Hay una crisis de ausentismo escolar

Vida
/ 1 abril 2024

Antes de la pandemia, cerca del 15 por ciento de los estudiantes estadounidenses faltaban de manera habitual a la escuela

Por: Sarah Mervosh

Desde hace unos cuantos años, comenzó a proliferar un inquietante fenómeno en el sector educativo de Estados Unidos: los alumnos dejaron de asistir a la escuela.

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Esto no fue algo tan sorprendente debido a que las escuelas habían cerrado en la primavera de 2020 (al inicio de la pandemia) y algunas no volvieron a abrir por completo sino hasta el otoño de 2021. Las cuarentenas por síntomas de COVID-19 y exposiciones a la enfermedad seguían siendo comunes. Muchos pensaron que llevaría tiempo reanudar las rutinas cotidianas.

Lo que resulta sorprendente es lo poco que han cambiado las cifras desde entonces.

$!Desde hace unos cuantos años, comenzó a proliferar un inquietante fenómeno en el sector educativo de Estados Unidos: los alumnos dejaron de asistir a la escuela.

Antes de la pandemia, cerca del 15 por ciento de los estudiantes estadounidenses faltaban de manera habitual a la escuela, lo que por lo general implica dejar de asistir dieciocho días del año lectivo por cualquier motivo. Para el ciclo escolar 2021-22, esa cifra se disparó al 28 por ciento. El año lectivo pasado, el más reciente para el que tenemos estimaciones a nivel nacional, el ausentismo se mantuvo de manera persistente en 26 por ciento.

Muchos docentes han afirmado en entrevistas que el problema continúa este año escolar.

Según Nat Malkus, un investigador principal de American Enterprise Institute, tal vez lo más alarmante es que el ausentismo ha aumentado en todos los grupos poblacionales. Los alumnos están faltando más en distritos ricos y pobres, grandes y pequeños.

Ni siquiera la duración de los cierres de las escuelas durante la pandemia sirvió como indicador para prever el ausentismo. En promedio, los distritos que cerraron durante más tiempo han tenido incrementos similares a los que abrieron antes.

$!Lo más alarmante es que el ausentismo ha aumentado en todos los grupos poblacionales.

¿Qué está ocurriendo?

Hablé con directores de escuelas, orientadores, investigadores y padres de familia, quienes me dieron varios motivos de la inasistencia: enfermedades, salud mental, problemas de transporte. Pero detrás de todo eso hay un cambio fundamental en el valor que las familias le otorgan a la escuela y en la cultura de la educación durante la pandemia.

“Nuestra relación con la escuela se volvió opcional”, señaló Katie Rosanbalm, psicóloga y profesora investigadora asociada en la Universidad Duke.

Un cambio cultural

Este es, hasta cierto punto, un problema que enfrenta la sociedad en general desde la pandemia. Cualquiera que trabaje en una oficina con una política flexible de trabajo a distancia conoce bien esta sensación: te afanas por acudir a la oficina, pero tus compañeros no se presentan. ¿Qué caso tiene?

Quizás en las escuelas esté sucediendo algo parecido.

Aunque los planteles escolares estén abiertos, las clases sean presenciales y los deportes y otras actividades extracurriculares hayan regresado en su totalidad, parece que la estabilidad de la escuela ha cambiado.

Para empezar, los maestros también faltan más a la escuela, casi siempre debido a cuestiones de desgaste profesional o a problemas con el cuidado infantil, o a que, desde la pandemia, más personas deciden quedarse en su casa cuando se enferman.

Algunas escuelas han mantenido sus políticas de la pandemia en torno las clases por internet, lo que da la ilusión de que no es necesario asistir en persona.

Además, el ausentismo generalizado implica menos certeza acerca de qué amigos y compañeros van a ir, lo que puede generar un mayor ausentismo. Las investigaciones han revelado, por ejemplo, que cuando el diez por ciento de los compañeros de un estudiante faltan a clases un día determinado, ese alumno tendrá casi el 20 por ciento más de probabilidades de no asistir al día siguiente. “Estamos viendo cómo crece el desinterés”, comentó Michael A. Gottfried, un profesor de la Universidad de Pensilvania que ha estudiado este tema.

$!Es posible que los alumnos que están atrasados en términos académicos no quieran ir a la escuela, pero faltar hace que se retrasen más.

Indicación de otros problemas

Este cambio cultural no solo afecta a los registros de asistencia perfecta.

El porcentaje de alumnos que faltan muchos días a la escuela ayuda a explicar por qué los estudiantes estadounidenses, en general, están lejos de haberse puesto al corriente con el aprendizaje que no adquirieron durante de la pandemia. Es posible que los alumnos que están atrasados en términos académicos no quieran ir a la escuela, pero faltar hace que se retrasen más. Estos efectos son perjudiciales sobre todo para los estudiantes de bajos ingresos, quienes perdieron más terreno durante la pandemia y se ven afectados de manera más negativa por la inasistencia crónica.

El ausentismo también está muy ligado a otros retos a los que las escuelas se han enfrentado desde la pandemia, entre ellos el aumento de la ansiedad y los problemas de conducta de los estudiantes.

“La pandemia ocasionó que se incrementara el estrés en todos los aspectos de nuestra vida, pero realmente nos hizo aferrarnos a nuestro sistema de reacción al estrés: luchar, huir o quedarse quieto”, mencionó Rosanbalm.

El aumento de los problemas de conducta en la escuela es un ejemplo de la reacción de lucha, comentó. Por otro lado, “el ausentismo es una reacción de huida”, añadió.

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