THIS IS NOT A DRILL: Roger Waters 2022
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Roger Waters es Pink Floyd, sobre David Gilmur o el difunto Syd Barret.
El asombro. Cuatro plantas de luz extra. Acomodadas en fila. Una tras otra. En el estacionamiento de la Arena Monterrey. Nada ecológico. Nada altermundista. La energía surge de la combustión de los derivados del petróleo.
Sepultura o Roger Waters. La duda no ofende. Tal vez si termina temprano. Dos pájaros de un tiro.
Los ingleses tienen palabra. Sus programas de presentaciones son puntuales. A lo largo de la avenida fundidora, el colapso de autos.
Ineficiencia de operativos. Los carros particulares ganan palmo a palmo a los tráileres. Acelera, frena, frena, frena, acelera. Es la hora de salida de la malograda Feria del Libro de Monterrey del ITESM.
Pocas nueces, poco ruido. Ni siquiera con el acarreo de infantes, los indicadores, las ventas y el flujo de visita, es optimista. Bye. Hasta luego Consuelo Saizar y su corte de enanos.
En la línea de acceso al parqueadero de la Arena, dejen salir antes de entrar. La mercancía pirata. Desde la ciudad de México vienen a hacer su venta grande. Imposible comparar los precios de la mercancía oficial y la hecha en territorio nacional.
Roger Waters es Pink Floyd, sobre David Gilmur o el difunto Syd Barret. La mente creative, maestra y política, de una banda iconoclasta del Reino Unido.
A eso hemos venido las 15 mil personas. Escuchar las notas del another brick on the wall.
El viaje comienza desde dentro, en el interior. Alucine. Lunáticos. Los estados alterados. Sensibilidad a piel abierta. Tres anuncios. Tres. La voz de Roger. 15. 10. 5.
Por favor apaguen sus celulares. Y olviden a esa banda llamada Pink Floyd. Soy Roger Waters.
En el vientre de la pista, en los bajos de la Arena, el escenario al centro. Dividido en cuatro. Cada sección de músicos. Cada artista con su par. Las pantallas en forma de X.
La tibieza de un embrión en su saco estacional. Confortably Num. Vamos en un camino pavimentado. The happiest days of your lives. Los griegos, esos malditos soberanos del aprendizaje. Another brick on the wall parte 2 y 3. Desprogama el cerebro. Somos la mercancía de los oligarcas.
The Powers that be, The bravery of being out of range, The bar, Have a cigar. Algunas compañias son las mejores cuando uno está solo.
Wish you where here, Shine on your crazy diamond, Sheep.
Vamos a hacer un intermedio. Aproveche las letrinas. La ingesta de alcohol. Las viandas calientes. La mercadería y los esquilmos. La casa siempre gana. Aunque pierda. Gana. Somos altermundistas de bolsillo en el closet de los poderosos.
In the flesh, Run like hell, Déjà vu, Is this life we relly want. Saca a pasear al cerdo capitalista. Jode al pobre. No más drones de guerra. Al piggy lo mueven con distancia con motores inteligentes. Contradicción. También la carrera militar se cuela con sus avances tecnológicos. De bien. Por supuesto.
Money, Us and Them, Any colour you like, Brain damage, Eclipse, Two suns in the Sunset, The bar y outside the wall.
Casi es media noche. Roger Waters bebió de una garrafa translucida. Tal vez agua. Quizá etílica. Hace bien. Nada por reprochar. Monterrey los martes es un bostezo. Sepultura debe estar por concluir su presentación en el barrio antiguo.
La cena norteña. Ahí vamos llegando muchos de los viajantes de Roger Waters. En la alameda Mariano Escobedo las tortas Nacho. De bistec o de barbacoa. 110 pesos con el refresco. Quien cuida el auto, viste de riguroso traje de campaña, camuflaje. Aquí ponga el carro. Allá enfrente andan los rateros dando cristalazos.
Roger Waters también vistió en la segunda parte como general. Se parecía mucho a Pinochet. Solo le falto el ridículo bigote de la vejez.