¿El agua de las albercas de los Juegos Olímpicos tienen cloro? Te lo decimos

Vida
/ 8 agosto 2024

Además del tratamiento del agua, las piscinas olímpicas tienen especificaciones estrictas que optimizan las condiciones para la competición.

Cuando observamos las piscinas durante los Juegos Olímpicos, podríamos pensar que son similares a las piscinas convencionales, pero la realidad es que hay diferencias significativas, especialmente en el tratamiento del agua. Contrario a lo que muchos podrían asumir, el agua de las albercas olímpicas no contiene cloro. En su lugar, se emplean otros métodos de desinfección que garantizan la pureza y seguridad del agua, al mismo tiempo que se optimiza el rendimiento de los atletas.

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Tratamiento del agua con ozono y oxígeno: El agua de las piscinas olímpicas se trata principalmente con ozono y oxígeno. Estos elementos no solo aseguran la desinfección adecuada, sino que también mejoran la flotabilidad del agua, permitiendo a los nadadores deslizarse más rápido. El ozono es un potente agente oxidante que elimina bacterias y otros contaminantes sin dejar residuos químicos, a diferencia del cloro, que puede irritar la piel y los ojos de los nadadores.

$!Contrario a lo que muchos podrían asumir, el agua de las albercas olímpicas no contiene cloro.

Ventajas de no usar cloro

La ausencia de cloro en el agua de las piscinas olímpicas no es una decisión casual. De acuerdo con The New York Times, el peróxido de hidrógeno también se emplea para mantener la limpieza del agua, pero no puede mezclarse con cloro debido a los riesgos de reacciones químicas peligrosas. Esto asegura que el agua sea segura y saludable para los atletas, evitando cualquier tipo de irritación que pueda afectar su rendimiento.

Características de las piscinas olímpicas

Además del tratamiento del agua, las piscinas olímpicas tienen especificaciones estrictas que optimizan las condiciones para la competición. Miden 50 metros de largo por 25 metros de ancho, con una profundidad de 3 metros. Estas dimensiones permiten una mayor flotabilidad y reducen las turbulencias, lo que contribuye a la velocidad de los nadadores. La temperatura del agua se mantiene entre los 25ºC y 28ºC, un rango ideal para maximizar el rendimiento físico sin afectar la salud de los atletas.

En conclusión, el agua de las albercas olímpicas no tiene cloro. En su lugar, se utilizan métodos avanzados como el ozono y el peróxido de hidrógeno, que ofrecen una alternativa más segura y eficiente para mantener el agua en condiciones óptimas, asegurando que los nadadores puedan competir en las mejores circunstancias posibles.

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