazz y el rhythm & blues afroestadunidenses pero originado por el desarrollo de los ritmos ska y rocksteady de los 50. A la par vino el rastafarismo, movimiento espiritual surgido en África y desarrollado en la isla caribeña, tras la coronación de Haile Selassie I como rey de Etopía, en 1930. La teología rastafari se desarrolló basada en las ideas del activista político Marcus Garvey, quien luego de viajar por Londres y Nueva York, regresó para instar a los afroamericanos a volver al continente negro orgullosos de su color de piel y raíces. Con ese mensaje, ganó miles de adeptos.
El movimiento rastafari se difundió en el mundo principalmente por el éxito de Bob Marley en los años 70; se basa en la creencia de que los negros son el pueblo elegido de Dios. Es una religión exocéntrica y sus ceremonias se componen de cantos, sonidos de tambores y meditaciones para llegar a un estado elevado de espiritualidad, ligado al consumo de mariguana.
MARLEY Y PETER TOSH
El compositor y guitarrista de rocksteady y reggae Robert Nesta Marley, conocido mundialmente como Bob Marley, fundó The Wailers y Bob Marley and The Wailers. Es considerado un icono de la música. Apodado Tuff gong, de ahí también salió el nombre de la disquera que fundó en 1970 y cuyos materiales se distribuyen por Island Records; el primer tema grabado fue “Run for Cover”.
Marley fundó su primera banda a los 15 años, junto con Peter Tosh, otro jamaiquino que luchó en favor de los derechos de los negros. Pero sus ideas no eran compatibles: mientras el primero siempre fue pacifista, el segundo resaltó por ser un activista revolucionario y su éxito solista vino con el disco “Legalize it”, con el que abiertamente manifestó estar a favor de la legalización de la mariguana, en 1967. En esa época, salió de gira por el Reino Unido donde consolidó su amistad con Mick Jagger, líder de The Rolling Stones.
En Jamaica, cada 6 de febrero se celebra el Día de Bob Marley, fecha de nacimiento del músico, quien muriera de melanoma el 11 de mayo de 1981, tres años después de sufrir un pisotón en un partido de futbol en Europa, donde se le aconsejó amputar el dedo pero a lo cual se negó porque la religión rastafari le dictaba permanecer con el cuerpo intacto.
EL REGGAE EN MÉXICO
En los años 60 el rock and roll era popular entre la juventud mexicana pero poco a poco llegaron ritmos caribeños. Toño Quirazco, quien estuvo en Jamaica a mediados de la década, regresó al país para formar un grupo de ska, que junto a Los Yorsis y Los Socios del Ritmo, divulgaron el género haciendo sus propias versiones de canciones de Byron Lee & The Dragonaires, The Skatalites o The Maytals. Esta relación intercultural, que importó un early reggae o reggay, dio paso a que el saxofonista Eliseo Pech fundara el grupo Ely y su combo, en Quintana Roo, en el que cantaba el beliceño Anthony Jones, mezclando letras en inglés y español.
Desde 1991, el programa Reggeaevolución, en el IMER, ha dado cabida al género y su titular y también líder del grupo Los Rastrillos, Gerardo Pimentel, conocido como Zopi, platica con Excélsior sobre la importancia del nombramiento de la Unesco. “Se tardaron, pero me parece que llega en un buen momento, en el que también hace falta un aliciente, porque estamos pasando un momento difícil como país y eso hace que se reafirme que el reggae tiene un mensaje universal que habla de cuestiones sociales y la realidad de lo que sufren los pueblos, pero además tiene el gozo y la sensualidad de la música”, dice.
Respecto a nuestro país, agrega: “Tuvimos un momento de auge fuerte en México y la autoproducción de festivales, la escena del reggae ha ido evolucionando y aprendiendo de sus aciertos y sus errores, pero sigue creciendo, no sólo en la parte de las bandas, sino también en la parte del soundsystem, porque es parte de la misma cultura y la parte filosófica y la cultura rasta también creció”.
Por su parte, el etnomusicólogo y periodista Bruno Bartra, también parte del grupo La Internacional Sonora Balkanera, se dice satisfecho por el nombramiento: “Es uno de los géneros del siglo 20, de música popular de corte urbano que más influencia ha tenido en otros géneros. Este ritmo asincopado con guitarra en contratiempos se puede escuchar en un chorro de reguetones o en el rock. Como que hay una influencia de regreso y se me hace novedoso que integren –en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad– un género tan predominante, más allá de la cuestión tradicional”.