Radiación de Chernobyl afecta menos a golondrinas

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Una nueva investigación concluyó que las aves son capaces de resistir bajas dosis radioactivas.
Ciudad de México.- Las golondrinas de los alrededores de la central nuclear de Chernobyl resisten mejor de lo que se pensaba los niveles de radiación actuales, según un estudio publicado por la revista científica de la Royal Society Biology Letters.
Expertos británicos estudiaron los mecanismos de defensa antioxidante de estas aves y concluyeron que son capaces de resistir dosis bajas de radiación, según explicó Jim Smith, físico y autor principal del estudio publicado por la institución científica.
La explosión del reactor 4 de la central nuclear ucraniana de Chernobyl en 1986, el peor accidente nuclear de la historia, tuvo un fuerte efecto sobre la fauna y la flora de sus alrededores y, 26 años después, los científicos siguen debatiendo las consecuencias para el ecosistema de los niveles actuales de contaminación.
Los radicales libres, unas moléculas producidas por la radiación, causan daño a las células y al ADN, y el organismo trata de combatirlos con antioxidantes como las vitaminas C ó E.
Sin embargo, cuando los radicales libres superan a los antioxidantes, se produce el denominado "estrés oxidativo", que daña a las células, los tejidos y los órganos.
El estudio llevado a cabo por un equipo científico de la Universidad de Portsmouth (sur de Inglaterra) contradice investigaciones previas como la del profesor Anders Moller, de la Universidad de París-Sud, que tras estudiar mil 570 pájaros de 57 especies concluyó que los efectos de la radiación eran "dramáticos".
Moller argumentaba en su artículo de 2005 que las poblaciones que habitan en la zona de exclusión de la central ucraniana mermaron bruscamente en los últimos años porque los niveles de antioxidantes en su sangre, hígado y huevos eran más bajos de lo normal, lo que los hacía más vulnerables.
Sin embargo, el equipo británico calculó ahora cuántos radicales libres producirían los niveles de radiación actuales de Chernobyl y dedujeron los antioxidantes que serían necesarios para neutralizarlos.
Así, llegaron a la conclusión de que son factores medioambientales los que influyeron en el descenso de antioxidantes de las golondrinas de Chernobyl, más que la contaminación radiactiva.
"No está claro aún que exista ningún efecto significativo a largo plazo sobre el ecosistema de Chernobyl", aseguró Smith.
Este experto, que ha estudiado la fauna de esta región durante veinte años, argumentó que "lo más probable es que el aparente daño a las poblaciones de pájaros de Chernobyl se deba a diferencias en su hábitat, en la estructura del ecosistema o en su dieta".
A partir de los datos de su estudio, este experto considera que los niveles de contaminación radiactiva detectados en los alrededores de la central nipona de Fukushima tampoco deberían causar daño a largo plazo a las aves de esa región.