El Vaticano determinó que las operaciones de confirmación de género y la gestación subrogada son una gran amenaza a la dignidad humana, ubicándolas en el mismo nivel que el aborto y la eutanasia como prácticas que incumplen el plan de Dios
Una de las más populares prácticas es tener hijos a través de de este método, hecho que ha desatado reacciones mixtas en su mayoría con críticas a la exclusiva esfera social