¿Qué tiene que ver el calentamiento global y la sismología con las olas del océano?
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Conforme las olas de los océanos suben y bajan, estas aplican fuerzas al fondo del mar y generan ondas sísmicas; la energía de las olas oceánicas aumentó a nivel mundial desde finales del siglo XX en un 0.27%, se piensa que es por el cambio climático
De acuerdo con el artículo “How global warming shakes the Earth: Seismic data show ocean waves gaining strength as the planet warms” escrito por Richard Aster, profesor de Geofísica y Jefe de Departamento, Universidad Estatal de Colorado, en The Conversation; estas ondas sísmicas son tan intensas y están tan amplias que aparecen como un zumbido frecuente en los sismógrafos, que son los mismos instrumentos que usan para poder para monitorear y estudiar los terremotos.
Richard Aster, junto con Adam T. Ringler, Robert E. Anthony y Thomas A. Lee, realizaron un estudio titulado “Increasing ocean wave energy observed in Earth’s seismic wavefield since the late 20th century” que fue publicado en la revista Nature Communications, en el que analizaron ese aumento en todo el mundo durante las últimas cuatro décadas.
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Estos datos globales, precisa Aster, además de otros estudios sísmicos, regionales, satelitales y oceánicos, “muestran un aumento de décadas en la energía de las olas que coincide con el aumento de las tormentas atribuidas al aumento de las temperaturas globales”.
SISMOLOGÍA Y OLAS DEL OCÉANO
El profesor de Geofísica en la Universidad de Colorado, precisa que las redes sismográficas globales se usan tanto para monitorear como para estudiar los terremotos; estás posibilitan a los científicos a poder “crear imágenes del interior profundo del planeta”.
Gracias a estos instrumentos es posible registrar de manera continua una gran variedad de fenómenos sísmicos, ya sean naturales o provocados por el hombre, incluyendo las erupciones volcánicas, explosiones nucleares, además de los deslizamientos de tierra y terremotos de glaciares. Así mismo capturan señales sísmicas persistentes del viento, el agua y la actividad humana.
No obstante, la señal sísmica de fondo que es la “más generalizada a nivel mundial es el incesante zumbido creado por las olas del océano impulsadas por tormentas, conocido como microsismo global”, detalla Aster.
¿CUÁNTOS TIPOS DE SEÑALES SÍSMICAS HAY?
“Las olas del océano generan señales microsísmicas de dos formas diferentes”, indica Aster; siendo el más intenso de los dos, es el que es conocido como “microsismo secundario”, que tiene “un período de entre ocho y 14 segundos”.
“A medida que los conjuntos de olas viajan a través de los océanos en varias direcciones, interfieren entre sí, creando variaciones de presión en el fondo del mar. Sin embargo, las olas que interfieren no siempre están presentes, por lo que, en este sentido, es un indicador imperfecto de la actividad general de las olas del océano”, explica Aster.
La segunda forma en que las olas del océano crean señales sísmicas globales es el conocido como “proceso de microsismo primario”. Estas señales son provocadas por “las olas del océano que viajan y empujan y tiran directamente del fondo marino”. Debido a que los movimientos del agua dentro de las olas aminoran de manera rápida con la profundidad, este fenómeno sucede en lugares en donde “la profundidad del agua es inferior a unos 300 metros”.
“La señal primaria de microsismo es visible en los datos sísmicos como un zumbido constante con un período de entre 14 y 20 segundos”, señala con Aster.
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¿CÓMO AFECTAN LAS ONDAS SÍSMICAS A NUESTRO PLANETA?
“En nuestro estudio, estimamos y analizamos la intensidad histórica del microsismo primario desde finales de la década de 1980 en 52 sitios de sismógrafos en todo el mundo, con largas historias de registro continuo” describe Aster y, prosigue diciendo que “encontramos que 41 (79%) de estas estaciones mostraron aumentos de energía muy significativos y progresivos a lo largo de las décadas”.
Si bien, los datos encontrados en este nuevo estudio, revelan que la energía de las olas oceánicas en promedio en el mundo desde finales del siglo XX registró un aumento a una tasa media del 0.27% por año. Mientras que desde 2000, este incremento promedio mundial de la tasa se elevó en un 0.35% anual.
CALENTAMIENTO GLOBAL Y OCÉANOS
De acuerdo con Aster, “los océanos han absorbido alrededor del 90% del exceso de calor relacionado con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas en las últimas décadas. Ese exceso de energía puede traducirse en olas más dañinas y tormentas más poderosas”.
Así mismo, derivado de los resultados encontrados en el estudio, los autores advierten a las comunidades costeras, que debido al aumento de la altura de las olas del océano, estas pueden puede golpear las costas y dañar la infraestructura y erosionar la tierra.
“Los impactos del aumento de la energía de las olas se ven agravados por el actual aumento del nivel del mar impulsado por el cambio climático y el hundimiento. Y enfatizan la importancia de mitigar el cambio climático y desarrollar resiliencia en la infraestructura costera y las estrategias de protección ambiental”, concluye Aster.
EL OCÉANO ESTÁ MÁS CALIENTE
De acuerdo con el reporte, “The ocean is hotter than ever. Here’s why”, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente el pasado 23 de agosto, “una de las tendencias más preocupantes ha sido lo que los científicos han llamado una ola de calor oceánica sin precedentes en todo el planeta”, indica el informe.
En junio de este año se registraron las temperaturas medias mundiales de la superficie del océano más elevadas jamás alcanzadas anteriormente, estableciéndose récords desde Irlanda hasta la Antártida. En Florida, indica UN Environment Program, “las aguas alcanzaron los 38 °C. El Atlántico Norte registró en julio la temperatura más alta jamás registrada. Y el mar Mediterráneo alcanzó los 287 °C, un máximo histórico”.
“Los efectos de las olas de calor oceánicas son variados y extremadamente dañinos”, expresó Leticia Carvalho, jefa de ecosistemas marinos y de agua dulce del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). “Sabemos que los aumentos severos de temperatura pueden provocar una mortalidad masiva de la vida marina, aumentar la acidificación de los océanos y alterar las corrientes que influyen en nuestros patrones climáticos, causando potencialmente cientos de millones de dólares en pérdidas económicas y planteando un grave riesgo para la seguridad alimentaria mundial”, añadió.
“Las olas de calor marinas duplicaron su frecuencia entre 1982 y 2016 y se han vuelto más largas e intensas desde la década de 1980”, según un estudio de 2021 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU.
“La última ola de calor está siendo impulsada por el cambio climático”, acentuó Carvalho.
Conforme la humanidad quema los combustibles fósiles, enormes cantidades de gases de efecto invernadero que provocan que el planeta se caliente están inundando la atmósfera y a su vez, “una gran parte de ese calor es absorbido por el océano”, indica el reporte.
En consecuencia, las temperaturas marinas no solo son más altas, sino que además, origina que el océano sea menos eficaz para absorber dióxido de carbono, lo provoca que “más gases de efecto invernadero se filtren en la atmósfera”.
Con información de The Conversation y UN Environment Program.