Quien cambia una vida, cambia una generación: Guillermo del Toro
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El reciente ganador del Oscar regresó a su tierra para hablar con las nuevas generaciones y apoyarlos con una beca y una exposición
GUADALAJARA, JALISCO.- El hijo pródigo ha vuelto. Como siempre vestido de ropas oscuras, el cineasta tapatío Guillermo del Toro volvió a pisar el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), en compañía de sus “dos gemelitos” dorados y con enormes ganas de dar un mensaje a los jóvenes cineastas de México. Y no es sólo un decir, pues el director impartirá tres master clases gratuitas (cuyos boletos de cortesía se agotaron en minutos) y en plática con los medios anunció la creación de una beca y la llegada de la exposición “En Casa con Monstruos”. Pero más que venir a mostrar su trabajo, vino a inspirar: “Lo que realmente se queda de uno es lo que uno entrega a quien viene detrás”, señaló.
Ahora hay una sala de cine con su nombre, dentro del Conjunto de Artes Escénicas, como parte de la Cineteca. Según explicaron se trata de 358 butacas con un proyector “de los más sofisticados que existen actualmente”, capaz de manejar imágenes de 4K a 60 fotogramas por segundo y en 3D.
Dicen que sólo hay otra sala de similares características en México, ubicada en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).
La primera proyección oficial que se hizo fue una restauración digital del cortometraje “Geometría”, realizado por un jovensísimo Guillermo del Toro. “Mis más sentidas disculpas por el corto”, dijo minutos después. En realidad, se trató de la segunda proyección, antes apareció en la pantalla el propio director, en la transmisión en vivo que se hizo a los medios del primer master class, que dio en la Sala Plácido Domingo abarrotada de jóvenes, a unos pasos de donde la prensa lo esperaba llegar.
Recién ganó dos premios Oscar como Mejor Director y Mejor Película por “La Forma del Agua” (2017) y ahora, en su tierra natal, reporteros y camarógrafos se sentaron en la sala que lleva su nombre para ver uno de sus primeros trabajos, sobre un joven que invoca al diablo para mejorar en la escuela. En el público también estaba el cineasta Michel Franco, el actor Damián Alcázar y las actrices Diana Bracho, Angélica Aragón e Itatí Cantoral.
UNA BECA Y UNOS MONSTRUOS
En compañía de funcionarios como Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padillo, rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y el director artístico Eugenio Caballero, ganador del Oscar por su trabajo en “El Laberinto del Fauno” (2006), Del Toro escuchó las palabras de Raul Padilla López, presidente del patronato del FICG, quien además de dar las características de la sala, anunció la llegada de “En Casa con Monstruos”. La exposición, curada por Caballero, albergará objetos de cintas de Del Toro y algunas de sus influencias, que ya se han presentado en Los Ángeles, Mineápolis y Toronto.
Este trabajo estará en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, de marzo a julio de 2019 e inaugurará la próxima edición de la FICG. A partir de agosto del año entrante llegará a la Ciudad de México, en un lugar que todavía no se especifica.
Por último, se anunció la Beca Internacional de Cine Jenkins-Del Toro, la cual otorgará la Fundación Mary Street Jenkins. Ésta consistirá en 60 mil dólares anuales para estudiar cine en el extranjero por cuatro años y se entregará por un jurado presidido por Del Toro y seis “destacadas figuras de la cinematografía mundial”. La mencionada fundación, la UdeG y el Patronato del FICG, firmaron un convenio para ello.
PARA LOS QUE VIENEN
“El deseo siempre ha sido no sólo crear, sino promover el cine”, comenzó Del Toro durante su discurso. “Nosotros venimos de una generación que quizá sea fácil olvidar que nació entre dos generaciones, en un momento profundamente adverso al cine mexicano. No nada más difícil, antagónico al más alto nivel. Había un propósito de que el cine mexicano no existiera. Al nacer ahí, las dos opciones eran: rendirse o lanzarse.
Y nos debemos lanzar. Para mí, desde entonces, de una edad muy temprana hasta hasta ahorita, todo es un solo sentido.
Desde que hicimos ‘Cronos’ hasta hoy, Bertha Navarro y yo hemos seguido teniendo una hermosísima sociedad en la cual seguimos produciendo en México y Latinoamérica y, cada vez que podemos, más y más nuevos realizadores”.
El cineasta aseguró que lo importante de “En Casa con Monstruos” no será mostrar su trabajo, sino las diferentes influencias que logran crear una forma de imaginación particular, desde pinturas de Goya hasta el arte popular. “Tenemos que entender que parte del lenguaje que vamos a manejar como narradores viene de nuestra vivencia, de nuestra raíz, de nuestro país a un nivel más allá del folclor. La cultura viva es importantísima. Y si puede ayudar a legitimar ese deseo de expresión en alguien joven y quitar el pudor de pertenecer o amar un género o una fabulación, la combinación de diferentes géneros como posibilidad de parábola narrativa para hablar de la realidad que vivimos, adelante”.
El principal objetivo de todo, dijo, es acercarse a los jóvenes y dejar un legado. “Hay dos tipos de capitales: el capital temporal y el capital histórico. El capital temporal es el que te beneficia a ti mientras vives, haces, deshaces, viajas, comes, etc. Ese se va, ese no importa. El capital histórico, que es el que con urgencia quisiera yo pensar que tenemos que seguir acrecentando en México, especialmente a nivel gobierno, donde se ha evaporado de manera casi absoluta, sino absoluta, es el capital que deveras se queda. Si cambiamos una vida, una historia, cambiamos una generación, completamente. El que cambia una vida cambia una generación”.
“Así como tuve un momento en que hubo gente que creyó en mí, y entonces tuve que seguir por décadas trabajando, ese primer impulso es importantísimo”, agregó. “Y ese es el deseo de la exhibición y ese es el deseo de esta sala y ese es el deseo de la beca. Es de una pieza. Que en algún momento, mientras circulan miles de gentes que se sientan en esa sala, haya alguien que diga ‘voy a hacer y quiero hacer’. Y si una de estas señales le cambia la vida, nos la cambia a todos”.
ENTREVISTAS
Durante las preguntas de los medios, el director aseguró que pasará el año sin dirigir, aunque producirá y preparará proyectos. En el que más se enfocará será en el de hacer entrevistas a sus colegas George Miller, Ridley Scott y Michael Mann, las cuales quedarían grabadas en un documental.
“La idea era verbalizar el contenido no argumental, no literario, sino puramente audiovisual del cine como forma narrativa”, explicó. “Entonces, si tú ves a un director entrevistar a otro director, normalmente la discusión va más allá de la forma literaria y se avoca a lo que genera realmente emoción a un nivel puramente cinematográfico, que es la imagen y el sonido. Vamos a hacer tres entrevistas este año”.
Sobre filmar en México, confesó que se trata de una constante plática entre sus amigos Alejandro Gónzález Iñárritu y Alfonso Cuarón, quien de hecho ya filmó en el país su más reciente trabajo. “Cuando hablamos, Alejandro, Alfonso y yo, por muchos años, ese es un tópico que se habla. Cada quien tiene una historia diferente que quiere hacer. A Alfonso le llevó equis tiempo descifrar lo que va a ser ‘Roma’, que es una película espléndida, y esa es su historia.
Yo tengo la mía propia y para mí es importantísimo”.
El director luego sacó a “los gemelitos”, como les llama, los dos Oscares que recién ganó para mostrarlos orgulloso ante las cámaras.
“Lo importante ahorita, cuando hablamos de espacios cinematográficos, es que se ganaron un montón a nivel internacional y se ha perdido el apoyo a nivel nacional”, señaló.
“Esa es una paradoja muy grave. Costó mucho trabajo abrir espacios, si te atacaban por esto o por lo otro en el pasado. Lo que es un ataque generalizado es que como cineasta ganes foros en el extranjero y pierdas posibilidades de apoyo a nivel nacional”.
Feliz, contestando preguntas de forma amable concluyó: “se siente orgullo de venir de aquí y volver acá”.