Toca turno a los 'mortales', filtran millones de fotos íntimas de Snapchat

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Los hackers han atacado a un sector mucho más amplio de la población al filtrar miles de imágenes íntimas de usuarios comunes de Snapchat.
Los hackers nos tienen una mala noticia: miles de imagenes íntimas de usuarios de Snapchat como tú y yo fueron robadas y publicadas en la red.
Las celebridades no fueron las únicas que sufren de la filtración de sus imágenes pues un grupo de hackers no identificados aprovecharon que miles de usuarios guardan sus fotos en un software ajeno a Snapchat para robarse todas y cada una de ellas.
El robo no se limita a fotografías íntimas, sino también a videos que, desde su publicación, se han viralizado por miles de internautas que, al igual que durante el #CelebGate, han usado su tiempo para fisgonear en la intimidad de los extraños.
Según los especialistas, algunas imágenes tienen hasta dos años de antigüedad, lo que demuestra que, no importa cuánto te resistas, todo lo que hagas en la red quedará inmortalizado.
De acuerdo a Kenny Withers, un especialista en el tema, aproximadamente 200.000 personas resultaron afectadas por esta ofensiva que, irónicamente, nos enseña que tanto Jennifer Lawrence como la vecina de enfrente tienen el mismo derecho a preservar su intimidad, y compartir este tipo de imágenes robadas es una violación a su privacidad.
Por otro lado, un problema más grave surgió cuando se descubrió que, debido a la popularidad de Snapchat entre los jovenes, algunas de las imágenes filtradas pertenecen a usuarios menores de edad, lo que implica tráfico de pornografía infantil.
Un vocero de SnapChat declaró que la filtración no provino de sus propios servidores, sino de servicios ajenos que los usuarios usan para guardar sus imágenes.
SnapChat se deslindó de cualquier culpa sobre el ataque a sus usuarios alegando que el uso de servidores ajenos a su red social está prohibido en su acuerdo de Términos de uso.
Esto nos deja una lección: no importa de quién sean las imágenes íntimas, es necesario cultivar una cultura de respeto a la privacidad ajena para no acabar siendo víctimas de una violación a nuestra propia intimidad.