Quien manda: Plasma vs LCD

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/ 2 marzo 2016

    Si por fin decidiste desacerte de tu viejo televisor de proyección y quieres entrar al nuevo mundo de la alta definición adquiriendo una pantalla LCD o una de plasma, pero no sabes cuál de las dos tecnologías es la mejor, aqui te damos unos prácticos consejos.

    Es posible que cuando decidas comprar un televisor plano alguien te comente que son iguales, que sólo cambia el tamaño y el precio. Eso no es verdad, ya que plasma y LCD son dos tecnologías completamente diferentes.

    La tecnología LCD utiliza moléculas de cristal líquido colocadas entre diferentes capas que la spolarizan y las rotan según si se quiere mostrar un color u otro. Su principal ventaja, además de que son sumamente delgadas, es el ahorro de energía. Cuando estas pantallas usan transistores TFT, entonces estamos hablando de TFT LCDs, los cuales son los modelos más extendidos.

    Por el contrario, las pantallas de plasma utilizan fósforos exitados con gases nobles para mostrar pixeles y dotarles de color. Su precio suele ser más elevado, pero la calidad también. En concreto ofrece mayor ángulo de visión que una pantalla LCD, mejor contraste y más realismo en los colores mostrados.

    Los plasmas duraban inicialmente entre 25 y 30 mil horas; actualmente superan las 60 mil horas, una vida similar a las de LCD, que rondan entre las 50 y 60 mil horas, antes de perder su brillo.

    Actualmente las pantallas LCD ofrecen una definición mayor que las pantallas de plasma, pero tomemos en cuenta que ambas pertenecen a mercados o categorías diferentes. Lo que sí es seguro es que para tamaños pequeños o medianos una mejor compra es la de un televisor LCD, mientras que para grandes pantallas, el plasma es el que manda.

    Cuál elegir

    Este es el gran dilema del comprador. Si el presupuesto no es problema, entonces eso ya lo tienes solucionado, pero si no quieres gastar un dineral, debes reflexionar antes sobre algunos aspectos que te deben ayudar a decidirte por la mejor opción que se adapte a tus necesidades. Hay que tomar en cuenta que puede ser una compra que no vayas a renovar quizás en unos 10 años, por lo que el perder ahora unos días reflexionando y comparando modelos puedes agradecerlo durante muchos años.

    Los grandes aspectos que debes de tener en cuenta a la hora de escoger el tipo de pantalla más adecuada deben guiarse en primer lugar por el presupuesto del que dispongas, el uso que le vayas a dar al televisor y, por supuesto, el tamaño de la misma.

    De qué tamaño la queremos

    Como casi con toda seguridad en muchos casos sea el hombre el que se encargue de la elección, pues por lo general son los que babean frente a un aparador de gadgets, hay algo primordial que nunca puedes olvidar: el tamaño.

    Podemos caer en la tentación de comprar el más grande de la tienda para poder presumir a los amigos y a la familia en una carne asada, pero al quererla instalar no tenemos un espacio adecuado y termina por quedarse en un lugar donde no hay quien la vea.

    Y es que sabemos que hay que dejar un espacio considerable entre la pantalla y el lugar donde nos dispongamos a verla, para poder aprovecharla al máximo.

    Para qué la queremos

    Otro aspecto importante a la hora de escoger entre una pantalla de plasma o LCD es el tipo de uso que se le va a dar. Si el cuarto es grande y bien iluminado, la pantalla de plasma es la mejor opción (por ahora), ya que ofrece un ángulo de visión de 180 grados y es de las mejores pantallas para reproducir colores negros y grises.

    LCD es una buena alternativa, pero los tamaños grandes aún son más costosos que un plasma de igual tamaño y las imágenes no tienen la claridad que ofrece una pantalla de plasma.

    Para cuartos o espacios menores, con luz limitada, se recomienda LCD por su excelente iluminación, habilidad de ver imágenes de cerca sin distorsión y ventaja de generar poco calor y bajo consumo de energía comparado con los plasmas, que son altos en consumo de energía (una pantalla de 50 pulgadas consume entre 450W y 500W) y genera un alto nivel de calor, además de necesitar ventilación, por lo cual para un espacio menor no sería lo óptimo.

    A pesar de que son muy delgados, los televisores de plasma pueden llegar a pesar más de 45 kilogramos, casi igual que un televisor de proyección y requieren de una mesa o soporte de pared que pueda aguantar su peso. La descarga también produce un zumbido audible difícil de reducir. LCD por el contrario llega a pesar alrededor de 13 kilogramos y se puede ubicar en casi cualquier espacio.

    Otra importante característica es el ángulo de visión efectivo, que permite al espectador disfrutar de las imágenes en pantalla desde cualquier punto y no sólo de frente. En los plasmas es de 160 grados mientras que en los LCD alcanza hasta los 180 grados.

    Por encima de las 42 pulgadas, LCD y plasma no compiten, ya que ese territorio pertenece sólo al plasma, ya que ofrece una mejor relación tamaño/precio.

    Con toda esta información, ahora si podemos elegir la mejor opción.

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